Por Victoria Navicelli
Tomar un lápiz y trazar líneas dándole vida a un personaje o a un mural resulta tarea sencilla para Federico Calandria quien, desde muy pequeño eligió el arte como un medio para expresar su visión del mundo.
Muchas de sus obras las encontramos al recorrer la ciudad; otras, en muestras y exposiciones locales, nacionales e internacionales. En esta ocasión te mostramos un compendio elegido por el artista.
¿Qué características tienen tus obras?
En general me gusta ir probando distintos estilos y trato de no encasillarme. Me gusta trabajar con temáticas locales, pertenecientes a la cultura popular, dándole algún giro humorístico, surrealista o absurdo. Trabajo mucho con dibujo lineal y colores planos, aunque me gusta ir cambiando y experimentando constantemente.
De acuerdo a lo que quiera expresar, voy eligiendo la técnica que se adecúe mejor a la obra. Trabajo distintas líneas expresivas, por un lado tengo una línea más simple, lineal y pop que uso para pintar en la calle por una cuestión de tiempo de resolución. Por otro, cuando pinto o hago ilustraciones a veces las imágenes suelen ser más complejas, más cargadas de detalles.
¿Qué te hace diferente?
Creo que me diferencio con mis trabajos de manera natural, siendo sincero con mi forma de ver el mundo, desarrollando una visión personal del arte y de la vida. Para mí el arte es una constante búsqueda personal. Intento hacer una obra sincera que surja del corazón, eso a la larga va creando una obra coherente que, a pesar de los cambios y la experimentación que ocurre en el camino, mantienen una esencia característica basada en mi verdadero ser.
¿Qué representa para vos, el arte urbano?
El arte urbano es un medio de expresión que me interesa mucho, en un contexto en donde los espacios expositivos son reducidos y a veces difíciles de acceder, tener la posibilidad de expresarse en una pared, llegar a mucha gente, personas que tal vez no van nunca a un museo o una galería; es una motivación.
Como yo trabajo mucho también encerrado en el taller o en la computadora, salir a pintar al aire libre, con amigos y amigas, en contacto con el mundo exterior, donde siempre pasan cosas, interactuando con la gente que va pasando, lidiando con los desafíos que te propone cada muro, es muy divertido y enriquecedor.
¿Considerás que es importante acercar a los jóvenes a esta práctica?
A los jóvenes les atrae mucho el arte urbano, se entusiasman mucho con la idea de intervenir su propio entorno cotidiano, hacerlo propio, dejar su huella, es una necesidad de expresión que es inherente a todos.
Es una buena forma de acercar a los jóvenes al mundo del arte.
Para mí el arte es una constante búsqueda personal. Intento hacer una obra sincera que surja del corazón.
En tu obra está muy presente el humor: ¿Qué creés que aporta?
Suelo trabajar bastante con humor en mis obras, a veces un humor más absurdo, otras, más ácido e irónico, a veces más naif. Me parece una herramienta poderosa de expresión, una manera amigable de comunicar una idea, de transmitir un mensaje que a veces es complejo.
La gente suele ser muy receptiva al humor, se genera una conexión a través de un código compartido y eso lo predispone a recibir el mensaje de manera amigable. Hacer reflexionar a través de una sonrisa es algo bastante reconfortante.
Un poco del artista
Artista e ilustrador nacido en Mendoza. Estudió Diseño Gráfico en la Universidad Nacional de Cuyo donde el arte cambió su visión del mundo. En su obra personal se dedica a la pintura, cómic, ilustración, muralismo, escultura, instalación y animación.
A lo largo de su trayectoria ha participado en eventos, exposiciones de arte y publicaciones de distintas partes de Argentina y del exterior. También, ha realizado murales e intervenciones urbanas en distintas ciudades del mundo de manera individual y también junto con el colectivo de arte urbano Gaucholadri.
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