Mauricio Macri no logró que la sociedad lo apoyara para un segundo mandato, pero sacó el 40 por ciento de los votos. Es decir que si Juntos por el Cambio (JPC) no define un candidato fuerte para 2023, podría volver a intentarlo. Federico Pinedo no lo descarta. Pero entiende que el líder del PRO está más cerca de acompañar a otras figuras del espacio, como Horacio Rodríguez Larreta o algún radical, que de presentarse de nuevo.
En una entrevista que le concedió a Los Andes, el presidente provisional del Senado resaltó los logros de la gestión Cambiemos y señaló que lo peor fue no haber podido bajar la inflación.
Pinedo no fue candidato a ningún cargo este año, de modo que retomará su actividad privada como abogado —es especialista en telecomunicaciones—, y, en lo político, se dedicará a militar en el PRO, que ahora presidirá Patricia Bullrich, y en la fundación Pensar, la usina de las políticas públicas y estrategias electorales del macrismo.
-¿Qué futuro tiene JPC?
-JPC fue votado por más del 40 por ciento de los argentinos, y su poder es el que le delegó ese 40 por ciento, no es de los dirigentes políticos. El gobierno de JPC ha tenido un gran logro, que es terminar su mandato con un sistema político equilibrado, que impide que cualquier partido cometa excesos o abusos de poder sin correr un serio peligro, que es que los votantes del medio, de un lado o del otro, se le vayan. De modo tal que la primera obligación de JPC es mantener la unidad. Y el segundo deber es pensar más en la Argentina que en nosotros. En ese sentido, hay que ser todo lo constructivo que se pueda. De las cosas que pida el próximo gobierno, votar todas aquellas que sean aceptables para nosotros. Y oponernos a las que consideremos inaceptables.
-¿Qué futuro tiene Macri en Cambiemos? ¿Es un líder que está para volver a intentarlo o para promover figuras que estén en ascenso?
-Con absoluta sinceridad, yo diría que Mauricio es un tipo que está para ayudar a los argentinos, no para tener un cargo. Creo que tampoco le disgustaría a él apoyar candidaturas de otros, como siempre hizo, por otra parte. Él no se cree una persona indispensable, y es una persona que sin dudas ha construido algo que en la historia política argentina previa no había, que es un sistema político equilibrado, en el que cualquier coalición puede ganar las elecciones, en cualquier momento. Nuestra coalición sacó tres veces seguidas más del 40 por ciento de los votos (balotaje de 2015, legislativas de 2017 y primera vuelta de 2019) y eso es muy relevante en la política. También demostró que se puede ejercer el poder sin abusar, con respeto, cordialidad, sin violencia, sin generar temor, buscando acuerdos, desde la minoría en ambas cámaras del Congreso. Son cosas que le dan a él un valor muy relevante, que sería de muy necio negárselo.
-¿Observa un gobierno peronista que vaya por todo, o no hay margen para eso?
-La coalición del nuevo oficialismo tiene tres componentes: uno es el peronismo, que incluye a los gobernadores, parte de la CGT, y creo que al propio Alberto Fernández; otro es el massismo, que es una construcción más moderna... En realidad no moderna sino nueva, y otro es el kirchnerismo. Ese conjunto, si toman posiciones muy extremas, les va a pasar lo que les pasa a quienes se corren del centro, que es perder el poder. Porque en la democracia el poder está en el centro. De manera tal que no creo que vayan por todo, porque no querrán perder el poder.
-Esta aseveración de que el poder está en el centro, ¿se aplica también a JPC?
-Al cien por cien.
-Porque da la sensación de que dentro de JPC hay dirigentes más propensos a fidelizar el voto duro que a la moderación.
-El PRO, que es mi partido, es un partido de poder. Igual que el peronismo. Partido de poder quiere decir que nuestro objetivo es cambiar la Argentina desde el poder. No dejar un testimonio ideológico. Somos un partido amplio, con vertientes y pensamientos. Y la coalición tiene aún mayor diversidad. JPC debe ser una coalición de poder y, por lo tanto, debe representar a esa diversidad. En esa diversidad hay sectores extremos y más ideologizados. Si la conducción de nuestra coalición se fuera a los extremos, perdería poder. Los extremos son minoritarios.