La montaña, el clima, la naturaleza propia de nuestra geografía, lo invitan a volver. Y sus textos, sus historias itinerantes y su teatro experimental, encajan a la perfección en este marco.
Tras su experiencia con “Todo lo que está a mi lado”, la intervención intimista que el año pasado Fernando Rubio presentó en Bodega Monteviejo, ahora regresa recargado. Por estos días ensaya y aceita “Sueña que duerme en el fondo del mar”.
La intervención que presentó en Buenos Aires, ahora la hará con un elenco de actores mendocinos, integrado por Diego Portabella, Diego Quiroga, Daniel Encinas, Enzo Moralles, Ariel Rozen, Ernesto Latino Saa y Matías Lucero. Y con la asistencia de dirección de la actriz Silvina Persia (protagonista de “Todo lo que está a mi lado”. Además de presentarla en una función exclusiva en la bodega del Valle de Uco, tiene programadas dos funciones en Le Parc; ver aparte).
“Esta obra tiene un diálogo con la vida de la naturaleza muy fuerte, me parece que va a ser muy estimulante”, sostiene el dramaturgo y director.
-Esta vez traés una historia con siete hombres y la naturaleza...
-Son siete hombres, que vienen del agua, del mar, que son una identidad fantástica, pero a la vez muy concretos. Y que no sabemos demasiado sobre su historia. Precisamente en esos espacios velados, en esos lugares enigmáticos, donde se construye una fuerza de su acción, de su ritual. La obra es un pequeño ritual, lo que hacen, cómo lo hacen, la manera en que hablan, los gestos que tienen y ese sistema que ponen en funcionamiento y que según la historia cuenta, cada tanto tiempo lo vuelven a repetir.
En algún sentido habla del ritual del teatro, de cada tanto volver a hacerlo. Lo que significa la historia y la historias en los otros, y la creación de un personaje. Y que sí o sí necesita de un otro para existir. Esas ideas que se cuentan en la historia, dentro de una historia misma, la presencia de los otros es el eje fundamental. La importancia de cuidar a los otros, lo que significa persistir en la voluntad de mantener viva la especie y cuidarnos. Es algo fantástico, totalmente real.
-En un momento que como humanidad parece que estamos perdidos...
-Si uno mirara cómo el mundo y nosotros nos hemos olvidado de lo realmente importante, es trágico, es desolador. Cuando uno mira con profundidad algunas cosas no resiste. Pensar en cómo nosotros seguimos siendo capaces de digerir esas aberraciones que provocamos. Me interesa mucho decir que no es gratis, que no podemos dejar nuestra humanidad, sin consecuencias.
-¿Qué buscaste en esta selección de actores?
-En la obra está esa condición que son un grupo de hombres. Y por la forma en que yo trabajo, donde no hay una idea de personaje con una historia específica, sino zonas enigmáticas, un texto que les pertenece a todos... Entonces voy entendiendo algo de las fisonomías de las sensibilidades. Hay varias cosas que me interesan de los actores mendocinos. Al igual que el anterior elenco de “Todo lo que está a mi lado”.
Creo que hay algo ligado a la idiosincrasia del lugar. Para mí trabajar acá es muy estimulante y me pone muy feliz, que permanentemente descubrís personas y lugares, que son parte de vos. Eso tiene que ver con una felicidad creativa. Y hay algo que se genera a partir de la propuesta, porque hay una idea estética y humana que no solo está ligada a las condiciones para hacerlo. Hay formas de producción que tienen que ser valoradas en otros lugares, que no tienen limitaciones en términos estéticos.
Como uno de los exponentes del teatro contemporáneo, Fernando Rubio investiga y trabaja sobre una forma de teatro no convencional, interviniendo espacios naturales, en un plano intimista y poniéndolo al espectador, como un constructor de la obra. La poética, la filosofía, la fantasía y la realidad se conjugan en su dramaturgia.
