2000, 2004, 2008 y 2016... Fernando Wilhelm (34 años) transita su cuarto Mundial en Celeste y Blanco. Claro, éste quedará inmortalizado en su currículum y en la memoria de los seguidores del fútbol sala .
La Selección está en la final y el capitán es un referente obligado para el análisis de lo que pasó, lo que viene y para sopesar el valor de lo que alcanzó la Selección. Y lo que todavía puede lograr.
-¿Cómo se vivió desde adentro el pase a la final?
-Estamos todos muy contentos. Fue difícil. Desde afuera muchas veces se cortan clavos, porque uno lo único que puede hacer es alentar.
Desde adentro se vivió con ansiedad, con intensidad, con nervios. Con la responsabilidad de lo que es una semifinal de un Mundial. El pre partido se vivió un poco así, pero después, cuando la pelota empezó a rodar, nos soltamos y supimos manejarlo.
-¿Cómo se logró?
-Creo que fuimos contundentes que, en esa ráfaga de minuto, minuto y medio, conseguimos esos 3 goles seguidos y, ahí, con el 4-1, nos dimos cuenta que el partido pedía otra cosa y lo hicimos. Nunca lo dimos por cerrado, lo hablábamos con los chicos.
Estando 4-1 o 5-2 defendimos como si la ventaja fuera de un gol. No aflojamos la intensidad de la defensa y gracias a eso no le dimos a Portugal la posibilidad de descontar y verse con chances de empatar o de revertir el resultado.
-¿Cuáles son las claves para este hito?
-Es el proceso, es el staff, es la idea. Son años con un método de trabajo, que nos ha dado resultados en las distintas competencias a partir del comienzo de esta era. Estamos ante una oportunidad única y hay que mirar hacia el presente y el futuro.
-¿Ya te estás imaginando la final ante Rusia?
-Va a ser un partido muy intenso. Muy duro. Vamos a sufrir, porque es una de nuestras características. En semifinales también nos tocó sufrir estando 3 goles arriba. Estos partidos son difíciles de descifrar.
Por ejemplo, contra Portugal pensamos que iba a ser abierto, pero con una diferencia corta en el marcador, para un lado o para el otro. Van a ser 40 o 50 minutos muy intensos y vamos a hacer todo lo posible para ganarlo.
-¿Es el partido más importante de sus carreras en la Selección?
-Sin dudas. Todos los partidos son importantes. Cuando uno es convocado a entrenarse en la Selección, todos los partidos son trascendentes, pero hay que ser realistas: llegamos a la final del Mundial.
Y estamos orgullosos y felices porque se llegó jugando, nadie nos regaló nada, no esquivamos a nadie; jugamos con todos los que teníamos que jugar y nos merecemos estar acá.
Esto lo digo por mí, aunque creo que lo comparten todos los compañeros: es el partido más importante de la historia del fútbol sala argentino.
