Fernando Espinoza: “Somos el chivo expiatorio de todos”

En 2016 será árbitro internacional y, con apenas 15 juegos en Primera División, repasa su carrera. “Este momento no lo hubiera imaginado”, dice.

Fernando Espinoza: “Somos el chivo expiatorio de todos”

Sonríe, siempre sonríe Fernando Espinoza fuera del campo de juego. Sin embargo, adentro, cuando le toca cumplir su trabajo, el contraste es notable. Su seriedad lo convirtió rápidamente en uno de los “niños mimados” del referato actual.

A poco más de siete meses de su debut en Primera División, el nacido en San Martín viajará el próximo domingo a Colombia, donde realizará un curso FIFA que lo catapultará a otro plano: el internacional. Un balance de su primer año en Primera División, el caso Ceballos y varios temas de actualidad fueron la excusa perfecta para una charla que se extendió más de lo previsto. El “Nani”, en su estado más puro.

-A punto de partir a un curso FIFA para ser árbitro internacional…

-Es una emoción muy grande. Haber debutado en Primera este año, tener 15 partidos en la máxima categoría y haber sido el árbitro del partido que definió el torneo (Banfield- Rosario Central) y estar designado para, a partir de enero de 2016, ser árbitro FIFA no me lo hubiera imaginado. Estoy muy contento, pero siempre con los pies sobre la tierra. Hay que estar tranquilo.

-¿Cuáles son los pasos para lo que vendrá?

-Me voy a Colombia el domingo y durante una semana estaré en el curso que dicta la FIFA para árbitros internacionales 2016. Volveré y ahí veremos si me queda dirigir algún partido de la Liguilla. Sino, a esperar que en enero se dé a conocer la lista de árbitros internacionales.

-¿Cómo es el régimen de designaciones para estos casos?

-Es por mérito propio. Cada Asociación hace seguimientos de cada partido, con informes de veedores. Además está lo que se ve por televisión, el estado físico y los errores cometidos. Todo es importante porque la designación viene desde FIFA. Hay un seguimiento tanto de AFA como de la Conmebol y FIFA. Te hace feliz eso porque te han estado mirando de todos lados y quizás no lo sabías.

-¿Hay una tabla de méritos?

-Cuando sos árbitro FIFA si existe una tabla de méritos de los diez mejores árbitros de cada país. Cuando pasa en Argentina y sos árbitro local, no existe la tabla pero si se tienen en cuenta rendimientos y demás datos a partir de seguimientos.

-¿La AFA informa una lista de posibles candidatos cada año a la FIFA?

-Todos los años, en setiembre, la AFA manda un listado de posibles árbitros FIFA. Tuve la suerte de hacer un preFIFA en julio, en Río de Janeiro, y eso me ayudó mucho. Hoy, en la lista de FIFA, soy el único árbitro argentino en ser internacional en 2016 (NdR: también está Gabriel Chade, de La Rioja, pero va como árbitro asistente).

-¿Te reconocés como el árbitro de mayor proyección del fútbol argentino?

-No creo que sea así. Estoy tranquilo. Siempre trate de hacer las cosas lo mejor posible en cualquier partido que me tocara: fuera amateur o Primera División. Hoy tengo la suerte de haber participado de la definición del torneo y fue una alegría enorme. Me dio respaldo y creo que estuve a la altura.

-¿Los nervios fueron iguales a los de debut?

-(Risas...) Creo que fueron mayores. Se habló mucho durante la semana de mi designación, de que no estaba a la altura de las circunstancias... Si bien para mi estaba casi definido el torneo, quedaba una posibilidad de desempate. Se habló mucho y traté de estar a la altura de lo jugado. Fueron muchos los nervios en la previa. Por suerte salió bien.

-Se habla mucho en estos tiempos de la necesidad de utilizar tecnología como forma de ayudar a los árbitros...

-No lo comparto, no al menos en todos los aspectos. El intercomunicador y el chip que se usa en los Mundiales para determinar si la pelota ingresó o no al arco es una idea que puede ayudar mucho, pero si la hinchada tiene que esperar para gritar un gol porque hay que repasar el replay, no sirve. Se pierde la esencia del juego. Para el rugby sirve y lo comparto, pero el juego es diferente. En el fútbol se perdería la esencia.

-¿Y sumar árbitros sobre las líneas finales del campo de juego?

-Se usa en Europa y siguen existiendo errores. Es una ayuda, sin dudas, porque estamos hablando de ya no ser ocho ojos, contando al cuarto árbitro, sino de doce. Igual no creo que aquí en la Argentina se pueda implementar, al menos por el momento, por una cuestión de costos.

-¿Cómo avanza la carrera de un árbitro a partir de su designación como internacional?