-En tu teatro itinerante, ¿cómo es encarar un proceso corto de trabajo con los actores?
-No puedo comparar mi procedimiento de trabajo porque es muy propio. Toda la construcción formal, espacial, la relación de la obra con el espectador, es un lenguaje que investigué hace 18 años.
Entonces para mí el tiempo, se expande en otras zonas. Sobre todo cómo trabajo con los actores y el público. Y en este caso me permite ir a zonas reconocibles de la obra, porque ya la monté. Es al revés; en un corto tiempo de trabajo, creo que se saca mucho más que en un proceso de meses, ensayando un par de horas por semanas. Y a la vez las obras lo permiten, porque los textos son breves. La dinámica temporal está relacionada con lo que el texto necesita. Y el actor suma en la experiencia más reflexiones a lo que la obra genera.
-Como escritor y director, ¿existe una nueva dramaturgia en el teatro nacional?
-Es difícil hablar de panoramas. Por ejemplo, tengo la suerte de llevar mi trabajo a festivales en el exterior. El año pasado estuve trabajando en Corea, y los parámetros en Asia son totalmente diferentes. Como director tuve que aprender de una idiosincrasia para entender esos comportamientos que yo quería poner en acción. Y esa indagación la podemos ligar a un lenguaje contemporáneo. Siempre hay algo que está en una constante revisión, hay muchas copias, buenas o malas.
Hay muchos que buscan la eficacia y mata el arte. Uno de los males es el espectáculo, porque necesitás ciertas garantías que no tienen que ver con la creación. Creo que en Argentina hay un montón de autores, directores, que hacen una revisión interesante de la dramaturgia. Pero no necesariamente se piensa en la escritura del texto. Y no se trata de romper con ciertas estructuras.
Lo importante es ver la concepción de la dramaturgia, que naturalmente ha ido mutando por las condiciones, por los espacios. Ahora, la problemática que trae aparejada ese tipo de visiones es un recorte de la imaginación. Y aquello que se piensa como nuevo, en realidad es algo que se ha hecho de diferentes maneras en el tiempo. Creo que hay poner en cuestión que es lo nuevo. Hay que tener una capacidad de gran visión para no caer en lugares casi ridículos. Hay muchos artistas con mucha honestidad que siguen investigando.
-¿Y la denuncia o política dentro del texto y el teatro?
-Creo que hay evoluciones y en esas evoluciones han habido formas de contar cuestiones políticas. El teatro documental reflejó un poco eso. A mí no me interesa, me gusta buscar zonas poéticas para contar lo mío.
Mi obra decididamente es política, mi obra es una mirada contemporánea sobre el mundo. Pero no busco que sea algo evidente o directo. No necesariamente la mirada política tiene que ser una denuncia o descripción. Por suerte hay muchas miradas que son críticas y no necesitan ser panfletarias. Ahora hay que ver en ese trasfondo de las obras cómo es presentado el tema. Las definiciones en lo humano son complejas.
Charla gratuita y funciones en Mendoza
En el marco de su visita, el dramaturgo y director porteño Fernando Rubio brindará hoy, a las 10.30, en la sala Verde de la Nave Universitaria (Maza 250), una charla gratuita denominada “Conversación entre artes dramáticas, visuales y psicoanálisis”. En el encuentro estará acompañado por Marcelo Lacerna (Representante INT Mendoza) y Gabriela Nafissi (directora de Arte y Cultural Bodega Monteviejo), entre otros referentes.
Y en el marco del evento “Plus + Arte” en la Bodega Monteviejo (Tunuyán), el sábado 29 de abril, presentará la intervención “Sueña que duerme en el fondo del mar”, protagonizada con artistas locales.
En esta ocasión, la obra tiene dos funciones programas abiertas al público: el sábado 14 y domingo 15 de mayo, a las 21 horas, en el Centro Cultural Julio Le Parc.
