Hay momentos que se viven con tanta emoción que la sensación perdura toda la vida. Es lo que le pasa a Félix Viudez, quien a sus 94 años aún recuerda la primera Fiesta de la Vendimia, hace 80 años, como la mejor que ha visto.
“Tenía 14 años y fui solo, caminando desde mi casa que era en la calle Larga, pasando Mitre", reseña. Es que el horario establecido para el comienzo era cerca de las 21 (terminó a la medianoche), pero el último colectivo pasaba a las 20.
Félix contó que los medios de comunicación habían anunciado el evento para el 18 de abril de 1936 en el club Gimnasia y Esgrima del Parque San Martín. “¿Cómo no iba a ir?”, se pregunta, mientras recibe a Los Andes en su casa.
Aunque había que pagar entrada, él logró entrar gratis “porque era un niño”. El escenario se había colocado en la parte sur, con el frente hacia el norte; tanto las plateas como el campo estaban repletos. Según recuerda, la gente se había ido bien vestida para el evento y algunos vinculados al gobierno estaban verdaderamente elegantes. Entre los funcionarios presentes estaba Miguel Ángel Cárcano, ministro de Agricultura y Ganadería de la Nación.
“Fue un espectáculo soberbio, con música de todo tipo”, dice Félix, quien pese a haber visto muchas vendimias para él aquella de 1936 sigue siendo la mejor de todas.
Considera que pese al paso de los años la Fiesta mantiene su esencia, aunque reconoce que aquella vez no tenía la estructura narrativa de las actuales. Tampoco cree que aburra la reiterada presencia de ciertos íconos. “Se nota que la gente mantiene el entusiasmo; es maravilloso ver cómo hace largas colas por una entrada”, reconoce emocionado.
Todavía recuerda que la reina ganadora, la inolvidable Delia Larrive Escudero, representante de Godoy Cruz y verdadera cosechadora, era muy bella: “La mujer más hermosa porque no llevaba pintura”.
Unos años después pudo ir al Frank Romero Day, donde se trasladó la celebración de la cosecha. Y destacó que desde su punto de vista la sociedad no le ha rendido un verdadero homenaje al ingeniero (en ese entonces ministro de Industrias y Obras Públicas de Mendoza) que le da nombre al teatro griego y gracias a quien la Fiesta pasó a ser un hecho social y nacional.
Hoy Félix vive con su esposa Alicia, con quien está en pareja desde 1964 pero recién contrajeron matrimonio en 1990 porque “tenía que resolver otras cuestiones anteriores”. Es jubilado de una escribanía donde trabajó 40 años, el diario le llega a su casa todos los días y cuenta que lo lee temprano y lo repasa más tarde.
De allí junta las fotos de las Reinas, saca una carpeta y muestra las producciones de Los Andes que ha leído “toda la vida”.
Quizás de una vendimia a otra no recuerde esos rostros, sin embargo subraya: “Nunca voy a olvidar a Delia Larrive Escudero”.