El plan para terminar con el hambre es tal vez la promesa más ambiciosa del aspirante presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández, porque fija como prioridad luchar contra esa histórica problemática, además de que parece ser el camino para construir consensos que fortalezcan la gobernabilidad. Fija la prioridad, crea un consejo federal, pero no dio demasiados detalles de cómo se combatirá el hambre si gana las elecciones.
"Olvidemos las diferencias, lo que no separa y pensemos cuánto nos necesitan lo que la están pasando mal", pidió al encabezar un acto en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, donde lo escucharon dirigentes políticos, sociales, sindicales, empresariales, de organismos de derechos humanos y de la Iglesia Católica.
Fernández planteó que la lucha contra la pobreza ya no resiste los enfrentamientos partidarios ni ideológicos. "El único mensaje que quiero darles hoy es: olvidemos toda diferencias y juntémonos a terminar con el hambre en la Argentina. No me importa de dónde vienen, lo que piensan, démonos cuenta que no podemos vivir en paz con semejante flagelo".
Entre los presentes se contaron el cura villero José María "Pepe" Di Paola; el presidente de Cáritas Argentina, monseñor Carlos Tissera; el titular de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Juan Grabois; y el empresario Antonio Aracre, CEO de Syngenta, una de las mayores comercializadoras de semillas del mundo.
Fernández reveló que Aracre le manifestó su voluntad de "donar el 1% de su producción" para colaborar en la lucha contra el hambre y resaltó que aquel compromiso lo motivó a impulsar la iniciativa que diseñó a partir de una conversación con el periodista Martín Caparros.
El presidente de la COPAL y vicepresidente segundo de la UIA, Daniel Funes de Rioja, ayer también se mostró dispuesto a "hacer las donaciones de alimentos siempre y cuando la situación mejore".
En la nómina de los asistentes también se destacan la conducción de la CGT, Héctor Daer, y de su hermano Rodolfo, jefe del gremio de la Alimentación; del Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel; de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, y de los dirigentes sociales Emilio Pérsico y Juan Carlos Alderete, entre otros.
Otra de las grandes particularidades fue la presencia de Gustavo Béliz, quien estuvo a cargo del ministerio de Justicia durante la gestión de Alberto Fernández como Jefe de Gabinete. Fue la primera vez que se vio al dirigente porteño, que ahora se desempeña en el BID, participar de un acto de campaña del Frente de Todos.
El plan y algunos nombres permitieron rememorar un anuncio simular: al igual que en 2003, cuando Néstor Kirchner impulsó el Plan de Seguridad Alimentaria denominado "El hambre más urgente", fue Daniel Arroyo el encargado de presentar los detalles de la iniciativa.
El dirigente bonaerense, que suena como potencial ministro de Desarrollo Social, explicó que la hoja de ruta contempla la creación de un Consejo Federal que se reportará directamente al Presidente; medidas para garantizar el acceso a la Canasta Básica, como la distribución de una tarjeta de alimento y fortalecer cadenas de producción y canales de comercialización. Dijo que todo ello demandará una "gran participación de provincias y de municipios".
"El punto tal vez más importante es la infraestructura básica. No puede haber hambre en un país que produce alimentos. Esto es una gran convocatoria a la primer política de Estado del siglo XXI en la Argentina", completó y aclaró: "no hay nada cerrado".
El representante
Alberto Fernández subrayó que en su espacio "representan a los que la están pasando mal", entre los que mencionó a quienes "padecen hambre, que se quedaron sin trabajo, a la Pequeña y Mediana Empresa que quiere producir y no puede, y a la gran empresa que quiere involucrarse en un cambio para que la economía se vuelva productiva".
Sin obviar el tono de su campaña, el aspirante presidencial de la oposición recurrió al término "reperfilar", que utilizó el Gobierno nacional para explicar el default selectivo de la deuda de corto plazo, y volvió a diferenciarse: "Lo primero que vamos a reperfilar son los precios de la canasta básica porque no es posible que en el país del trigo y de las vacas, el pan y la leche no paren de subir y falten en la mesa de los argentinos".
Fernández llamó además a "resolver el problema de la ley de góndolas", tal como le pidió Grabois. "La ley de góndolas excluye a muchos productores que pueden dar sus productos a mejores precios. Hay dos proyectos, por qué no los empezamos a trabajar ya, por qué tenemos que esperar hasta el 10 de diciembre", pidió.