La emoción se apoderó de la pista del Bailando 2019 en el Súper Duelo que tuvo como protagonistas a Lourdes Sánchez y Fede Bal y Silvina Escudero y Jonathan Lazarte. Después de dos sensuales performances que le dieron una dura tarea al jurado y al BAR, el hijo de Carmen Barbieri y Santiago Bal no pudo evitar las lágrimas al hablar del delicado estado de salud de su padre, quien ingresó en coma farmacológico.
Tras la devolución de Marcelo Polino, quien destacó que Fede haya salido a la pista a pesar del duro momento, el participante dijo entre lágrimas: "Acá es el único momento en el que me olvido de los problemas. Venir acá no es como ir a una oficina: no es lindo que la gente me vea llorando, pero es un reality y esto es lo que me toca. Hoy lo único que nos queda es rezar por papá, porque no está nada bien. Está muy deteriorado, tiene todo comprometido".
Con un deje de resignación, Bal agregó: "Tratamos de acompañarlo y decirle que hay un lugar mejor. Esto ya no es vida. A veces, los familiares sentimos un cierto alivio, y hay que transmitírselo. Nos dio una familia hermosa y los mejores 30 años de mi vida. Es momento de que se ocupe de él y eso implica irse".
Contagiando la emoción a todos los presentes en el estudio, el concursante completó: "Me siento roto, porque perder un papá es lo peor que te puede pasar en la vida".
Finalmente, y luego de que Flavio Mendoza interrumpiera su devolución por las lágrimas, el actor concluyó: "Yo viví 30 años al lado de un papá súper enfermo, con una salud horrible. Y aprendí a valorar mucho más la vida, y no es una frase hecha. Su cabeza ya está yéndose y entendí que llega un punto donde la persona tiene que irse. Normalice la muerte mucho más de lo que piensan ustedes, del otro lado. Lloro porque es mi papá y uno nunca está preparado para eso, pero yo la muerte ya la normalicé como la vida. Pasé por muchas situaciones donde él se estaba por ir, tal vez éste sea el momento, pero nunca es un buen momento".