La feria de Ugarteche, un fenómeno que crece en cada época de crisis

Todos los domingos, a partir de las 7 y hasta pasado el mediodía, el centro de este distrito venden gran variedad de artículos.

La feria de Ugarteche, un fenómeno que crece en cada época de crisis
La feria de Ugarteche, un fenómeno que crece en cada época de crisis

Algunos feriantes llegan a Ugarteche el sábado a la tarde y pasan la noche a la vera del camino para no perder el lugar para su puesto. Otros, salen de sus casas en el Gran Mendoza a las 5 ó 6 para conseguir una buena ubicación.

Los domingos en la mañana, la intersección de las rutas 15, 16 y 86 se convierte en una feria al aire libre que se extiende por más de 5 kilómetros y en donde se puede conseguir desde frutas y verduras, pasando por ropa y calzado nuevos y usados, hasta electrodomésticos y antigüedades.

Blanca vive en Luján pero pasa todos los domingos, desde hace 5 años, en Ugarteche. Allí, sobre la ruta 15, ubica un par de mesones con manteles en los que expone los artículos de bazar y regalería, nuevos y usados.

La mujer cuenta que tiene cosas propias y otras que le da gente para que venda y que algunas son antiguas. Y destacó que el ambiente es muy tranquilo y familiar, y que entre todos se cuidan.

Claudia y Paulo son de Papagallos (Capital) y se van los sábados al mediodía a esta localidad de Luján para estar cuando la feria abre -de 13 a 19-, y quedarse hasta el día siguiente, ya que los compradores empiezan a llegar los domingos a las 7.

Él, que ofrece artículos de ferretería -mientras ella, ropa-, señaló que para ellos es una ayuda, pero que cada vez hay más feriantes, varios ocasionales, y que eso hace que las ventas disminuyan.

Susana y su esposo son de Godoy Cruz y empezaron a ir a la feria hace un año, cuando se mudaron y les sobraron varias cosas, entre ellas ropa y calzado, elementos de trabajo de él, algunos libros y revistas, e incluso interruptores, cables y caños.

También venden un termotanque y un lavarropas. No van todos los fines de semana, pero cada tanto disponen sus cosas para que los visitantes las vean.

“Gracias a este lugar estoy viviendo”, asegura Rodolfo, quien vive en Godoy Cruz y tiene su puesto en la feria al aire libre. De todos modos, señala que hace 5 años se vendía mejor porque ahora son más los que llevan sus cosas y la situación no es tan buena. También se mostró apenado porque hay gente que vende su propia ropa, que en su momento les salió cara y hoy casi regalan para poder comer.

Jesús, quien atiende en el mismo lugar que Rodolfo, comentó que es de Ugarteche pero en la zona no hay oportunidades para él, pese a que es técnico electricista y técnico instalador de riego.

Explicó que hay personas que vienen del norte y trabajan por muy poco dinero, mientras los que quieren hacer valer su trabajo se quedan sin tareas para desempeñar.

Un paseo de compras

Claudia, de Tunuyán, llegó después del mediodía a recorrer la feria en familia. Mientras ella veía los puestos de ropa y calzado con hijos y sobrinos, los hombres se habían quedado en los que ofrecen repuestos para autos y motos.

“Acá hay lo que busques. Mercadería, verdura, elementos para la construcción, ropa nueva y usada. Y a buen precio, mucho más barato que en donde yo vivo”, señaló.

Gabriela y Gastón, quienes tienen un par de gazebos donde ofrecen comidas rápidas, contaron que han empezado a ir turistas e incluso el fin de semana pasado llegaron chilenos.

Ellos salen de Maipú a las 5 para llegar con tiempo a armar todo. Años atrás, empezaron a vender ropa usada, hasta que vieron que ofrecer comida a los otros feriantes y quienes compran era una buena opción.

La feria se extiende desde el persa hacia el norte por la calle San Martín hasta la ruta 15 y toma parte de las rutas 16 y 86. Hay un sector más antiguo, cerca de la rotonda en la intersección de estos caminos.

Aquí se ubica Hilda, quien de lunes a sábado trabaja en un local de ropa en 9 de julio y General Paz (Capital), y los domingos sale a las 6 de San José (Guaymallén) para vender sus propios artículos de indumentaria en Ugarteche.

Leonardo es otro de los que ocupa uno de los gazebos en el área tradicional. Sin embargo, él no vende sino que ofrece un servicio: el de peluquería.

El hombre señaló que entre semana hace ladrillones en un horno en Las Heras y que los domingos se dedica a su otro oficio y que corta el pelo a personas de Tupungato, Tunuyán, San Carlos y hasta de San Rafael.

El horario de mayor movimiento de personas es entre las 10 y las 12 de la mañana, y después de las 14 muchos feriantes levantan sus puestos. Sin embargo, unos pocos se quedan esperando clientes de último momento hasta pasadas las 16.

Más de 30 años de historia

Lo primero que hubo en Ugarteche, aseguran los históricos, fue el mercado persa, que tenía capacidad para unos 200 puestos.

Cuando creció la cantidad de vendedores, algunos salieron a la calle y así nació la feria callejera de los fines de semana, que creció hasta llegar a unos 3 mil feriantes a 5,3 kilómetros de puestos sobre la ruta.

Hace alrededor de una década, rememoran, la Municipalidad quiso sacarlos, pero la gente protestó y finalmente optaron por ordenar el tránsito y velar por la seguridad de feriantes y visitantes.

Quieren capacitar a los vendedores y buscan un predio

Juan Marcelo Lucerna es el nuevo delegado municipal de Luján en Ugarteche y una de sus primeras tareas ha sido realizar un relevamiento de los puestos.

Pero destacó que la intención de la comuna no es hacer desaparecer la feria, sino ayudar a los emprendedores a mejorar el espacio.

Lucerna explicó que quieren acompañar sobre todo a los feriantes de Ugarteche, Carrizal, Perdriel y Agrelo; que capacitarán a quienes manipulen alimentos; y que buscarán un predio para que puedan ubicarse fuera de la ruta y cuenten con sanitarios.

“Queremos colaborar para que sea un centro comercial modelo”, planteó.

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