La senadora nacional Anabel Fernández Sagasti mostró su posición respecto a la denuncia penal contra su compañero de bloque, el tucumano José Alperovich, quien fue acusado por su sobrina de violarla.
En un breve contacto con la prensa, la legisladora mendocina aseguró esta mañana que "siempre les creemos a las mujeres", y pidió que la Justicia actúe lo más rápido posible para que "los argentinos podamos saber qué es lo que realmente sucedió".
"Esto es algo que a todos los argentinos nos duele, en todos los ámbitos. Deberá demostrar él en la justicia qué es lo que sucedió; va a intentar demostrar su inocencia; nosotros esperamos que la justicia actúe los más rápido posible", señaló Fernández Sagasti, antes de ingresar al Congreso.
Será esta tarde cuando la Honorable Cámara de Senadores de la Nación trate el pedido de licencia que pidió Alperovich, quien regresó a nuestro país procedente de unas vacaciones en Miami.
El ex gobernador tucumano cuenta con inmunidad de arresto por los fueros parlamentarios que le conceden los artículos 68, 69 y 70 de la Constitución Nacional, que impiden a otros poderes del Estado "acusar, molestar y detener" a los representantes del Congreso por razones políticas.
Según la sobrina del dirigente peronista, los abusos ocurrieron mientras ella trabajaba como asesora en su última campaña.
La denunciante dijo en la carta que "no escribo para convencer a nadie de nada. Estoy aquí contra la opresión del silencio y por la necesidad de recuperar mi vida, de sanar llamando a las cosas como son, sin suavizarlas ni teñirlas, poniéndole al monstruo nombre y apellido. Cuando no le ponés nombre, no existe".
"El mío se llama José Jorge Alperovich, mi tío segundo y jefe, por quien fui violentada sexual, física y psicológicamente desde diciembre del 2017 hasta mayo de 2019. Durante un año y medio sufrí violaciones a mi integridad física y sexual. El avasallamiento fue demoledor. Tanto que ni siquiera pude ponerlo en palabras. Él oscilaba libre y cómodamente en los tres escenarios ante los que me posicionaba: el familiar, el laboral y el del horror de la intimidad que me forzaba a vivir con él", relató la joven de 29 años.