- A nivel FIFA es mucho más calculado todo. Se van quemando etapas. Es cierto que podés dar el gran  salto de categoría si sos un fenómeno, pero en general empezás con torneos menores a nivel internacional. Iniciás con Sudamericanos, luego pasas a Mundiales Juveniles y ahí podés llegar a ascender a Eliminatorias Sudamericanas, Copa América o Copa Libertadores...

-A tu criterio, ¿quiénes son los mejores árbitros argentinos de la actualidad?

-Néstor Pitana es, sin dudas, un  referente. Ya por el solo hecho de ser un árbitro mundialista merece respeto. Tiene mucha experiencia. Darío Herrera es otro árbitro que ha tenido una explosión en los últimos años. Y Germán Delfino y Mauro Vigliano son otros dos que me gustan mucho.

-Hablando del nivel arbitral, ¿coincidís que muchas veces influye el nivel del juego en el rendimiento de los árbitros?

-Sin ningún tipo de dudas. A medida que vas ascendiendo en las diversas categorías, no digo que se haga más fácil porque es más complicado, pero si se hace más simple la conducción del juego. Cuando el jugador quiere jugar, cuando las canchas están en condiciones y cuando las tácticas apuestan a intentar algo, es más simple. Cuando el campo de juego no ayuda, cuando un defensor elige como primer recurso el pelotazo, sin dudas que el arbitraje es uno de los grandes perjudicados.

-Tanta exposición mediática en el fútbol argentino no ayuda tampoco…

-No ayuda para nada. Hablaba el otro día con Gustavo Bassi y me contaba que en la época de él a los árbitros no se los conocía. El protagonista era el jugador de fútbol. Hoy es distinto. Los programas deportivos son mediáticos por naturaleza y nosotros quedamos expuestos ante el mínimo error. Debemos trabajar en esos errores para que no suceda, pero es complicado cuando tenés 18 cámaras por partido. Ojo, a veces esas mismas cámaras ayudan porque certifican que uno acertó en una decisión, pero es complicado con tantas presiones.

-El arbitraje está en la mira de todos y más en las categorías inferiores. ¿Sufriste algún intento de soborno en tus años en el ascenso?

-¡No, nunca jamás! Ni un llamado, ni un mensaje de texto ni siquiera un presidente que se acercó a decirme algo al camarín. Por eso me da mucha bronca cuando se habla de corrupción en el arbitraje de hoy. Los errores nuestros existen y creo que el error de Diego Ceballos en la final de la Copa Argentina (NdR: se refiere al penal) no hay árbitro en el mundo que quiera cometerlo. Ese error fue tan claro que nadie puede hablar de corrupción. Si hablo de errores del arbitraje y nos tenemos que hacer cargo.

¿Cuál cancha es la más complicada de las que te ha tocado dirigir?

-En Primera División, la cancha de Atlético de Rafaela, por sus dimensiones, es complicada. Dirigí ahí al local y a Newell's cuando los dos estaban necesitados de puntos y fue difícil. Y en el ascenso, la cancha de Árbol Verde, en San Juan, es complicadísima. Dirigí una final por el ascenso y ese partido tuve presiones y amenazas por todos lados (risas).

-El desplazamiento de Miguel Scime, de las designaciones tras la final de la Copa Argentina, ¿cómo le cayó a los árbitros?

-Es un año político y son decisiones políticas. El mes que viene se decide quien guiará la AFA y son decisiones que a nosotros no nos incumben. Nosotros estamos al margen.

-Al ser un árbitro joven, ¿cómo es la relación con los jugadores?

-Es rara. Al principio intentaban imponer la chapa, como le decimos nosotros. Pero al tener muchos partidos televisados se me conoce un poquito y los jugadores saben con quien se van a encontrar. Tratan de hacerse compinches y siempre la idea es mantener el diálogo.

Ceballos, Central y la caza de brujas

-¿Cómo viviste la final de la Copa Argentina con tantas polémicas?

-El error en el penal existió,  pero creo que se habló y que se juzgó demasiado. Es un error y se dijeron demasiadas cosas sobre perjudicar a Rosario Central, pero podés perjudicar a un equipo de otra manera. Fue un error de apreciación. Es un segundo donde pestañeás y él ve a Peruzzi caer dentro del área con pelota. Hay un jugador de Central que lo tapa y quienes no saben de táctica del arbitraje no se van a dar cuenta de esto.

Además, hace un movimiento Ceballos con la cabeza que se distrae de la jugada. Cualquiera que mire el video se va a dar cuenta de esto que te digo. Por eso te digo que se habló demasiado. El hecho de que haya sucedido en una final le dio mayor trascendencia al error.

-Lo que siguió fue una quema de brujas…

-Exacto. Somos el chivo expiatorio de cualquier jugador, técnico o dirigente. Estamos en este ambiente y nos tenemos que cuidar. No deja de ser un error, gravísimo, y a cualquiera le puede pasar mañana.

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