FIFA oculta pruebas que comprometen a Catar

Dice que no ve nada grave en el informe Garcia, pero el autor no está de acuerdo con la declaración.

FIFA oculta pruebas que comprometen a Catar
FIFA oculta pruebas que comprometen a Catar

La atribución de los Mundiales de 2018 y 2022 a Rusia y Catar amenaza con desatar nuevas polémicas: tres horas después de que la FIFA dijera que no veía corrupción ni nada grave en el proceso, tras analizar el informe García, el autor del mismo denunciaba una lectura “errónea” de su investigación.

“No hay que volver a ese proceso y todavía menos reabrirlo”, había señalado el presidente de la Cámara de Enjuiciamiento de la Comisión de Ética de la FIFA, Hans-Joachim Eckert. Admitió, eso sí, que hubo “algunos hechos” que pueden ser “susceptibles de atentar contra la integridad del proceso”, pero subrayó su “alcance muy limitado”.

El informe, entregado en septiembre, fue elaborado por Michael J. Garcia, abogado y exfiscal federal estadounidense, a petición de la FIFA.

Según Eckert, los hechos irregulares puesto en evidencia por el informe Garcia están “lejos de alcanzar un nivel” que implique volver a reabrir el proceso de atribución de sedes, ni poner en duda Rusia y Catar como anfitriones de estos torneos. La Cámara de Investigación del Comité de Ética sí que “comunicó su intención de abrir procedimientos de pesquisa contra algunas personas”.

La sorpresa llegaba cuando Garcia emitía un comunicado para mostrar su desacuerdo con las conclusiones presentada públicamente por la FIFA. “La decisión del presidente de la Cámara de Enjuiciamiento contiene varias presentaciones incompletas y erróneas de los hechos y conclusiones que se detallan en el informe”, replicó Garcia.

“Tengo la intención de recurrir esta decisión ante el Comité de Apelación de la FIFA”, añadió el que es además presidente de la Cámara de Investigación del Comité de Ética de la FIFA.


El caso de Catar 
Hasta ese momento, la FIFA había explicado su interpretación del informe Garcia, analizando distintos puntos. En la votación de 2010 para la atribución de las sedes, el caso de Catar para 2022 fue el que más polémica y el que más interrogantes había generado, pero para la FIFA no hay ningún elemento sobre posible corrupción o eventuales violaciones graves de los reglamentos.

Los investigadores señalaron “la conducta dudosa de dos personas que actuaban como asesores de la candidatura de Catar”, según Eckert.

Recordaron además que Catar patrocinó el Congreso de la Confederación Africana de Fútbol (CAF) en Angola en enero de 2010, por 1,8 millones de dólares, pero según lo analizado no había ninguna regla que prohibiera una acción así.

También se habla en el informe del caso del catarí Mohammed Bin Hammam, exmiembro del Comité Ejecutivo de la FIFA, suspendido de por vida en 2012.

Según las conclusiones de la investigación, sus pagos de dinero a altos responsables de la CAF no estarían relacionadas con la elección de sede del Mundial, sino con su candidatura a las elecciones de junio de 2011 para la presidencia de la FIFA.

Tras conocer las conclusiones de la FIFA, Catar dijo que nunca dudó de la limpieza del proceso y de la solidez de la candidatura que le dio la sede mundialista. En términos similares se manifestó el gobierno ruso y los responsables de su candidatura.


Críticas a Inglaterra
Las nueve candidaturas para los Mundiales de 2018 y 2022 fueron analizadas, con la excepción de la de España y Portugal. La única que sale sin ningún comentario negativo, según la FIFA, es la conjunta de Bélgica y Holanda y la de Inglaterra es especialmente criticada.

El informe Garcia subraya las relaciones entre el Comité de candidatura inglés y Jack Warner, exvicepresidente dimitido de la FIFA. Los investigadores hablaron especialmente de un empleo encontrado en el Reino Unido por uno de sus familiares y ayudas a su club en Trinidad y Tobago.

“Las peticiones del señor Warner y las respuestas de Inglaterra-2018 alteraron la integridad del proceso de atribución, pero únicamente de manera limitada”, estima Eckert. La Federación Inglesa (FA) se defendió en un comunicado: “No aceptamos las críticas sobre la integridad de la candidatura de Inglaterra o de cualquiera de sus miembros”.

Para Australia, como para Catar, se destaca “el comportamiento potencialmente problemático de algunos individuos”. La candidatura de Estados Unidos no presentó “grandes problemas”, aunque no se recogieron todos los encuentros con miembros del Comité Ejecutivo.

Los representantes de Japón distribuyeron a responsables de la FIFA, a miembros del Comité Ejecutivo y a sus esposas unos regalos con valores que iban de 700 a 2.000 dólares.

El caso de Rusia es insólito. Según la investigación, “el comité sólo sometió una cantidad limitada de documentos y lo explicó por el hecho de que los ordenadores utilizados en la época eran alquilados y luego fueron devueltos a su propietario, que comunicó que habían sido destruidos”.

Garcia, el Eliot Ness del fútbol

Michael J. Garcia, ex fiscal federal estadounidense, no se amedrenta frente a la FIFA y quiere, como a lo largo de toda una carrera enfocada en el antiterrorismo y la lucha contra el crimen financiero, que salga la verdad a la luz.

Elegido en julio de 2012 por Blatter para llevar a cabo una investigación sobre las sospechas de corrupción en la atribución de los mundiales de 2018 y 2022 en Rusia y Catar, Garcia denunció una presentación “errónea e incompleta” de su informe por parte de la FIFA.

No es la primera vez que aquel al que apodaron el “"sheriff de Wall Street” desafía a la FIFA. A finales de setiembre, reclamó la publicación íntegra de su informe de 400 páginas, redactado después de dos años de intenso trabajo con un equipo de cinco investigadores que viajaron alrededor de todo el mundo.

Garcia, de 53 años, ha redactado más de un informe complejo y rotundo a lo largo de su carrera cuando ejercía como fiscal federal, entre 2005 y 2008, y, antes, como fiscal general adjunto del prestigioso distrito sur de Nueva York. Uno de sus primeros informes estaba implicado con el primer atentado contra el World Trade Center, en Nueva York, en 1993.

“Mi trabajo en ese informe definió mi carrera en el seno de la administración pública”, explicó durante su nombramiento como subsecretario de Inmigración y Aduanas, en 2003.

Garcia persiguió por todo el planeta a los autores de los atentados contra Estados Unidos en 1993, contra el destructor USS Cole en Adén, y de 1998 contra las embajadas en Kenia y Tanzania.

El otro gran foco de la carrera de Garcia, cuya mujer Liana es agente del FBI, tiene que ver con el crimen financiero en las instituciones de Wall Street.

Este republicano convencido, autor de una tesis sobre Mark Twain, hizo caer también en 2008 a Eliott Spitzer, entonces gobernador de Nueva York y valor en alza del partido demócrata, convencido de ser cliente de una red de prostitución de alto standing desmontado por el FBI. Su proximidad con la administración Bush le costó, sin duda, el puesto de director general del FBI, en 2011.

Después de 16 años de servicios públicos, en 2008, se unió al gabinete Kirkland & Ellis, especializado en la lucha contra la corrupción. Aunque no sabe nada de fútbol, como él mismo reconoce, la FIFA, en plena tormenta, le confió por sorpresa el puesto de presidente de la Cámara de Investigación de su Comité de Ética. “No hay ninguna restricción a lo que vamos a examinar”, dijo entonces prevenido Garcia.

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