El viernes 28 de agosto se presentará la obra "El cementerio de automóviles", del reconocido autor Fernando Arrabal. La puesta, que se repetirá durante 4 funciones (todos los viernes de setiembre) será en la sala Circular del Espacio Le Parc (Guaymallén).
La dirección pertenece a José María Bombal y el elenco, íntegramente conformado por actores mendocinos, es el siguiente: Nicolás Naranjo (Tope), Mónica Terson de Paleville (Lasca), Jeremías D. Gutiérrez (Emanu), Luján Duarte Jurczyszyn (Dila), Agustín Giménez (Tiosido), Carlos Lorenzi (Milos) y Mariano Frías Santander (Foder).
En tanto, la escenografía es de Gustavo Valdez y Luciano Cortés. Como iluminador también se desempeñará Cortés y la música (original compuesta para esta pieza) y el sonido estarán a cargo de Darío Maugeri. El arte y el diseño pertenecen a Gustavo Valdez. La producción general, finalmente, pertenece a José María Bombal, a Luján Duarte Jurczyszyn y a Gustavo Valdez.
LA OBRA
Cierra esta frase, “El cementerio de automóviles” (1957): Emanu, trompetista de los pobres, es traicionado por el clarinetista Topé y entregado a la autoridad de Lasca y Tiosido, ante la indiferencia de una sociedad que habita automóviles abandonados.
La connotación evangélica es evidente. Y a través del tiempo como las acciones que se repiten de modo invariable en la creación humana, el ciclo de nacimiento, desarrollo y muerte invariablemente repite la dramaturgia en la que estamos sumergidos.
SOBRE FERNANDO ARRABAL
En 1962, en París, fundó junto a Alejandro Jodorowsky y Roland Topor el Movimiento Pánico. Fue juzgado bajo el régimen franquista y encarcelado en 1967 a pesar de la solidaridad de la mayoría de los escritores de esta época, desde François
Mauriac hasta Arthur Miller y del requerimiento del célebre dramaturgo irlandés Samuel Beckett que declaró: "Si hay una falta que sea vista a la luz del gran mérito de ayer y de la gran promesa para mañana y por eso que sea perdonada".
Desde mediados de los años setenta, alcanzó un verdadero reconocimiento en su país natal. Su carta al general Franco tuvo especial repercusión, publicada en vida del
dictador. Figuró, a la muerte de Franco, en el grupo de los cinco españoles más peligrosos con Santiago Carrillo, Dolores Ibárruri La Pasionaria, Enrique Líster y Valentín González El Campesino.
Ha dirigido siete largometrajes. Ha publicado trece novelas, ocho centenares de libros de poesía, varios textos para teatro y varios ensayos, entre los que destacan sus libros sobre ajedrez. Sus novelas han sido traducidas a numerosos idiomas.
Con sus novelas ha ganado en 1982 el Premio Nadal y el Nabokov International.
Entre sus obras más reconocidas, figuran:
Picnic (1952)
El triciclo (1953)
Fando y Lis (1955)
Guernica (1959)
La bicicleta del condenado (1959)
El gran ceremonial (1963)
El arquitecto y el emperador de Asiria (1966)
El jardín de las delicias (1967)
El laberinto (1967)
Bestialidad erótica (1968)
El cielo y la mierda (1972)
Su teatro completo ha sido publicado en dos volúmenes de más de dos mil páginas en la Colección Clásicos Castellanos de la editorial Espasa (edición e introducción de un centenar de páginas de Francisco Torres Monreal) en 1997, actualizada en 2009.
Arrabal ha obtenido dos premios nacionales de teatro siendo el dramaturgo más representado actualmente. La crítica lo señala como autor de un teatro genial, brutal, sorprendente y gozosamente provocador. Un potlatch dramatúrgico donde la chatarra de nuestras sociedades avanzadas se carboniza en la pista festiva de una revolución permanente. Hereda la lucidez de un Kafka y el humor de un Jarry; por su violencia se emparenta con Sade o con Artaud. Pero es, probablemente, el único en haber llevado tan lejos la irrisión.
"Gozosamente lúdica, rebelde y bohemia, su obra es el síndrome de nuestra
época de alambradas: una forma de mantenerse alerta", Dictionnaire des littératures (Éditions Bordas).
En París (su residencia permanente) fundó en 1961 con otros jóvenes el
movimiento "Pánico", con influencias de Tristán Tzara y el dadaísmo y estimulado también por André Breton. Conoció a la que luego sería su mujer y traductora, Luce Moreau, y estrenó Pique-Nique en Campagne (1959), dirigida por Jean Marie Serrau. Ese mismo año obtuvo una beca que lo llevó a Estados Unidos, ocasión que aprovechó para recorrer casi todo el país. Cuando volvió a Francia, su obra se consolidó en primera línea de las vanguardias.
Su teatro, encuadrado en la tendencia del absurdo, asume la mirada del niño (ajena a toda racionalización) y concibe el escenario como centro de confusión, terror, euforia, caos, pero también culto de la felicidad y rechazo de toda ley moral. A través de sus estrenos y su publicación en París el teatro de Fernando Arrabal alcanzó renombre universal.
FICHA TECNICA:
Obra: El Cementerio de Automóviles, de Fernando Arrabal
Dirección: José María Bombal
Elenco: Nicolás Naranjo (Tope), Mónica Terson de Paleville (Lasca), Jeremías D. Gutiérrez (Emanu), Luján Duarte Jurczyszyn (Dila), Agustín Giménez (Tiosido), Carlos Lorenzi (Milos) y Mariano Frías Santander (Foder).
Escenografía: Gustavo Valdez y Luciano Cortés
Iluminación: Luciano Cortés
Música original y sonido: Darío Maugeri.
Arte y diseño: Gustavo Valdez
Producción general: José María Bombal, Luján Duarte Jurczyszyn y Gustavo Valdez.
Fecha de estreno: 28 de agosto, a las 21.30
Funciones: todos los viernes de setiembre, a las 21.30
Lugar: Sala Circular, Espacio Le Parc (Guaymallén)
Entrada general: $ 120; estudiantes y jubilados: $ 100
Venta de entradas: en la boletería de Le Parc
Informes: 0261 154-546822