La escudería Ferrari terminó con una larga sequía de triunfos y abrió el campeonato de Fórmula 1 con un claro aviso de que este año pretende pelear en serio contra Mercedes.
En el circuito de Albert Park, donde ayer de disputó el Gran Premio de Australia, el alemán Sebastian Vettel -que pasó todo 2016 en blanco- consiguió el 43° éxito de su carrera y el primero tanto para él como para el equipo italiano desde el GP de Singapur en 2015.
El piloto de 29 años obtuvo la victoria con una sorprendente ventaja sobre el inglés Lewis Hamilton (Mercedes), quien había partido desde el mejor lugar y perdió la victoria por un cambio de neumáticos demasiado precipitado.
Luego de tres años de dominio de las Flechas de Plata, en las que vencieron en 51 de las 59 competencias, incluso Hamilton pareció alegrarse de ver a Ferrari en lo más alto. “Esto demuestra que vamos a tener auténtica competencia entre manos”, dijo Hamilton.
El problema para el británico fue que se quedó atascado detrás del holandés Max Verstappen (Red Bull) al salir de boxes. Entonces, el cálculo de Ferrari fue acertado: Vettel salió a la pista justo antes de Verstappen y de Hamilton.
El podio se completó con el finés Valtteri Bottas, ahora luciendo los colores de Mercedes.