Feminicidios y aborto: mujeres tejen para intensificar la lucha en Argentina

Centenares de cuadrados verdes tejidos a crochet, con los nombres de víctimas, serán unidos en una enorme bandera.

Feminicidios y aborto: mujeres tejen para intensificar la lucha en Argentina
Feminicidios y aborto: mujeres tejen para intensificar la lucha en Argentina

Tejen en crochet centenares de cuadrados verdes. En cada uno bordan el nombre de una víctima de femicidio. Los tejidos se unirán en una inmensa bandera. Son mujeres que transforman una práctica ancestral en lucha feminista, en ebullición en Argentina.

Lucía Pérez, Verónica Escudero, Giselle Alves, Inés Vitta, Liliana Holguín... sus nombres van quedando escritos. Mujeres asesinadas, la gran mayoría a manos de sus parejas o exparejas.

Entre enero y febrero, hubo 54 feminicidios en el país y 42 niños quedaron huérfanos, según el Observatorio Ahora que Sí Nos Ven. En 2018, el promedio fue de una mujer muerta a manos de un hombre cada 29 horas.

"Uno lee la historia de cada mujer y te quedas tomado por la emoción", dice Miranda Frigeri, una artesana de 37 años que acaba de salir de una "relación tóxica" de dos años.

El macramé que le dio de comer como artesana en el sur de Argentina ahora le permite encontrarse con sus congéneres que participan en "Tejiendo feminismos", un movimiento que aspira a llevar al Encuentro Plurinacional de Mujeres de octubre la mayor bandera feminista que se recuerde.

Miranda es una de la treintena de mujeres que, sentadas en el césped una tarde de domingo en un parque de Buenos Aires, tejen en crochet o con dos agujas los cuadrados verdes, color que simboliza la lucha por el aborto legal.

"Ni una menos; aborto legal, seguro y gratuito; la lucha contra el machismo. Para mí todas las causas son una y se complementan. Son una revolución contra el patriarcado", sostiene Evelyn López, de 27 años, quien dejó atrás un pueblo conservador a 300 km de Buenos Aires donde en su niñez aprendió a tejer con su abuela y sus tías.

Ya hay más de medio millar de cuadrados verdes tejidos. Para octubre, serán miles para la bandera gigante que busca visibilizar la lucha feminista. "Se trata de armar redes de mujeres para potenciarnos", dice Daniela Zapata, de 33 años, una de las impulsoras.

"El tejido no solo sucede adentro de una casa. Es una fuente de trabajo que viene de herencia, siempre hay una abuela, una madre que enseñó", agrega.

Desde el furor en 2015 del movimiento #NiUnaMenos en rechazo a la violencia sexista hasta la viralización del #MiraComoNosPonemos en 2018 a raíz de una denuncia de abuso por parte de una actriz, la lucha por los derechos de la mujer abre surcos en Argentina.

Manifestaciones masivas, campañas y debates se multiplicaron en los últimos años para hacer eclosión en 2018 con el reclamo por el aborto legal, seguro y gratuito, avivado por la efervescencia juvenil y adolescente. El 2019 promete no quedarse atrás.

Se multiplican las denuncias de abuso y acoso. Mujeres se atreven a hablar de antiguos padecimientos.

"Si bien el marco principal fue el aborto, en 2018 se estuvo discutiendo de la gran desigualdad y la gran discriminación que aún vivimos las mujeres", afirmó a la AFP Mabel Bianco, presidenta de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM). "Los que rechazan la legalización del aborto en realidad están atentando contra la perspectiva de género".

Si los feminicidios despiertan el rechazo unánime, la legalización del aborto, en cambio, divide aguas en Argentina, el país del papa Francisco, cuyo Estado es de culto católico apostólico romano de acuerdo con su Constitución.

La presión de una parte de la sociedad derivó al año pasado en un inédito debate parlamentario sobre la interrupción voluntaria del embarazo, hasta entonces esquivado por todos los gobiernos, que impulsó el presidente Mauricio Macri y luego acabó incomodándolo.

Tras un histórico voto favorable en la Cámara de Diputados, el proyecto fue rechazado en el Senado donde se impuso la postura más conservadora, autoidentificada como los "pro-vida".

Se estima que un centenar de mujeres mueren al año como consecuencia de abortos clandestinos.

El tema está lanzado a la arena. En este año electoral, los candidatos ya no podrán eludirlo.

En Argentina una norma de 1921 autoriza la interrupción voluntaria del embarazo solo cuando la vida de la mujer está en peligro o cuando es producto de una violación. Pero muchos médicos y algunos gobiernos provinciales se resisten a aplicar la ley.

En lo que va de 2019, dos casos en el conservador norte del país despertaron la indignación de miles de mujeres.

Una niña de 12 y otra de 11 fueron violadas por un vecino y un abuelastro, respectivamente. Ambas quedaron embarazadas. Las pequeñas pidieron un aborto amparado por la ley, pero las autoridades demoraron la respuesta a su demanda y al final tuvieron que someterse a una cesárea. El primer bebe murió a los pocos días. El segundo pesó apenas 700 gramos.

"Son muchas las niñas torturadas obligadas a parir o a morir en un quirófano", acusó Raquel Vivanco, dirigente de Marea Feminista.

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