El 24 de junio de 1916, un mendocino y un platense lograron lo que parecía imposible: cruzar desde Chile hacia Argentina sobrevolando la Cordillera de los Andes en un globo aerostático. Incluso, quienes más sabían de la temática -y que se codeaban en el día a día con estos dos aventureros, también especializados en la actividad- les habían advertido no sólo que esa misión no tendría éxito, sino que se estaban condenando a muerte a sí mismos con la decisión. Nada más alejado del desenlace final.
Casi un siglo después de que lo hiciera San Martín en su gesta libertadora -a caballo y por tierra firme, claro está-, Angel María Zuloaga (Mendoza) y Eduardo Bradley (La Plata) demoraron exactamente 3 horas y 40 minutos en transformarse en los primeros hombres en cruzar a vuelo la frontera montañosa, habiendo despegado en Putaendo (en la región chilena de San Sebastián) y volviendo a asentarse en la tierra en las laderas del cerro Las Cepas (Uspallata).
Ahora, a un año de cumplirse el centenario de ese histórico vuelo que la prensa de la época denominó “travesía de los Andes”, la productora mendocina El Generador está rodando una serie donde no solo se revive aquel 24 de junio, sino que también se establece un paralelismo entre la realidad de la globonáutica hace un siglo y la actualidad.
“Sólo tres expediciones lograron concretar el cruce en globo: la de Zuloaga y Bradley en 1916, una concretada por un grupo de españoles en 1975 y otra llevada adelante por dos catalanes en 2010, luego de que no lo lograran en 2004 tras sufrir un riesgoso accidente”, indicó Eduardo Vaqués Correa, miembro de la Asociación Argentina de Globonáutica e instructor mendocino.
Este especialista, junto al historiador Gustavo Marón y los integrantes de El Generador son los pilares del rodaje de la producción local “La gran travesía”.
Con viento a favor
El 9 de marzo de 1916, casi tres meses y medio antes de la expedición que los convirtió en héroes, Zuloaga y Bradley habían viajado a Chile para participar de la Primera Conferencia de Aeronáutica Panamericana.
Por aquellos años, en Argentina estaba comenzando a despertarse la inquietud y curiosidad por esta actividad de la mano de los hermanos Jorge y Eduardo Newbery y de Aarón de Anchorena, influidos por el brasileño Alberto Santos Dumont, entre otros referentes que fueron contemporáneos a los “héroes de la cordillera”, como los llamó Los Andes en 1916. Mientras tanto, en países como Estados Unidos o Francia la globonáutica ya vivía su esplendor.
“Newbery y los precursores ya estaban con la idea de cruzar la cordillera y, de hecho, era el tema de conversación fijo cada vez que se reunían, era el sueño. Estando en la Conferencia de Chile, Bradley y Zuloaga le contaron a Santos Dumont sobre su idea de cruzar desde Chile para Argentina y se generó una discusión muy interesante, ya que -en base a sus observaciones- los argentinos sostenían que los vientos venían de oeste a este (de Chile hacia Argentina), mientras que Santos Dumont insistía en que era al revés y que no iban a poder cruzar nunca la cordillera de ese modo.
La palabra del brasileño era considerada sacrosanta, ya que había estado en Francia y se había vuelto un apasionado de la globonáutica. Había fabricado 15 dirigibles con los que sobrevoló el cielo parisino, por lo que en aquella ciudad estaban fascinados con él. Pero Zuloaga y Bradley insistieron, diciendo que iban a demostrarlo y que ya tenían dos globos para hacerlo. Santos Dumont les dijo que estaban locos y que iban a morir”, resumió Vaqués Correa, quien además es comandante de aeronave e instructor de vuelo ANAC.
Casi 60 años después de aquella hazaña -en la década del ‘70 y ya con mayor rigor científico- se descubrió que por Mendoza circula permanentemente la corriente jet stream (de chorro), que va de oeste a este y que da la vuelta al mundo en exactamente 16 días.
Se trata de una corriente que pasa a 12.000 metros de altura y es la causa del por qué un vuelo de avión de Mendoza a Buenos Aires es más rápido y demora aproximadamente una hora y media, mientras que la vuelta desde Buenos Aires se extiende a una hora con 45 minutos.
A 8 mil metros de altura
Contra todos los pronósticos -incluso, según resalta Vaqués Correa, los medios de comunicación también eran bastante pesimistas de cara a la travesía-, llegó el 24 de junio de 1916 y la meta seguía fija. Para colmo, había antecedentes trágicos recientes: en 1913 el teniente Manuel Félix Origone se había convertido en la primera víctima fatal de la aviación argentina, una estadística a la que hay que agregar a Jorge Newbery en 1914, muerto en Los Tamarindos, Mendoza.
