El encuentro entre Luján Sport Club y Atlético Argentino tuvo que ser suspendido por el árbitro Matías Ferreyra a los 29´ del segundo tiempo, cunado los hinchas locales invadieron el terreno de juego para intentar agredir a la delegación visitante que gritó el 3-2 en favor del equipo de Cloquell.
Antes, la "Academia" comenzó ganando el partido con dos tantos de Jairo Pérez, pero Lucas Martínez, con dos conversiones, había puesto todo como al principio hasta que Misael Torres desniveló y desató la furia de los violentos que ingresaron al campo de juego.
Ante este hecho, la Policía comenzó a reprimir a estas personas que arrojaban piedras hacia la comitiva de Argentino, que se encontraba rodeada ante los precarios accesos del estadio lujanino.
Una vez más, la violencia le ganó al fútbol. Una vergüenza.