Fernando Rule pasó 7 años en la cárcel durante la dictadura militar. Buena parte de ese tiempo estuvo en el D2, soportando torturas hacia él y a sus compañeros. Sin haber abandonado la actitud militante, pero con fuerte sentido crítico, ésta es su visión del acto de ayer.
-¿Qué siente con este acto?
-Alegría y sana revancha. Al fin un sector social y uno del gobierno, que intenta representar el sentir social, sitúa las cosas en su lugar. Lo que fue horror, lo marca como tal, lo heroico también, y lo que fueron delitos, no lo dice fuertemente pero queda allí. De hecho estamos juzgando a muchos, no a todos, actores del genocidio. Empezamos a contar la historia de los vencidos.
-¿Cómo ve estas acciones?
-En lo que se veía como fondo del mundo hoy se ve al primer país que juzga a los responsables del genocidio. Porque genocidas ha habido muchos, pero es la primera vez que con el mismo Estado de derecho, un país los juzga.
-40 años, ¿es poco o mucho?
-En lo individual puede ser mucho pero en lo histórico es poco. Erigir monumentos y hacer justicia no sólo no ha ocurrido en ningún país, sino que se hizo en poco tiempo. Alemania no hizo casi nada. Algunas condenas fueron de 3 ó 4 años, ó 6 meses para burócratas como Eichmann, que no mató a nadie. Romano tampoco mató, pero es más responsable que el ejecutor, porque tuvo elementos culturales, era fiscal. Del genocidio no se beneficiaron ejecutores, sino jueces y empresarios mandantes.
-¿La justicia de hoy es la esperada?
-Los procesos culturales son dinámicos, de diálogos y luchas entre posturas, ideologías e intereses, y al sistema judicial lo integran personas, por lo tanto hay de todo. Hoy una cámara absolvió al presunto asesino o secuestrador de Soledad Olivera. Uno de los jueces, Uliarte, que actuó en la dictadura y es confeso machista y homófobo, absolvió al asesino de Alejo Hunau, con el argumento de que por ser homosexual tenía “una vida licenciosa que lo exponía”, lo que muestra el pensamiento dictatorial. A la vez hay jueces que piensan distinto, como Palermo. No hay otra justicia, empezamos a tener otra sociedad.
-¿Y conciencia social hay?
-Yo voy por la calle y hay gente que me saluda y otra que me putea. Cuando salí de la cárcel y volví en el ‘82, no me saludaba nadie; mis afectos estaban exiliados o muertos y algunos amigos me evitaban. En los ‘90 me encontraban y me veían espantados, porque me creían desaparecido o muerto. Ahora, la sociedad empieza a salir de eso, pero falta todavía.
-La hegemonía de la dictadura ayudó a cambiar mentes...
-La hegemonía quedó en manos de los sectores dominantes.
-¿La actual es distinta?
-Se va corriendo a sectores populares porque empieza a estar en manos de una burguesía que tiene algún conocimiento de esos sectores, aunque sin evitar que el poder real siga en las mismas manos, porque no se les ha tocado un pelo. Se acerca más a lo que consideramos patria. Cuando la propaganda oficial dice “hoy tenemos patria” tiene otro sentido que cuando Videla decía “defendemos la patria”.
-¿Qué deja el kirchnerismo?
-No hay duda de que la apropiación de los derechos de los sectores populares en estos últimos 12 años ha ido progresivamente avanzando. Y queda mucho por hacer.
-¿Qué pasa con los gobiernos locales?
-Un déficit de esta corriente “nacional y popular” es que lo mejor es Cristina. Eso podría ser bueno, pero no sé si es así, porque sus aliados están a su derecha. En Mendoza vemos a alguien que llegó no sé de dónde, sin poder político propio. Dirigencias mediocres hacen que este proceso extraordinario se empañe con actitudes funcionales a los traidores a la patria. No me animo a decir que gobernadores como
Paco son traidores, pero funcionarios así son funcionales. Gente como la que hay en Cultura, tiene esas actitudes. Todo proceso lleva implícito mediocres y oportunistas, pero a Mendoza le tocaron todos.
-Entregaron el D2...
-De verdad lo celebro. Pero eso tampoco está exento de mediocridad, la demora, la elección de oradores o los que van en las placas...
-No los invitaron al foro de ex presos políticos
-No nos invitaron. No invitaron a la Asociación, única institución de gente que estuvo en la cárcel, organizada, que es querellante en los juicios por delitos de lesa humanidad; que acredita la defensa de los derechos humanos. Inventaron el foro. Afortunadamente se les ocurrió entregarnos el D2, pero se demoraron un año en hacerlo, porque el decreto decía 180 días después del 24 de marzo de 2014, y eso era en setiembre del año pasado.