De malas rachas y falta de puntería hablarán todos los diarios de hoy sobre la derrota, impensada, de Luján Sport Club a manos de Peñarol de San Juan. El 1-0 con que los visitantes sometieron al Granate se explica a partir del enorme trabajo de Carlos Biasotti en la valla Tricolor y la poca fortuna en algunas resoluciones de los jugadores locales. Si hasta el gol llegó a partir de una serie de errores individuales encadenados. Mal cambio de frente de Dellarrole, Salinas le ganó la posición a Fernández y asistencia para Pérez, quien definió ante la salida de Tobar. Fue la única chance clara con que contó el elenco de Cobarrubia y sentenció la historia.
Durante la primera etapa tuvo protagonismo el equipo de Cuello, quien hizo su debut como DT. Con mucha movilidad, sobre todo en la zona de volantes, sin posiciones fijas, encontró la forma de complicar a su rival. Chávez le reventó el travesaño a Biassotti en un mano a mano y enseguida nomás el “1” tapó un rebote de Figueroa bajo el arco. A esa altura, los hinchas comenzaban a lamentar cada chance despilfarrada.
En el complemento, la tempranera expulsión de Figueroa, tras un error infantil en la salida, provocó el descalabro. Más allá de que Luján jugó todo el tiempo en campo rival, cedió espacios y terminó atacando por inercia, casi sin sorpresa. Biassotti le puso el pecho a un remate de Bailo y no hubo tiempo para más. El fondo de la tabla, hoy es una realidad.