No empezaba el partido y ya se daba una situación que hacía ruido y una advertencia del árbitro que no terminó siendo denuncia. El vicepresidente de Independiente de Villa Obrera, Rubén Gordillo, es el primero que salía del camarín para contar lo que sucedió puertas adentro. “El árbitro nos informó que el remisero les había ofrecido dinero y las pelotas tenían un resultado (‘CEC 1-CAIVO 0’). Era muy evidente. El árbitro lo hizo borrar inmediatamente. Fueron testigos de esta situación los técnicos de ambos clubes. Le agradezco el árbitro la sinceridad”. El ambiente se enrarecía por una irregularidad, por algo que uno imaginaba como grave pero que nadie se animaba a llegar a fondo. Ni el mismo árbitro cordobés Marcos Romera.
Recién finalizado el encuentro, Darío Gianformaggio, uno de los testigos de la exposición que hizo el árbitro en zona de camarines, dio su versión: “no tengo idea de qué hablaban, está mas que claro que nosotros no podemos arreglar a nadie, éste es un club muy serio. Imaginate que hablan de un remisero, si vos hacés una cosa de esas no lo harías por medio de un remisero, es una locura lo que están inventando.
La pelota decía Alianza, no Independiente. Uno de los jugadores puso el resultado por el partido que le ganamos a Alianza y nada más. Nada que ver. Son esas cosas del fútbol que no terminás de entender”, expresaba un Gianformaggio que se mostraba desconcertado. Una denuncia que no terminó de ser denuncia, un arbitraje que transitó por los carriles normales y lo que parecía grave fue un “ni”. El 1-0, como una burla del destino, fue el score final.