Con su alegría innata, el colorido de sus trajes y el ruido de bombas de estruendo el pueblo boliviano residente en el Valle de Uco marcó presencia este fin de semana.
Con una amplia comunidad proveniente de ese país, que llega a las 25.300 personas, la región estalló de fiesta para celebrar los 191 años de la Independencia del Estado Plurinacional de Bolivia.
"Desde hace tiempo los gobiernos locales trabajan con las colectividades en la lucha contra la discriminación y podemos celebrar hoy que existe una gran integración social. Nos sentimos hermanos y tenemos que celebrar y trabajar juntos por mantener la independencia de los países de la región", expresó Claudio Castro, presidente de la Colectividad boliviana de Tupungato.
La primera generación de inmigrantes en la región se dio en la década del '50 y hoy el Valle de Uco se reconoce como una de las zonas de Mendoza con mayor incidencia de la población norteña. Desde las colectividades, señalan que sus familias van por la tercera o cuarta generación aquí.
Sin embargo, destacan que hoy están viviendo un "proceso inverso" al de décadas atrás. Por falta de trabajo o dificultades en el arraigo, algunas familias están regresando a su país de origen, sobre todo aquellas que no habían logrado construir vínculos económicos o sociales fuertes con el lugar.
Por el contrario, son cada vez menos las que se vienen desde Bolivia buscando nuevas posibilidades.
"Incluso conocemos de familias argentinas que se han trasladado a nuestra tierra, en el último tiempo , para encarar distintos emprendimientos económicos", señala con orgullo Claudio Rodríguez, presidente de la colectividad boliviana de Tunuyán, que hoy lucha por lograr la personería jurídica.
Según los registros que manejan estas instituciones, el número de vecinos bolivianos en el Valle de Uco supera los 25.200. En Tupungato, constituyen el 25 por ciento de la población total del departamento (45 mil, según el último censo), es decir llegan a 21.250. En Tunuyán, los relevamientos indican que suman unas 10 mil personas. Y en San Carlos, residirían unos 4000 bolivianos.
Los inmigrantes de las primeras épocas -y los pocos que han llegado en el último tiempo- lo hacen con el objetivo de trabajar la tierra.
"Nuestros compatriotas no son de reclamar. Hacen frente a las adversidades, son trabajadores y ahorrativos. Las familias ya arraigadas llegan a ser propietarios de la tierra o se vuelcan por otros rubros, como verdulerías o tiendas de ropa. También, vemos con alegría que hay cada vez más residentes que siguen estudios superiores o son profesionales", indica Castro.
El trabajo integrado de las comunidades norteñas y los gobiernos locales ha dado sus frutos. El tradicional problema de los indocumentados está casi en extinción.
Además de presidir la colectividad local, Rodríguez está a cargo de la oficina de Ayuda al extranjero, que el municipio de Tunuyán abrió hace dos años en el Anexo 1 (calle La Argentina). Desde allí, asesora en los trámites consulares, los servicios, el empadronamiento y también asiste a las víctimas de discriminación.
"Queremos que el Valle sea como dice nuestro eslogan 'un lugar para todos', y lo estamos consiguiendo", asegura Rodríguez, quien cuenta que hay médicos que lo llaman para que él traduzca a sus compatriotas el tratamiento y los cuidados que debe tener.
Pese a lo que se ha avanzado en integración con distintos organismos, aún el hombre debe salir a 'asistir' a algún boliviano al que la Policía no le quiere tomar la denuncia sólo por su condición de extranjero. "Pero son los menos", confía. Gregorio Flores, titular de la colectividad de San Carlos, dijo estar "muy agradecido".
"De a poco, vamos consiguiendo avances", señaló. Días atrás, consiguieron el agua para el barrio los Andes, cuyos vecinos son en mayoría bolivianos.
El sábado se cumplieron los 191 años de la Independencia Boliviana. En Tupungato, los vecinos se reunieron en la plaza departamental General San Martín con actos protocolares y después la celebración comunitaria fue en el salón que la colectividad detrás del barrio El Tupun.
Por estos semanas, también los bolivianos se han reunido para festejar a lo grande las festividades religiosas de las que son devotos: la Virgen de Copacabana (Patrona de su país) y la de Urkupiña.
En Tunuyán, la comunidad conmemoró su Independencia en el barrio Copacabana del loteo Danti. Allí, autoridades locales y vecinos participaron de los coloridos actos oficiales y luego aprovecharon para adelantar el festejo por el Día del Niño.
Ayer San Carlos se vistió de color la plaza José Hernández.