Nadie se aparta del libreto de campaña. El oficialismo se cierra cada vez más en torno a la gestión de Cornejo y también se refugia en la fortaleza política y de gestión de muchos de sus intendentes para que la fórmula que encabeza Rodolfo Suárez no sufra sobresaltos. En cambio, en el frente que postula a Anabel Fernández Sagasti no pueden prescindir del envión nacional derivado de las primarias del 11 de agosto.
La que pasó fue otra semana picante. En este caso porque comenzaron algunos cruces entre los candidatos. Hubo una serie de críticas hacia las iniciativas de Fernández Sagasti que incluyeron al candidato a gobernador, Rodolfo Suárez. Sorprendió dicha estrategia porque desde el oficialismo, incluyendo al Gobernador, se venía planteando la necesidad de que la principal candidata opositora profundizara propuestas para la provincia. Algunas respuestas, como la del diputado nacional Omar Félix a Suárez, apuntaron no sólo a salir en defensa de la joven candidata local del kirchnerimso sino, básicamente, a intentar vincular al aspirante oficialista con el gobierno de Macri, del cual Suárez más de una vez buscó tomar distancia desde hace ya varios meses.
Ese pesado terreno del cruce de acusaciones que repercuten en los medios no convence del todo a cierta dirigencia del radicalismo. A los más desprevenidos les enciende alarmas. Muchos prefieren que el peso de la campaña recaiga sobre quien debe esforzarse para intentar ganar, es decir, la oposición.
Lo cierto es que en el oficialismo miran atentamente lo que marcan las encuestas. Con mucha reserva hay quienes admiten que es probable que aquella diferencia de hasta 15 puntos porcentuales a favor de la fórmula de Suárez y Abed se haya reducido en los últimos días. Y comentan que entre encuestadores cercanos al cornejismo siguen realizando mediciones para no encontrarse con alguna sorpresa de último momento. Hasta que no se sepa de nuevo qué dice la calle, esperan que la diferencia no baje de los 12 puntos porcentuales.
En el peronismo hacen una fuerte apuesta a la nueva visita de Alberto Fernández, el martes. Dan por descontado que el candidato presidencial vendrá acompañado por gobernadores peronistas y candidatos nacionales del Frente de Todos. La fórmula Sagasti-Tanus no puede prescindir del empuje indudable que supone la presencia de quien tiene las mejores chances de ser electo presidente el 27 de octubre.
En el radicalismo siguen dudando del real aporte que significa para la principal rival de la oposición esta nueva presencia nacional, pero no se descarta que, también en plena campaña, en su caso hacia las presidenciales, Alberto Fernández realice desde aquí alguna propuesta nacional que impacte favorablemente en el adversario local. La generación de empleo, el costo laboral y la eventualidad de un pacto social podrían darle argumento a la inventiva del Frente de Todos.
Mientras tanto, en el oficialismo también siguen apostando al empuje que pueden dar los intendentes de municipios “grandes” que buscan la reelección, a lo que se suma el indudable envión que significó el triunfo del médico Rufeil en San Martín. Dicen en el entorno de Suárez que en ese departamento la gente sigue expresando mayoritariamente su simpatía por el oficialsimo provincial y descuentan que ese impacto se trasladará a los departamentos de esa zona de la provincia, en todos los casos conducidos por dirigentes de Cambia Mendoza. Entienden los dirigentes del cornejismo que la tracción territorial debería asegurar con comodidad el triunfo a nivel provincial.
¿Tendrá prevista el oficialismo alguna sorpresa para emparejar el impacto que pueda generar Alberto Fernández con su presencia? No hay nada seguro, según dicen allegados al Gobernador, principal inspirador de las estrategias de campaña destinadas a su candidato a sucederlo. No obstante, advierten que esa suerte de libertad de conciencia que le ha dado al Gobernador la temprana decisión de ir alejándose de algunas acciones y del gobierno nacional juega a favor de cualquier decisión que se tome para fortalecer el frente interno.
En definitiva, para Cornejo y su esperada proyección nacional lograr que sus candidatos triunfen aquí por diferencias satisfactorias contra la avalancha del justicialismo es más que suficiente como para poder organizar lo que vendrá a partir del 10 de diciembre. Qué será de Cambiemos, o Juntos por el Cambio si, como se presume, le toca ser oposición, es algo que en el radicalismo verán después que termine este agitado año electoral. No obstante, el eventual triunfo provincial del próximo domingo motivaría a Cornejo y los suyos al desafío de revertir en octubre lo sucedido en las PASO nacionales, cuando, por la imagen en baja del presidente Macri, la lista encabezada por el actual gobernador perdió, por poco, con la del Frente de Todos. Lograr dar vuelta aquella mala experiencia le serviría a Cornejo para llegar como ganador a la Cámara de Diputados y, de paso, hasta poder darle al macrismo la satisfacción de un triunfo del Presidente en esta provincia. Además, sería un buen aporte para seguir siendo líder de la UCR nacional y emprender algún proyecto nacional que lo tenga como uno de los principales protagonistas si a Cambiemos le toca ser oposición desde diciembre.
Volviendo a la previa de la contienda que nos espera a los mendocinos en una semana, el candidato del oficialismo continúa ajustando el frente con el que espera gobernar si vence en estas elecciones. Ayer, Suárez estuvo recorriendo zonas de Luján de Cuyo junto al candidato a intendente, Sebastián Bragagnolo. Es una acción que desarrolla con todos sus jefes departamentales, pero esta acción a pocos días de la votación le sirve para confirmar que luego de aquellas PASO provinciales de junio, en las que el Pro pulseó sin éxito con el cornejismo por el liderazgo político en la provincia, las relaciones ahora parecen encontrarse en óptimo estado. En línea con la sintonía que mostraron rápidamente Suárez y De Marchi tras conocerse el resultado de las PASO locales y más aún cuando el lujanino aceptó integrar la lista de candidatos a diputado nacional.
Además, recientemente Suárez visitó la sede del Partido Demócrata para, también allí, consolidar la relación con ese partido dentro de Cambia Mendoza y limar asperezas que habían dejado algunas diferencias de la conducción partidaria de Marcos Niven con propuestas del gobierno de Cornejo en temas institucionales. Los demócratas le habían asegurado a Suárez su permanencia dentro de la coalición desde que Cornejo anunció que su candidato sería el intendente de la Capital. Pero en una primera instancia aclararon que apostarían por la precandidatura de Omar De Marchi. Superada la instancia electoral de junio se alinearon con Suárez y terminaron de aportar ideas en esta reciente reunión.
Detalles de final de campaña en el oficialismo esperando que el cierre sea sin complicaciones.