Los turistas que ya comenzaron a llegar a Río de Janeiro antes de los Juegos pueden disfrutar del Festival de la Cachaça, la bebida nacional que busca su certificado de origen. Los degustadores podrán experimentar la tradicional caipirinha, a base de cachaça, limón y azúcar, así como otros tragos más innovadores preparados para un público extranjero. Entre esas bebidas más osadas del barman Thiago Politi está el "Negonipé", que es una combinación de cachaça y el clásico Negrón, además del "Marinpé" donde se conjugan el Martini blanco italiano con la cachaça brasileña.
El "Festival de la Cachaca" se celebra todos los días en el Felice Caffe, cerca de la playa de Ipanema, en el sur de la ciudad carioca. La bebida nacional brasileña, elaborada artesanalmente, se ha sofisticado en los últimos años para conquistar el mercado internacional y al turismo extranjero.
Productores de los estados de la región serrana de Río de Janeiro y del estado de Minas Gerais, quieren que la marca cachaça tenga un prestigio similar al del tequila mexicano. El año pasado una delegación del gobierno brasileño viajó a México donde se firmó un acuerdo para que ese país reconozca el certificado de origen, mientras Brasil hará lo propio con el tequila.
Los Juegos Olímpicos 2016 se celebrarán –del 5 al 21 de agosto– podrán visitar los clásicos citadinos. En la cima del Cerro Corcovado, a 709 metros sobre el nivel del mar, se eleva uno de los símbolos más importantes de la ciudad y de todo Brasil, la estatua del Cristo Redentor. Fue inaugurado el 12 de octubre de 1931 y cada año lo visitan dos millones de turistas.
El ticket para llegar hasta allí con el Trem do Corcovado cuesta 56 reales (US$ 17) en temporada baja y 68 en alta (US$ 20). Los chicos pagar 44 reales, US$ 13 (tremdocorcovado.rio).
El Pan de Azúcar, es un morro característico de Río que destaca porque casi no tiene vegetación. Es parte de una península que se adentra en el océano Atlántico y ofrece una vista impresionante del mar, la bahía de Guanabara, el barrio de Urca y la playa de Flamingo.
Tiene 396 metros y cuenta con un telesférico que propone un paseo en tres tramos. Cuesta 76 reales (US$ 23) y los menores de 21 años pagan 38 reales, es decir, US$ 11,50 (www.bondinho.com.br).
El mayor símbolo del fútbol brasileño es el estadio más grande del país, el mítico Maracaná. Más allá de los partidos, hay tours para visitar sus instalaciones y objetos ligados al deporte en Brasil y de los mundiales.
De lunes a jueves, la entrada cuesta US$ 11 (US$ 5,50 sin estacionamiento). Los vienes, sábados y domingos, US$ 12 y US$ 6 (www.maracana.com/es).
La Catedral São Sebastião do Rio de Janeiro es una construcción sorprendente. Por fuera tiene la forma de una pirámide cónica y por dentro, sus enormes vitrales multiplican la luz en miles de formas y colores.