Esta noche, en el marco de la 32° Fiesta Nacional del Teatro (que se mantiene a sala llena en todas sus funciones) las promesas son cuatro, y vienen desde regiones del país muy diferentes. Aquí te pasamos el cronograma para que diagrames tu día de funciones, y un pequeño repaso de algo de lo que sucedió anoche.
UNA CARTA DE AMOR CON REMITENTE NEUQUINO
Vuelve a reiterar función el espectáculo que viene desde Neuquén: "Quiero decir te amo". Una de las tentaciones de esta puesta reside en el autor de su texto, Mariano Tenconi Blanco. Es que el joven director y dramaturgo se ha convertido en uno de los nuevos referentes de la escena alternativa nacional; no solo lo afirman así los críticos sino también el contexto artístico argentino. Tenconi Blanco, formado principalmente con maestros como Ricardo Bartís y Alejandro Tantanian, hizo saltar el tablero de las novedades con sus planteos escénicos desprejuiciados, innovadores, provocativos y con aires románticos de tercer milenio; entre los que se encuentran, claro, "Quiero decir te amo" (y también obras como "La fiera" o "Las lágrimas" o "Lima Japón Bonsai"). Aquí la puesta de este texto está dirigida por Juan Parodi y las interpretaciones corren por cuenta de Jorgelina Balsa y Clara Miglioni. La historia se centra en un juego epistolar y dos mujeres que encuentran en esa forma de literatura el escape hacia el amor.
Horarios: Hoy, a las 18.30 y 21.30. Sala: Nave Cultural - Sala 3 (España y Maza).
DESCENSO A LOS INFIERNOS
Desde Ciudad Autónoma de Buenos Aires llega "Descenso", una obra del grupo del off porteño Sudado. El grupo ha sabido increpar espectadores desde lugares no convencionales, y con perspectivas de hacer del teatro ese rito sagrado e irrepetible que lo diferencia de otras expresiones artísticas. De hecho esta compañía toma su nombre de la obra "Sudado", que se mantuvo más de cinco años en cartel con el boca a boca del público, y sin ningún aspaviento de prensa. Bueno, claro, su director Jorge Eiro tiene un background interesante: se ha formado con referentes ineludibles del teatro nacional como Bartís, García Wehbi, Tantanian, Catalán, Audivert o Bertuccio (entre más) y esta primera obra como director que venimos describiendo transitó por festivales de Venezuela, Brasil, Chile, España, Portugal; él recibió el premio al mejor director en la Bienal de Arte Joven de 2013, que le valió una beca en el Lincoln Art Center de Nueva York en 2014. Pero el mérito del grupo no viene solo de su intencionalidad de convertir a sus puestas en un secreto a voces, sino también de la vocación por tomar riesgos: "Sudado" transcurría en un restaurante peruano que estaba en construcción, en pleno Abasto y tal sofisticación ambiental se justifica en la pretensión de la trama de abordar conflictivas en torno a las luchas clasistas y las prácticas culturales. "Descenso", la puesta que traen a esta Fiesta Nacional, goza de similares proposiciones. Esta vez la acción se sitúa en una fábrica abandonada donde un grupo de personas perpetran un secuestro y transitan la última noche de esa particular convivencia.
Horarios: Hoy, a las 19.30. Sala: Nave Cultural - Sala 2 (España y Maza).
LA HUIDA, COMO ÉPICA TRÁGICA
El Litoral argentino ya nos ha entregado algunos de sus opus en días previos de esta Fiesta: "Nenúfares. Un espectáculo puto" (Santa Fe) y anoche "Arritmia" (Corrientes). Ahora es el turno de Entre Ríos que ha elegido para representar a su provincia a una puesta de cuño dramatúrgico propio del elenco que la interpreta: Grupo Teatro del Bardo. Hablamos de "El cruce", que nos propone seguir las instancias de una decisión épica y trágica que deciden tres hermanos: huir. Los mendocinos conocemos poco sobre los artistas litoraleños (no solo en materia de teatro o escénicas sino también de música, artes visuales, literatura o cine) sin embargo el Teatro del Bardo es una compañía que tiene fuerte presencia en su provincia -y especialmente en Paraná, donde tienen su carpa-teatro-, trabaja desde el 99 en ámbitos ligados con la investigación teatral, la pedagogía y circuitos alternativos de trabajo cultural; de ahí que su nombre haya cruzado las fronteras provinciales. "El cruce" es una puesta que estrenaron en 2013, en La Moringa (la carpa de teatro y circo que posee esta compañía); está basada en una adaptación del cuento homónimo de Sebastián Borkoski que dialoga en la escena con relatos del emblemático Horacio Quiroga.
Horarios: Hoy a las 21. Sala: Teatro Quintanilla, subsuelo de la plaza Independencia.
CUADROS DE UNA EXPOSICIÓN
No es danza, pero sí...: el cuerpo tiene el protagonismo total en esta puesta que viene de Santiago del Estero. La obra propone, además, otra rareza: está inspirada en un cuadro que el artista plástico Teodoro Géricault plasmó en lienzo en 1918. Por eso es que el espectáculo de la compañía que dirige Mauricio Sarmiento se llama igual que la pintura del francés: "La balsa de la Medusa". Es preciso que te contemos que si vas a ver esta propuesta escénica no te encontrarás con un argumento lineal, con una historia precisa, sin más que palabras que, como anclajes, permiten seguir los derroteros de los cuerpos. La pintura de Géricault, no obstante, tiene una trama y es en esa síntesis que abreva el elenco para guiar la comprensión del espectador. La imagen pictórica capta un instante en el que un grupo de náufragos desesperados ruegan a una fragata que está a lo lejos que los rescate. Y tal escena surgió del pincel del artista luego de conocer la historia de la fragata francesa Medusa, que se hundió en la costa africana en 1816. De ese material visual el grupo santiagueño obtiene sus directrices poéticas para proponernos un ejercicio experimental sobre el cuerpo, el movimiento y el espacio.
Horarios: Hoy a las 22.30. Sala: Teatro Plaza, frente a la plaza de Godoy Cruz.
UN CORAZÓN QUE NO LATE
Anoche, en el Teatro Cajamarca, se presentó la obra "Arritmia" del dramaturgo rosarino Leonel Giacometto. El interesante texto de este autor dio como fruto, en manos del elenco correntino Chico Pleito (dirigido por Nancy García), a una puesta en escena que, aunque correcta, carece de la sangre que hace al escenario vivo: la teatralidad. Las dos actrices interpretan, en un espacio y un tiempo dominados por el realismo más convencional y transitado, a dos ancianas que -en un geriátrico- intentan dilucidar si los remedios que consumen les hacen bien o mal para el corazón; entretanto van desmontando, frente a los ojos de los espectadores, asuntos privados de la historia de cada una. Sin embargo la carencia de fuerza interpretativa, la falta de ideas para el desarrollo del espacio y los ritmos escénicos convierten a la muy buena proposición dramatúrgica de Giacometto en un pequeño instante sin la chispa vital y sagrada que es parte la convención entre platea y escenario.