No se enfrentaría a un cavallino rampante, como lo ha hecho a lo largo de la última temporada, frente a él una recta de 140 metros. El jinete, el reconocido polista Facundo Pieres.
El español Fernando Alonso llegó, por primera vez, a la Argentina para cumplir con un desafío muy particular; en el que la máquina -en este caso una Bugatti de 1932- estaba al servicio de pintar frente a un caballo una escena con cierto aire de romanticismo.
En el circuito del Owners Club, una exclusiva asociación de coleccionistas de autos clásicos, en la localidad bonaerense de General Rodríguez, sobre la recta principal, la confrontación entre la bestia y la máquina ganaría aún mayor espectacularidad ante los flashes y las cámaras de un centenar de periodistas invitados que acudieron al glamoroso evento convocado por la firma internacional Chandon; aliada al equipo de Formula 1, McLaren-Honda.
En la previa, minutos antes de las 11, los camarógrafos seguían al detalle las acciones de cinco pilotos con sus antiflamas blancos y una franja negra en el pecho con el nombre de la Bodega mendocina.
Un dron sobrevolaba el auto de carreras, de color azul, que el asturiano llevaría -intentando dominar en su velocidad máxima- hasta la línea de meta. El aún potente rugido del motor de carreras fue la música de fondo para una coreografía publicitaria.
Alonso, un poco más bajo que Pieres, es el centro de atención. A principio de año, refrendando el acuerdo entre ambas firmas, junto a su compañero de escudería Jenson Button, visitaron los viñedos de Chandon en Australia para grabar un divertido comercial en el que realizaron una carrera a través de la plantación de Domaine Chandon.
Pero esta es otra historia, una batalla simbólica entre el hombre y la naturaleza, una desafío oportuno mientras el piloto español se encuentra en viaje para competir en el Gran Premio de San Pablo, Brasil.
La mano del hombre, la naturaleza y el paso del tiempo, un elenco estelar para una propuesta que no pierde vigencia.
Una interpelación a las emociones y que -con esta carrera en particular- encendió la "chispa" del juego. Diez, once, quince segundos... en realidad el tiempo ya no importa.
El animal se extiende con una plasticidad absoluta, su musculatura se contrae como un eslabón para el siguiente paso sobre el césped; el implacable goleador de la Ellerstina, con el número uno sobre su espalda, lo acompaña para liberar toda su potencia.
Sobre la cinta asfáltica, el rugido del coche es la medida con la que se achican las distancias. Fernando Alonso viaja impávido detrás del volante. Bajo los carteles de llegada, ambos cruzan a la par y la voz del periodista Juan Pablo Varsky dictó su sentencia.
Ayer, la máquina y la naturaleza quedaron sobre tablas; el hombre de blanco y el hombre de negro quedaron igualados en la memoria de todos los espectadores, al menos (por cortesía) no hubo un ganador...
Sin embargo, aquel chico que nació en Oviedo en 1981 y ganó dos veces el título mundial de Formula Uno (2005-2006, con Renault) demostró ante un reducido público que una de sus grandes pasiones es animarse a jugar. Conformes, Alonso y Pieres se dieron la mano y descorcharon un vino espumante en señal de celebración.
Motivos para festejar no faltaron, Luego de bajarse del auto, con el que “inocentemente” le robó un par de vueltas al circuito, Alonso había confesado: “Eso fue divertido”.
La asociación de Chandon con la escudería ganadora de 182 carreras, 12 títulos de pilotos y ocho Copas de Constructores tiene más de un año de antigüedad y representa el espíritu de las marcas por desafiar los límites persiguiendo la perfección con pasión.
Chandon, nacida en la Argentina en 1959 cuando Moët & Chandon se estableció en Mendoza, invitó a Alonso para que conociera el país previo a su presentación en el Gran Premio de Brasil de este fin de semana.
Durante su corta estancia en la Argentina, el asturiano se atrevió al desafío con Pieres. "Sabía que el caballo me sacaría ventaja en los primeros metros porque siempre arranca más rápido que un auto, pero cuando la distancia va aumentando es posible alcanzarlo", contó Alonso al cabo del desafío.
Antes había conversado animadamente con Pieres: "Conozco el polo, en España tenemos el torneo de Sotogrande, pero aún estoy familiarizándome un poco... Sé que hay cuatro jugadores por equipo, cuántos tiempos son, me sorprendió que cambian tanto de caballo durante los partidos”.
Fernando Alonso afirmó en conferencia de prensa que “siempre he tenido conexión con la Argentina: el mecánico que me cargaba combustible en mis tiempos en Renault era argentino. Con él gané mis dos campeonatos mundiales. Y en el ambiente de la Fórmula 1 siempre hay contacto, compartimos la lengua madre. Además, desde lo futbolístico, como soy hincha de Real Madrid, recuerdo los tiempos de Fernando Redondo, luego de Fernando Gago y Gonzalo Higuaín... A pesar de esto, confieso que durante alguna prueba de Fórmula 1 en Montmeló he ido a ver al Barcelona y Leo Messi es el mejor del mundo”.
