Es el nuevo presidente de la Cámara de Exportadores de Mosto y representa en esa entidad al Grupo Cepas. Cree que este año habrá un aumento en el precio de las uvas criollas, aunque reconoce que es por debajo de lo que espera el productor. Estima que es necesario rever la ley de edulcoración con jugos naturales, con el objetivo que pueda ser aprobada en el Congreso.
-¿Qué perspectivas tienen para este año?
-Las perspectivas que tenemos son mejores que en los años que transcurrieron. El volumen de las exportaciones se está estabilizando entre 125 mil y 130 mil toneladas y en el mercado doméstico, entre 20 mil y 30 mil toneladas. Te diría que tenemos una muy buena expectativa respecto del volumen.
Se han tomado medidas que deberían favorecer las exportaciones como la quita de retenciones y el ajuste del tipo de cambio, si bien todavía no nos queda claro en cuánto puede construir este tipo de medidas a tonificar la renta que, en esta industria, está totalmente desaparecida. Estamos trabajando en el umbral de rentabilidad, porque tenemos un volumen estable pero con un precio por tonelada que se vino a pique desde 2012 en adelante. Por tonelada pura a granel estábamos en 1.200 dólares la tonelada y ahora estamos en 800 dólares la tonelada.
-¿Esperan una mejora en los precios internacionales?
-No creo que cambie el precio internacional. Lo que sucede es que al quitar las retenciones y mejorar el tipo de cambio, lo que se modifica es el esquema de costos. Es decir, se mejora el cuadro de resultados hacia abajo. Si los costos no se comen el ajuste del tipo de cambio, podríamos tener argumentos para buscar más volumen en el exterior, pero hay que ver qué sucede con los costos.
-¿Qué estimación de precios para la uva con destino a mosto tienen para la temporada?
-Hoy nuestro cálculo por los valores que disponemos es que el precio de la uva debería estar entre $ 1,23 y $ 1,24 el kilo. El año pasado nosotros pagamos 85 centavos que completaba el gobierno con un subsidio. Si mirás lo que se pagó el año pasado y los precios de este año, estamos en un salto importante en el precio de las uvas para mosto. Entendemos que el productor probablemente necesite un precio más tonificado pero el valor de la tonelada hoy no lo permite.
-¿A qué precio calculan el sulfitado?
-A $ 1,80 o $ 1,85 el litro de sulfitado.
-Varias asociaciones de productores aseguran que los mosteros no levantan los precios porque el acuerdo Mendoza - San Juan les brinda un mercado cautivo, ¿Cuánto hay de cierto en esa afirmación?
-El acuerdo Mendoza - San Juan no tiene por objetivo mantener cautivos a productores para que malvendan su materia prima. De alguna manera el mosto es el producto que ha venido siendo un paliativo para la industria vitivinícola, al absorber hasta el 30 o 35% de la uva de cada una de las cosechas.
Si no existiera la industria del mosto ¿qué valores tendría el vino? Lo que pasa es que una industria que pisa sobre los excedentes, termina transformándose en plantas industriales de buena capacidad y tecnología. La suposición que de alguna manera nosotros terminamos siendo la industria que nos favorecemos por el acuerdo, no es así; nosotros vendemos un commodity. Esto no favorece al mostero, favorece al productor porque sin el acuerdo, todos los precios de las uvas se desmoronarían.
-¿Se han reunido con los gobiernos por el acuerdo?
-Hemos estado reunidos con funcionarios de ambas provincias y manifiestan que hay vocación de mantener el acuerdo. Nosotros creemos que, si no se hace, se pierde la brújula y habrá cierta anarquía. Me parece que no le conviene a ningún actor de la cadena.
-¿Cómo está el escenario internacional?
Hoy la cosecha de manzana, en el hemisferio norte, no tuvo el volumen de otras cosechas anteriores, por lo cual hubo un repunte de su precio, lo que nos permite colocar algo más a nosotros. Tampoco esto nos permite pensar en un mercado gigante. Tal vez se pueda crecer un poco pero no podemos pensar en 200 mil toneladas.
-Los nuevos hábitos de consumo ¿afectan el negocio?
-Sí. Hoy hay una nueva filosofía de cuidar la cantidad de calorías y demás. Este cambio es estructural. Es decir que como va cambiando al hábito de consumo hacia tendencias más saludables, como menor consumo de calorías, eso nos puede afectar. Por ejemplo, algunos Estados de Estados Unidos -nuestro principal mercado-, en las colaciones que dan en cárceles o escuelas públicas, están reduciendo el consumo de calorías y compran productos que nosotros no podemos surtir, porque básicamente ofrecemos un producto con alto contenido calórico.
-¿Qué opinión le merece la resolución del INV sobre el control de agua vegetal diseñada para fiscalizar al sector?
-Al principio resultó una medida que nos tensó, porque nos ponía en una situación de fiscalización y de sobrecosto que, dada la rentabilidad nula que tenemos, no podíamos asimilar; pero la verdad es que hablamos con los técnicos del INV y estamos conformes con la resolución que finalmente sale, en la que se focaliza en la fiscalización y en lo importante que hay que mirar.
-¿Se puede dar un nuevo empujón al proyecto de ley de edulcoración con jugos naturales?
-Sí. Creo que merece una revisión pero como iniciativa estructural es muy buena para la vitivinicultura. Podríamos absorber los mosteros mayor cupo de uva y obviamente tener un mercado más grande. Igual creemos que el proyecto tiene que ser revisado y la Coviar debe proveer las modificaciones que el contexto esté demandando.