Festival de los sentidos con un fin solidario e inclusivo

La Red de Madres de Hijos con Discapacidad celebró la adhesión de la provincia a la ley nacional 24.901. Lo recaudado es a beneficio de la escuela inclusiva Alfred Nobel.

Festival de los sentidos con un fin solidario e inclusivo
Festival de los sentidos con un fin solidario e inclusivo

Laura Tribiño, de la Red de Madres de Hijos con Discapacidad, explica que en la lucha para lograr que la provincia adhiriera a la ley nacional pasaron del enojo y la frustración a valorar la solidaridad de muchas personas que se sumaron de manera desinteresada.

Por eso, para celebrar los tres años de haber logrado que se aprobara la normativa 24.901, organizaron el Primer Festival de los Sentidos y decidieron añadir además un fin solidario: recaudar fondos para la escuela primaria inclusiva Alfred Nobel.

El espacio que eligieron para desarrollar ayer este primer encuentro fue la playa de estacionamiento del Espacio Cultural Julio Le Parc, donde se armó un escenario al que se subieron diversos artistas (algunos de ellos personas con discapacidad).

También desde ahí transmitieron en vivo, a través de la radio comunitaria La Mosquitera, su programa radial "Todo sobre Discapacidad" Anahí Pérez y Martín García, que se emite habitualmente de modo online.

En las sillas que se habían dispuesto para el público había globos, para que pudieran percibir las vibraciones de la música personas no oyentes, y también participó una intérprete de lengua de señas.

Y a un costado del escenario se armaron gacebos en los que se podía comprar alguna de las comidas que habían elaborado papás de alumnos de la escuela Alfred Nobel.

La idea de que los fondos que se recaudaran para este establecimiento fue de Verónica Cáceres, mamá de Sol, una alumna del colegio. Los asistentes podían adquirir un bono contribución, al que cada uno le fijaba el valor.

La mujer detalló que la institución recibe un aporte mínimo del Estado y el resto de los fondos para mantenerla surge de las cuotas, pero 30% de los alumnos está becado y sostener la propuesta educativa se torna complejo.

La directora, Estela Gil, explicó que el proyecto en sí es oneroso porque en cada aula hay un máximo de 12 chicos con dos o tres docentes. Por otra parte, el edificio es alquilado y no lo suficientemente grande como para recibir a más alumnos (tienen una lista de espera), ni tampoco para incorporar el nivel medio.

De ahí que con lo recaudado esperan poder empezar a construir un espacio propio en un terreno que están tratando de conseguir en comodato.

Gil resaltó que a diferencia de un proyecto integrador, en el que el niño se debe adaptar y se le recorta la currícula, el inclusivo apunta a que el chico aprenda todo el contenido que corresponde pero a su tiempo, como resultado de un proceso social, en el que todos se benefician.

Así, si en una clase se trabaja con un cuento, algunos alumnos cambiarán el final y otros buscarán las letras de los nombres de los personajes, de acuerdo a sus capacidades en ese momento.

La escuela Alfred Nobel podría considerarse el punto intermedio entre una común y una especial. Por eso, asisten chicos con dificultades de aprendizaje, alguna discapacidad, que han estado enfermos, que no hablan el idioma. Y los niños no sólo aprenden en el aula, sino también en la huerta, la granja, la cocina, el taller de reciclado o el laboratorio.

Antonio Benavente, papá de Camila (14), una ex alumna, comentó que si bien su hija ya egresó, los dos decidieron ir al festival porque están muy agradecidos con la escuela.

Es que cuando la niña estaba en primer grado de un establecimiento común, les dijo que no quería ir más, porque en un aula de 32 niños no podían integrarla y se había deprimido.

En cambio, en la Alfred Nobel se sintió como en casa. El padre recordó que se preguntaba cómo les iban a enseñar algo tan abstracto como las fracciones y se sorprendió cuando les pidieron llevar harina, salsa y queso, y lo aprendieron con algo concreto como las porciones de pizza.

Diego Gareca, de la Asociación Civil Alternativa Solidaria, destacó que todos los artistas se sumaron para colaborar: Johana Quinteros, Cristian Zelada, La Gossadera, Gusanito FT, Proyecto M, Habitantes del Abismo, Emergencias de Sonrisas, Dj Triveño y Cristian Villalón (locución).

Y destacó que el Primer Festival de los Sentidos unió el esfuerzo de organizaciones sociales y sindicales -como el Secasfpi, gremio de los trabajadores de Anses-, el sector privado, el gobierno provincial y nacional.

La entidad trabaja por la inclusión y están por comenzar una capacitación laboral para jóvenes liberados del penal y el año que viene volverán a editar la revista Donde Topa, pero ahora escribirán chicos con discapacidad.

Franco Silva o “Gusanito Feat” fue uno de los artistas que ofreció su espectáculo. El joven de 27 años presentó su tema “Chico diferente” -de su autoría, con el que llegó a Chile y Perú- y comentó que trata tanto de la inclusión como de no auto-compadecerse. “No existe la discapacidad. Somos todos iguales”, replicó.

Cómo colaborar

Quienes deseen realizar su aporte para sostener la tarea que desarrolla la escuela "P179 - Alfred Nobel” pueden concurrir personalmente a Remedios de Escalada 3207, de Dorrego o llamar al 452 5747.

Propuesta inclusiva. El eslogan del colegio es “Distintas formas de enseñar para distintas maneras de aprender”. La directora, Estela Gil, trajo la idea de Suecia, donde se capacitó y tenía una escuela con el modelo que se aplica en los países nórdicos.

Allí, detalla, todas las escuelas adoptan la modalidad inclusiva, donde se tiene en cuenta el tiempo de cada alumno y el proceso de aprendizaje es colectivo.

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