Zuloaga y Bradley llegaron a Chile en tren, desde Buenos Aires, y con problemas que se sumaban al mal pronóstico: el cargamento de ácido sulfúrico que traían para producir hidrógeno se había roto, produciendo grandes pérdidas.
"En San Borja (Chile) había una estación que producía gas de alumbrado y aquí abastecen a los argentinos, para que lo mezclen con el poco hidrógeno que habían logrado producir. El resultado fue muy satisfactorio, ya que lograron inflar el globo y tomar gran altura", recordó Vaqués Correa.
Zuloaga y Bradley habían llegado a Chile con dos globos, uno para pruebas y otro más grande (con capacidad de 2.000 m3), en el que iban a intentar el cruce. Lo habían bautizado "Eduardo Newbery".
Habiendo transcurrido 220 minutos desde que salieron del lado chileno, ya estaban aterrizando en Uspallata sanos y salvos. No había dudas de que la misión había sido un éxito.
“El Aeroclub de Santiago de Chile selló el barómetro y certificó las mediciones. Al revisarlo, determinaron que habían llegado a volar a 8.100 metros de altura (NdR: para tener una idea, en los vuelos bajos actuales los aviones llegan a una altura inferior) sin más sistema de comunicaciones que un par de palomas mensajeras. Y soportando temperaturas por debajo de los 30 grados bajo cero”, agregó Vaqués Correa.
Ya en suelo argentino, fueron recibidos como héroes. Incluso el gobierno nacional dispuso de un tren especial que los vino a buscar hasta Mendoza para llevarlos a Buenos Aires.
“La gente que los fue a recibir los subió en andas al tren, fueron recibidos como héroes totales. En Buenos Aires, tanto el Congreso como el Poder Ejecutivo los condecoró con medallas. Fue realmente una hazaña, una proeza. Porque tenían vaticinios de especialistas que sostenían que eso iba a terminar con sus vidas. Pero fue una muestra de valentía, con observaciones que ellos habían hecho sobre los vientos. Y fue un adelanto que dejó en claro que hacía falta abrir los cielos para poder comunicar distancias. Zuloaga y Bradley fueron dos patriotas pioneros que se jugaron la vida por algo que hoy no cualquiera haría, ni siquiera con las condiciones y todos los adelantos”, sentenció Vaqués Correa.
Los otros dos cruces en globo
Luego de que el mendocino Angel María Zuloaga y el platense Eduardo Bradley lograran la hazaña de cruzar en globo desde Chile hacia Mendoza en 1916, hubo hasta hoy solo dos expediciones posteriores que también lograron concretarlo.
Una fue en el año 1975, llevada adelante por un grupo de españoles. Y la más reciente tuvo como protagonistas a otros dos españoles (catalanes): Josep María Llado Costa y Rafael Cobarrubia, en 2010.
“Llado Costa y Cobarrubia hicieron el vuelo en un globo construido especialmente en Cataluña. Tenía doble capa y estuvieron dos años trabajando con quemadores especiales, un montón de tecnología que Zuloaga y Bradley no tuvieron”, recordó Vaqués Correa.
El especialista mendocino agregó que estos mismos globonautas “en 2004 habían tenido un intento fallido ya. Tuvieron un apagón y el globo se desplomó a tierra. Cayó sobre una ladera, a 5.000 metros de altura y quedaron hospitalizados con graves heridas en los hospitales Central y Lagomaggiore, respectivamente”.
El propio Vaqués Correa conoce muy de cerca esta historia: él asistió operativa y técnicamente a los catalanes en ambas misiones.
Algunos capítulos se rodarán en Mendoza
La productora mendocina El Generador está filmando por estos días la serie “La gran travesía”, que abordará el cruce de Eduardo Bradley y Angel Zuloaga en 1916, además de meterse en la actualidad de la globonáutica.
El historiador Gustavo Marón ha sido un pilar clave en esta realización televisiva con sus aportes. “La serie ganó un concurso del Incaa y va a consistir en ocho capítulos, donde se va a narrar la travesía en sus distintas etapas. Además, vamos a abordar las temáticas de aeronáutica y aviación, cómo está funcionando en la realidad, los adelantos tecnológicos y cómo está anclado con lo que pasaba hace cien años”, indicó Cecilia Agüero, directora de El Generador.
La producción ya se está rodando y sus locaciones serán Uspallata, San Carlos, La Consulta, Chile y Buenos Aires. La idea es estrenarla en junio del año que viene, en coincidencia con el centenario de la “gran travesía”.
Zuloaga, además de por esta hazaña, pasó a la historia como el fundador de la IV Brigada Aérea en Mendoza y por ser el primer jefe del área de Aviación, que luego se transformó en la Fuerza Aérea Argentina.