Federico Luppi y el recuerdo de varias interpretaciones memorables

Actuó en 137 títulos y lo evocamos con sus personajes en filmes de Leonardo Favio, Héctor Olivera, Guillermo del Toro y Rodolfo Aristarain.

Federico Luppi y el recuerdo de varias interpretaciones memorables
Federico Luppi y el recuerdo de varias interpretaciones memorables

Debutó como actor secundario cuando tenía 26 años, en la telenovela romántica de 1964 “El amor tiene cara de mujer”, compartiendo cartel con Claudia Lapacó, Delfy de Ortega y Norma Aleandro.

A partir de esa participación, durante una travesía profesional de más de 50 años y 137 participaciones en ambas pantallas, Luppi se convirtió en uno de los rostros más emblemáticos de la historia del cine de Argentina de la segunda mitad del siglo.

De paso, obtuvo el récord de ganar seis premios Cóndor de Plata.

Más allá de su filmografía en nuestro país, al menos con tres títulos, el veterano actor figura en varias listas de películas populares ahora conocidas internacionalmente.

Un ejemplo lo presenta el reconocido sitio metacritic.com, el cual ubicó a Luppi dentro de una trilogía de largometrajes con sello de culto y altas reseñas.

De mayor a menor puntaje, el portal destacó sus papeles en dos películas de Guillermo del Toro; el oscuro Dr. Casares en El espinazo del diablo, de 2001; después como Jesús Gris, en Cronos, thriller de vampiros rodada en México de 1993, el debut cinematográfico del realizador azteca y luego como personaje secundario, Pablo, en Elsa y Fred , de 2005, de Marcos Carnevale.

A continuación, tres largometrajes iconográficos:

Un lugar en el mundo, de Rodolfo Aristarain (1991).
Federico Luppi es Mario, un maestro rural y director de una cooperativa de lanas de ovejas y está casado con Ana (Cecilia Roth). Ellos viven en un pueblo de San Luis con su hijo de 12 años Ernesto y su rutina se altera con la llegada de un geólogo español, Hans (José Sacristán).

Mario comienza a detectar que entre Ana y Hans hay una atracción inevitable y mientras observa cómo el terrateniente del pueblo boicotea su cooperativa, él pronto recala en que la grieta que comienza a abrirse entre ellos y su futuro familiar va a derrumbarlo todo a su alrededor.
Mario es un héroe romántico que resiste mostrarse vulnerable frente a su hijo, pero  su corazón se quiebra.

La patagonia rebelde, de Héctor Olivera (1974). 
Si bien esta producción tiene un reparto colectivo magnífico, Luppi interpreta un personaje histórico impresionante; José Font, mejor conocido como Facón Grande, un gaucho entrerriano.

En el relato inspirado en la novela de Osvaldo Bayer, José era el dirigente “revoltoso” que habían elegido los huelguistas en el año 1920.

Luppi, con 38 años, no podía haber encajado mejor en este guacho valiente, entrometido y comprometido con la causa de la huelga.

43 años después de su estreno, La Patagonia rebelde sigue causando escalofríos, especialmente por las secuencias de sus brutales fusilamientos. Sin duda, una película de culto.

El romance del Aniceto y la Francisca, de Leonardo Favio (1967).
La inolvidable fábula romántica de seducción, enamoramiento y decepción entre Aniceto (Federico Luppi), Francisca (Elsa Daniel) y Lucía, (María Vaner), es un clásico del cine argentino.

Rodada en Mendoza, situada en tiempos anteriores a la llegada de la televisión, la segunda película de Leonardo Favio planteó su relato en poco más de una hora de duración basándose en el cuento de su hermano Zuhair Jury, “El cenizo”,  mientras las imágenes en movimiento asombraban con los acordes de Antonio Vivaldi y Los Wawancó. Federico Luppi por entonces tenía 29 años.

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