Un empate que tiene buen aroma, sobre todo porque fue el debut en el torneo, jugando fuera de casa y en una cancha que hacía imposible dar dos pases consecutivos. El 0-0 final vale por algunos aspectos que empieza a ver el hincha botellero en cuanto al funcionamiento colectivo del equipo del Gringo Sperdutti. ¿Pudo ganarlo? Pudo ganarlo ¿Pudo perderlo? También. Por eso habrá que celebrar el punto que rescató Maipú en su visita a Chimbas.
Los mendocinos hicieron pie en una cancha complicada, no solo por su entorno, sino también por un campo de juego que obligaba a algo más que talento para controlar el balón. Ahí, donde muchos se hubieran sentido cómodos lanzando balones largos, el mediocampo visitante intentó jugar. Lo hizo buscando sociedades para la descarga, haciendo correr el balón hacia sus costados, donde Moreno y Espinosa mostraron destellos de su talento.
Desde adentro, sorprendiendo por su buen entendimiento, Daher y Dolci. Ambos fueron puntos altos en el rendimiento del once del Gringo.
Peñarol, que llegó a este certamen tras un polémico recorrido en el Federal Amateur, equilibró sobre el final de la etapa y mostró la solidez de Lamolla.
El complemento tuvo otro arranque porque el local decidió adelantarse unos metros. Fueron varios minutos donde intentó por todos los medios lastimar, aunque la figura de Alasia apareció para tapar alguna que otra chance. Sin embargo, la polémica de la tarde estuvo en la otra área con un viejo protagonista: Carlos Biasotti no controló el balón y, ante la arremetida de Osvaldo Miranda, el "1" lo volteó. Clarísimo penal no sancionado y que obligó Maipú a dividir ganancias.