Tarde propicia, con sol y aceptable temperatura, fue el marco para el festejo barrial por la fecha patria que organizó la delegación de San José y Pedro Molina (Guaymallén), en la plaza José Néstor Lencinas.
La convocatoria fue seguida por una interesante cantidad de vecinos, quienes presenciaron un agradable espectáculo, sentados en las gradas del paseo o en sillas colocadas por el municipio departamental. Diligente, se observó en todos los detalles a la delegada municipal, Juana Álvarez.
El encuentro arrancó con una versión del Himno Nacional a cargo del grupo musical Racimos, que luego deleitó a la audiencia con cuecas y tonadas de Armando Tejada Gómez, Hilario Cuadros y Dardo Félix Palorma.
Más tarde ocupó el centro del escenario el grupo de ballet Sangre Cuyana, dirigido por los profesores Luis Oros y Jessica Arancibia. Los integrantes de la formación, 25 jóvenes en total, animaron la tarde con la chacarera Mendoza, una cueca y un gato cuyano, cerrando su presentación con el tradicional pericón y un vistoso malambo.
También actuaron Amigos de la Danza, con la conducción de Carlos Gallina, y el Ballet de Danzas Americanas, que encabeza Carlos Tejerina.
Entre el público tomó ubicación la virreina de la Vendimia de Guaymallén, Evelin Banzo, representante del distrito de Capilla del Rosario.
Al promediar la reunión, los concurrentes fueron invitados con chocolate y torta, tarea en la que colaboraron empleados e integrantes de la rama Rover (servicio a la comunidad) de la Agrupación 620 San José, de los Scouts de Argentina.
"Lo hacemos con mucho gusto porque es nuestra manera de llegar a la comunidad", dijeron Gabriel Paz (18), León Jaime (18) y Naimé Araujo (14), representantes de la asociación juvenil.
En los intervalos de las actuaciones de los artistas, se pudo visitar y comprar en los stands que habilitó un grupo de artesanos; entre ellos José Sgrignieri, de Costa de Araujo, con vino casero, aceite de oliva y otros productos, y la tejedora Miriam De la Guardia.
Personas que se acercaron a la propuesta en la plaza de San José, lamentaron que no hubiera más público presente, pero agradecieron y valorizaron el convite patrio.
Gustavo Ballester (34) y su esposa Fernanda Echeverría (34), comentaron -mientras que cambiaban a su pequeña hija Renata- que pasaron una muy agradable tarde "con un encuentro bien organizado y de oferta variada".