Fayt, adiós a un prócer

El autor despide al juez Carlos Fayt, a quien define como “un monumento a la democracia y a los derechos humanos, a la capacidad intelectual y profesional y a la ética republicana”.

Fayt, adiós a un prócer

Murió el doctor Carlos Santiago Fayt. Durante 32 de sus 98 años fue juez de la Corte Suprema. Su paso a la eternidad lo coloca en el pedestal de los próceres republicanos. Fue un emblema de la resistencia al chavismo kirchnerista que no pudo quebrarlo. Fue tan grande su coraje que no se dejó patotear por Cristina y sus cómplices y recién se fue a su casa al día siguiente de la asunción del presidente Mauricio Macri. Seguramente habrá pensado: misión cumplida, los autoritarios no pasaron.

Durante la mayor y más cruel embestida, miles de ciudadanos levantamos carteles que decían: “Todos somos Fayt”.

¿De qué acusaban al doctor Fayt? ¿De ser un ejemplo de austeridad republicana, de vivir en un sobrio departamento y de tener una casita en Villa Gesell después de haberle dedicado toda una vida a la Corte y al estudio sin una sola sospecha de haber realizado ni un trámite administrativo poco transparente?

¿Quiénes lo acusaban? Los que aún no pueden explicar sus fortunas, sus mansiones y sus estancias que lograron con el plan sistemático para saquear el Estado mediante una asociación ilícita liderada primero por Néstor y luego por Cristina Kirchner.

¿De qué acusaban al doctor Fayt? ¿De ser un defensor de los derechos humanos que tuvo el coraje de presentar junto a Raúl Alfonsín hábeas corpus por varios detenidos durante la dictadura militar, cuando las balas picaban cerca y muchos abogados fueron secuestrados y desaparecidos solo por ese gesto de grandeza? ¿Se lo acusaba de no haber ocupado jamás un cargo público durante ninguna dictadura militar?

¿Quiénes lo acusaban? Los abogados exitosos que no pueden explicar su riqueza y que durante el terrorismo de Estado se dedicaron a rematar casas de deudores con una actitud de usura indigna de un militante popular y que no movieron un solo dedo ni presentaron un solo hábeas corpus por sus compañeros?

Hebe de Bonafini acusó a Fayt y defiende al doctor Eugenio Zaffaroni que fue funcionario judicial de dos dictaduras y sobre todo de la de Jorge Videla para la cual, además, escribió un manual. La presidenta de las Madres se permitió, una vez más, un juicio callejero a una persona intachable como Fayt mientras manchó los pañuelos blancos con el dinero sucio de Sergio Schocklender. No lo podían confesar porque era inhumano, pero se les notaba las ganas de hacer una cadena de oración para que el doctor Fayt se muriera lo antes posible.

¿De qué acusaban al doctor Fayt? ¿De ser admirador de socialistas democráticos como Nicolás Repetto y don Alfredo Palacios? ¿De tener sensibilidad hacia los más humildes o de haber optado intelectualmente por el agnosticismo después de venir de una familia católica?

¿O de haber escrito 3 libros con un análisis severo de los componentes autoritarios y demagógicos del peronismo y en defensa de las más amplias libertades públicas?

¿Quiénes lo acusaban? Los adoradores de un chavismo que mete presos a dirigentes democráticos y opositores y que cierra medios de comunicación independientes y ataca a los periodistas que no se alquilan ni se venden. Los que se hicieron millonarios con los juicios laborales de muchos gremios, como el doctor Héctor Recalde y que acusó a Fayt de ser antiperonista.

¿De qué acusaban al doctor Fayt? ¿De ser un brillante abogado, juez, escritor, académico, profesor emérito de universidades que escribió 35 libros que abarcan la historia del pensamiento político desde la Antigua Grecia hasta el siglo XX?

¿Quiénes lo acusaban? ¿Los pibes para la liberación como su jefe Máximo Kirchner quienes no terminaron sus estudios y nunca trabajaron en otra cosa que en administrar los múltiples bienes de sus padres?

¿De qué acusaban al doctor Fayt? ¿De ser una persona de perfil bajo al que casi no se le conoce nada de su vida privada? ¿De haber llenado plazas y radios predicando la democracia a través de clases de Educación Cívica? ¿De haberse opuesto con su voto en la Corte a la privatización de Aerolíneas, de haber sentado las bases de respeto hacia la diversidad sexual con un fallo y de haber defendido la libertad de expresión aplicando la avanzada y progresista doctrina de la real malicia?

¿Quiénes lo acusaban? Los que integraron grupos guerrilleros que utilizaron el crimen y las bombas durante períodos democráticos, como Horacio Verbitsky o Carlos Kunkel que le decían a Fayt admirador de Aramburu a quienes los Montoneros secuestraron y asesinaron.

¿De qué acusaban al doctor Fayt? ¿De ser viejo cuando se sabe que viejo es el viento y todavía sigue soplando? ¿De tener algún achaque propio de la edad que sobrellevaba con una dignidad ejemplar?

¿De qué acusaban a Fayt ? ¿De andar casi en puntas de pie por la vida con dignidad, ética y excelencia académica?

¿Quiénes lo acusaban? ¿Los ministros de los gobiernos más corruptos de la historia democrática? Los inmorales nos han igualado, dice el tango. Los Aníbal Fernández que, como si fuera un comisario de la bonaerense en pleno allanamiento, le ordenó a Fayt que saliera de su casa.

El sucesor de Stiuso llamado Horacio Verbitsky se burló de Fayt y dijo que no sabía ni el día en el que vivía y que le tenían el pulso de su mano para que firmara los expedientes. ¿Cómo lo supo? ¿Lo filmaron? ¿Utilizaron los métodos soviéticos de la KGB de cabotaje?

Defender al doctor Carlos Fayt fue como defender un monumento a la democracia y los derechos humanos, a la capacidad intelectual y profesional  y a la ética republicana frente a las mafias enquistadas en el poder que se quisieron quedar para siempre. Por eso lo quisieron matar por estrés, por acoso moral y humillación, como dijo la doctora Carrió.

Los impresentables y perversos enemigos de Fayt se quisieron quedar con todo y agigantaron su figura. Miles y miles de ciudadanos lo defendieron en la calle en defensa propia.

La República Argentina está de duelo. Murió el doctor Fayt. No aceptó las órdenes ni las extorsiones de Cristina. Se fue de la Corte cuando quiso. El martes se fue de la vida porque la muerte quiso. Pero volverá cuando la patria pueda extirpar a los corruptos y a los golpistas.
Fayt volverá y no será millones. Fayt volverá y será justicia.

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