Los huéspedes en los hoteles lujosos de Zúrich habrán advertido dos presencias inusuales esta semana: las de jóvenes representantes de la FIFA, el organismo rector del fútbol mundial, y las de grupos de hombres _dirigentes del fútbol de todo el mundo_ que miran furtivamente en derredor en busca de señales de un posible allanamiento policial.
A medida que delegados de 207 naciones convergen en esta ciudad suiza para elegir nuevo presidente y abordar una reforma apremiante, la presencia de tres ex altos funcionarios de la FIFA en las cárceles de la ciudad les recuerda la gravedad de su situación desde que los fiscales estadounidenses empezaron a interesarse por las denuncias de corrupción que aquejan al organismo desde hace años.
El ex presidente de la federación venezolana Rafael Esquivel; el ex empleado de FIFA Julio Rocha, de Nicaragua, y el británico Costas Takkas, ex asesor del presidente de la CONCACAF, están en la cárcel aguardando las decisiones sobre su extradición a Estados Unidos.
Por pedido de la justicia estadounidense, la policía suiza allanó hoteles de lujo en Zúrich durante las dos reuniones de la FIFA el año pasado y arrestó a nueve personas.
La corte de más alta jerarquía en Suiza debe emitir su fallo sobre Esquivel próximamente, y a menos que desestime una sentencia de un tribunal inferior, el directivo venezolano se sumará a otros cinco latinoamericanos ya extraditados a Estados Unidos. En tanto, el uruguayo Eugenio Figueredo fue enviado a su país para ser juzgado.
Las autoridades estadounidenses acusan a Esquivel y otros dirigentes de cobrar millones de dólares en sobornos en relación con la venta de derechos de mercadeo de la Copa América.
Rocha es buscado en Estados Unidos bajo cargos de extorsión y Takkas está acusado de cobrar sobornos a cambio de contratos de mercadeo. Los dos han apelado a la Corte Criminal Federal, en su anteúltima oportunidad para evitar la justicia estadounidense.
Aparte de pedir la extradición de los ex dirigentes, las autoridades estadounidenses también han solicitado a sus colegas suizos toda clase de documentos que podrían abrir nuevas líneas de investigación en la FIFA, dijo Folco Galli, vocero de la oficina de justicia federal de Suiza.
Hasta ahora, las autoridades suizas han enviado a los fiscales estadounidenses:
_50 archivos de documentos bancarios que detallan el flujo de dinero de docenas de cuentas, que supuestamente se utilizaron para pagar y depositar sobornos a dirigentes de la FIFA;
_el informe del ex fiscal estadounidense Michael Garcia, que fue contratado por la FIFA para investigar las campañas de los mundiales de 2018 y 2022, que ganaron Rusia y Catar;
_documentos internos de la FIFA solicitados en diciembre.
El Ministerio de Justicia de Suiza todavía investiga más cuentas bancarias y unos 100 archivos del caso de 2008 contra un ex socio de mercadeo de la FIFA, que dio un primer atisbo sobre las cuestionables prácticas administrativas en la organización. La FIFA era enjuiciada en ese momento, pero los jueces la criticaron por no supervisar apropiadamente los pagos de cientos de millones de dólares durante varios años hasta 2001.
La fiscalía suiza abrió un expediente criminal contra Joseph Blatter, el presidente de la FIFA caído en desgracia que será reemplazado el viernes. El dirigente suizo es sospechoso de malversación de fondos de la FIFA por aprobar un pago de dos millones a Michel Platini, presidente de la UEFA, y de vender por debajo de su precio real los derechos de televisión de los mundiales de 2010 y 2014 para el Caribe al entonces vicepresidente de la FIFA y líder de la CONCACAF, Jack Warner.
Blatter no ha sido imputado oficialmente.