El bicampeón 2005/2006 se prepara para el Gran Premio de Brasil, penúltima fecha de la temporada, al tiempo que espera pelear el título en 2017: "Ojalá que el cambio de reglas que afronta la Fórmula 1 nos ayude a recortar la distancia con los equipos de punta y podamos luchar adelante, que es lo que deseamos. Si bien estamos mejor que en 2015, aún no es suficiente para McLaren-Honda ni para mí. En el Campeonato Mundial siempre ha habido ciclos y no son infinitos. Las nuevas regulaciones abren las posibilidades a otras escuderías y esperamos que eso decante para nuestro lado. Quiero conseguir mi tercer título y esa es mi prioridad. Espero que el reglamento 2017 permita que la Fórmula 1 vuelva a ser de ataque y no de ahorro como es actualmente, ya que después de la primera vuelta no se puede ir a tope porque se deben cuidar los neumáticos, el combustible y la batería”.
Por más que no está de acuerdo por cómo está la F1 actual, Alonso reconoció que “ninguna” categoría puede “acercarse” a su nivel, y que si no continúa en ella, le gustaría correr las 24 horas de La Mans, pero que es “optimista” del futuro de la especialidad y “sueña” con recuperar la “motivación”.
Alonso hizo un repaso por sus 16 temporadas ligado a la máxima categoría: "Cuando llegué al Mundial para mí ya era un sueño cumplido.
Corría Michael Schumacher, Mika Häkkinen, los grandes campeones que veía por televisión... Recuerdo que luego de mi primera clasificación, el sábado en Australia 2001, llamé por teléfono a mi padre y él, un poco pesimista, me dijo: ´Disfrútalo mañana porque quizá ya para la segunda carrera no estés. Al menos podremos decir en la familia que has corrido un Gran Premio en F-1. Y miren todo lo que ha llegado después. Ha sido un regalo”.
El piloto de McLaren-Honda recordó al heptacampeón Schumacher como "uno de los pilotos más difíciles que he enfrentado porque cuando estaba en Ferrari tuvo un auto dominante y luego, aunque no lo fuera, siempre aparecía peleando adelante".
A los 35 años y con más de 30 de experiencia en las carreras, Alonso sigue encontrando razones para celebrar: "La vida te da razones día a día, incluso en los que tienes pensamientos negativos encuentras algo para celebrar. Celebro cómo me ha ido en mi carrera, mi familia, haber podido construir mi museo, un circuito de karting y una escuela".
Tras su firme deseo de visitar Argentina, Alonso admitió que es una "tierra" en la que viven muchos compatriotas y como es hincha del Real Madrid, admiró en ese equipo a "Fernando Redondo, Gonzalo Higuaín y Fernando Gago", aunque admitió que Lionel Messi es el "mejor" del mundo.
El ganador de 32 Grandes Premios se atrevió a compartir la receta de una de sus últimas creaciones, The Spark, el cóctel que preparó para Chandon este año en Australia.
"Puedo anticipar que es picante", confesó. La Chispa está elaborado con Chandon Brut Nature, jugo de uvas, pimientos picantes, jarabe de moras con pimienta rosa y un poco de hielo.
El evento tuvo como anfitrión a Ramiro Otaño, director general de Moët Hennessy Argentina, y contó la presencia de Federico Álvarez Castillo, Lara Bernasconi, Juan Gil Navarro, Agustín Canapino, Iván de Pineda, Cocho López, Javier Iturrioz, Delfina y Nacho Figueras, Teresa Garbesi, Carlos De Narváez.
Los Detalles de una alianza exitosa
Siendo uno de los equipos más exitosos en la historia de la Fórmula 1, McLaren-Honda se asocia con Chandon, para celebrar logros, pasiones, conquistas y esfuerzos. Esta asociación destaca perfectamente el espíritu pionero de ambas marcas: ir siempre más allá, desafiar los límites y buscar nuevos horizontes.
También refleja un espíritu de tradición, pero con la audacia de seguir buscando la perfección y los logros, con maestría y pasión. Chandon es una marca que nace en Argentina en 1959, cuando Moët & Chandon decide establecerse en Mendoza para ampliar sus horizontes. Es por ello que la marca decidió invitar a Fernando Alonso a conocer por primera vez nuestro país.
A lo largo de todos estos años, Chandon se fue convirtiendo en una marca global, con el objetivo de convertirse en el espumante más reconocido en el mundo.
En este contexto se decide esta asociación, que es una colaboración mundial a largo plazo que aportarán las burbujas de Chandon al famoso Equipo de Fórmula 1 McLaren-Honda.
La Fórmula 1 se corre en 19 países de cinco continentes, mientras que Chandon produce sus vinos en seis países y también está disponible en cinco continentes.
Una marca con 50 años de historia
Chandon es una de las icónicas Maisons de Moët Hennessy, parte del grupo LVMH. Fue fundado con un espíritu pionero: después de varios años de profunda investigación en diversos países de Sudamérica, Renaud Poirier, enólogo prestigioso y muy respetado de la región de la Champagne, llegó a la Argentina y se enamoró de Mendoza, por su naturaleza y su enorme potencial cualitativo.
Descubrió un terruño de características excepcionales ubicado al pie de la cordillera de los Andes, y Moët & Chandon decidió fundar allí su primera filial fuera de Francia. En 1960 se lanzó Chandon, la marca que hace más de 50 años mantiene el liderazgo de los espumantes en la Argentina.
Chandon cuenta con seis bodegas en todo el mundo. Cada una de ellas es el resultado del espíritu pionero de la Maison Chandon, y se fundaron con el objetivo de elaborar vinos espumantes de excelencia en los mejores terroirs del mundo: Argentina, EE.UU., Brasil, Australia, India y China.
