El fin de semana antepasado fue el llamado “extralargo” de junio; algunos mendocinos tal vez se pregunten cuándo será la próxima jornada que permita una escapada o un descanso más extenso de lo habitual.
Habrá que esperar poco tiempo: el próximo fin de semana largo será del 8 al 10 julio. El viernes 8 de julio fue decretado como feriado puente para incentivar el turismo. De esta manera, los argentinos dispondremos de un nuevo fin de semana holgado porque se suma al 9 de julio, fecha en que se conmemorará el Bicentenario de la Independencia. De hecho, no pocas familias comenzarán antes sus vacaciones al estar previsto el receso invernal escolar a partir del lunes 11.
La Argentina tiene demasiados días de inactividad por celebraciones o recordatorios de determinados sucesos; en rigor muchos más que otras naciones de la región y del mundo entero.
El último que se incorporó fue el recordatorio por la muerte de Martín Miguel de Güemes, prócer de la emancipación argentina.
Nadie puede negar los servicios prestados a la Nación por el heroico salteño a través de su resistencia y defensa del norte del país en los años fundacionales, por lo que resulta justo el recordatorio incorporado, pero también debe señalarse que sorprendió la instauración de este nuevo feriado.
El presidente Mauricio Macri había sostenido, en la campaña electoral, que iba a reducir la cantidad de feriados si llegaba al sillón de Rivadavia. Su argumento consistía entonces en que la gran cantidad de días festivos “es un tema que no fue bueno para el país ni para el turismo. Iremos viendo qué es lo que vamos a hacer”.
Sea como fuere, el día no laborable por Güemes para las administraciones públicas se instaló en el calendario, cuando en realidad se había prometido una reducción.
El fundamento de la medida es incentivar el turismo en los denominados “fines de semana largos”, continuando una tendencia que se iniciara años atrás con la movilidad de ciertos feriados nacionales. Existe toda una controversia al respecto porque hay números que marcan un retroceso en las actividades vinculadas con la industria sin chimenea.
Con respecto a la producción, a todas luces la inactividad aumenta los costos de centros fabriles y disminuye la productividad en general, aspecto que en nada favorece a un país como el nuestro que quiere crecer y salir del estancamiento. Además, el exceso de feriados es profundamente inequitativo. Algunas personas son beneficiadas y otras perjudicadas. Entre las primeras están quienes cobran haberes mensuales sin importar cuántos días trabajan.
Es casi seguro que ya no se puedan reducir los días inactivos establecidos; se han instalado en la realidad de la gente y no aparece a la vista la posibilidad de un debate sereno para intentar reducirlos sin herir susceptibilidades. Pero sí debe mediar el firme propósito de no aumentar los días festivos y mucho menos agregar “días puente”. Decimos esto porque en La Rioja, el 4 de agosto fue declarado asueto provincial por el asesinato del obispo Enrique Angelelli, hace 40 años. La iniciativa de nacionalizarlo ya fue remitida al Presidente.