Fernández Sagasti contra la libertad de expresión

La senadora nacional por Mendoza, Anabel Fernández Sagasti, cuestionó la distinción que el Congreso Nacional otorgó al dibujante Hermenegildo Sábat. Su “fundamento” carece de todo fundamento.

Fernández Sagasti contra la libertad de expresión

La senadora nacional por Mendoza, Anabel Fernández Sagasti, junto a varias legisladoras del Frente para la Victoria, planteó días pasados, durante una sesión, una cuestión de privilegio contra la vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti, y contra el senador nacional -también por Mendoza- Julio Cobos, por haber entregado la distinción Domingo Faustino Sarmiento al artista plástico Hermenegildo Sábat. Una actitud absolutamente desubicada de la legisladora nacional por la provincia ya que, amparada en un discurso de una supuesta violencia de género por parte del artista, lo que en realidad buscó junto al grupo de senadoras que la acompañaron, fue avanzar sobre la libertad de expresión y resguardar a la ex presidenta de la Nación, Cristina Fernández, de dibujos, caricaturas y hasta de notas de opinión, en un momento en que su gestión está siendo investigada por la Justicia.

Sábat es considerado el decano de los caricaturistas más importantes de la historia argentina. Nacido en Uruguay en 1933, reside en nuestro país desde 1966 y obtuvo la ciudadanía en 1980. Ha recibido premios honoris causa en importantes universidades internacionales y fue distinguido como ciudadano ilustre por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y por la Universidad de Montevideo. Sin embargo, dos dibujos suyos motivaron la reacción del kirchnerismo durante la gestión de Cristina Fernández. El primero, durante la crisis con el campo, cuando dibujó la boca de la ex presidenta con dos cintas adhesivas y la segunda con un ojo morado, durante una marcha contra el femicidio.

La propia ex presidenta hizo público su enojo al calificar al primero de los dibujos de Sábat como un “mensaje cuasi mafioso”, mientras los obsecuentes aduladores del kirchnerismo no quisieron quedarse atrás, como ocurriera con el filósofo José Pablo Feinmann, quien aseguró que se trataba de un “dibujo mafioso” y arremetió contra los uruguayos, afirmando que son todos antiperonistas, a excepción de Víctor Hugo Morales. El “intelectual” se enojó con los defensores de Sábat, indicando que “lo quieren comparar con Dalí o con Picasso, pero Picasso nunca dibujó a Hitler dando una piña a una mina”.

De ese discurso seudofeminista que intentó en todo momento imponer el anterior gobierno se tomó la legisladora mendocina para impulsar la cuestión de privilegio. Fernández Sagasti debe mucho a la ex presidenta. Llegó al Congreso impuesta por “el dedo” de Cristina en la integración de las listas de un justicialismo local que aceptó sin chistar (mucho menos discutir) las imposiciones de la Casa Rosada y se convirtió en la cabeza de playa de La Cámpora en la Cámara alta.

Al planteo de la legisladora mendocina se sumó su par de Santa Cruz, Virginia García, quien fue durante cinco años directora regional de la AFIP, cargo creado por Ricardo Echegaray. De acuerdo con las crónicas periodísticas, nadie podría probar que fue puesta allí por su parentesco con Máximo Kirchner o por su militancia en La Cámpora, pero sí que no llegó por concurso ni por trayectoria. En los cinco años que permaneció en el cargo, antes de ser senadora, Lázaro Báez evadió 223 millones de pesos en aportes y la AFIP no lo detectó.

La senadora nacional por Mendoza, Anabel Fernández Sagasti, puede y debe defender los derechos de la mujer, pero lo que no puede hacer es esconder, detrás de ese planteo, una defensa política de la ex presidenta, aduciendo violencia de género en la expresión de un dibujante. Menos aún cuando ese dibujante, Hermenegildo Sábat marcó con su pluma la libertad de expresión, no sólo en la democracia sino también en la época de gobiernos militares, por lo que el reconocimiento del Congreso es absolutamente justificado.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA