El presidente de la Cámara de Exportadores de Mosto, explicó cómo cierra la cosecha de uva este año, y qué volumen se espera obtener de jugo concentrado para edulcorar.
De acuerdo con el empresario, este año las proyecciones son poco auspiciosas en relación a la temporada 2019, pero se encuentran por encima del piso que tiene la actividad, por demanda internacional, y competencia a nivel mundial.
No obstante, la pandemia podría hacer que los exportadores de mosto perdieran meses clave en los que la competencia con el mosto europeo les hace perder las ventajas de trabajar a contratemporada.
-¿Cómo termina la cosecha, y qué se espera para la elaboración del mosto?
La cosecha está cerrando en entre 20 millones y medio y 21 millones de quintales de uva para Mendoza y San Juan, y están siendo destinados para mosto 5 millones y algo más de quintales.
Lo que pasa es que hay un buen grado de azúcar y calculamos que el derivado a mosto va a estar en el orden de las 130 mil toneladas, de las cuales pensamos que entre 10 y 15 mil van a ir al mercado local, y el resto a la exportación (alrededor de 115 mil toneladas). Dependerá de cómo se muevan los mercados que son nuestros destinos: Estados Unidos, Japón, Canadá y Sudáfrica.
En Estados Unidos ya conocemos los datos que la pandemia está provocando, pasa algo similar con Canadá, Japón está con un aislamiento obligatorio, y hay que esperar a ver como se comporta Sudáfrica.
Es decir que nuestros principales mercados están bajo las mismas condiciones de pandemia que Argentina y el resto del mundo. No podemos tener una idea clara de lo que va a pasar, no esperamos igualar las 150 mil toneladas del año calendario 2019, pero quizás entre 115 mil toneladas y 120 mil toneladas podamos llegar a colocar.
-¿Hasta el momento cómo han visto que se comporta la demanda internacional?
El ritmo de consultas o precios sigue siendo casi normal, con poca merma, la exportación de mosto en la sumatoria de los primeros meses daba que estábamos un 1% por encima, pero para adelante es difícil decir, porque es parte de la incertidumbre que hay.
El año pasado, el precio estuvo en alrededor de 1.090 dólares FOB la tonelada, y fue un precio en descenso en los últimos meses de 2019. En promedio, este año puede estar alrededor del mismo valor. Pero es difícil saberlo porque recién arrancamos el año, y vamos a ir viendo
Es muy difícil porque recién arrancamos el año. En los próximos 8 meses vamos a ir viendo cómo se comporta el mercado.
-¿Se trata de un sector con un mayor margen de tiempo para que todo esto pase, antes de salir a encontrar mercados?
Obviamente el mosto concentrado es un derivado del mosto sulfitado, que es el que se mantiene en pileta, pero en la medida en que se le agrega anhídrido sulfuroso para mantenerlo, después el proceso de concentración va a tener un mayor costo de producción.
Las mejores condiciones para un mosto de calidad se da en estos meses, después el costo del proceso aumenta.
Algunos estiman que hacia el segundo semestre del año la situación podría empezar a mejorar en el mundo, pero coincide con que empieza la cosecha del Hemisferio Norte, y las condiciones de competencia van a ser otras.
La ventaja nosotros la tenemos entre marzo-abril y julio-agosto, después si la cosecha es buena, el mosto de origen español, por ejemplo, ya puede empezar a condicionar el mercado.
-¿Y cómo evalúa la intervención estatal hasta el momento?
El año pasado el Gobierno intervino comprando mosto, de hecho lo fue vendiendo en licitaciones sucesivas que llegaron hasta febrero. Creo que se logró el objetivo para que los precios fueran escalonándose hacia el alza, y creo que entre lo que tuvo que intervenir, y cómo vendió, quedó bien cubierto.
Para este año se hablaba de un Banco de Vinos, pero con esta situación, es una iniciativa que podría tardar un poco en llevarse a cabo, porque se requiere que los fondos provinciales se aboquen a esta pandemia. Igualmente, es una medida que solicitó el sector vitivinícola y el Gobierno escuchó y propuso avanzar con esa solución, pero el anunció se dio el 7 de marzo, y para el 15 ya teníamos estado de alerta por el coronavirus.
-¿El mercado del mosto va más allá de la necesidad de liberar excedentes?
Hay un mercado, que es el de la necesidad de azúcar de fruta. Nosotros sabemos que tiene un piso y un techo. En 2007 alcanzamos un techo de 200 mil toneladas, y el piso debe estar en 100 mil toneladas, dependiendo del precio de venta del mosto argentino y de la competencia con el mosto español, y del jugo de manzana como sustituto. Pero tiene su demanda natural, más allá de los excedentes vínicos.