La población de mamíferos, aves, anfibios, peces y demás vertebrados silvestres de la Tierra cayó más de la mitad entre 1970 y 2012, según un informe de la organización caritativa ambiental WWF y de la Sociedad Zoológica de Londres.
Actividades como deforestación, cacería ilegal y cambio climático inducido por los humanos son en gran parte responsables de esta disminución. Si la tendencia continúa, entonces para 2020 el mundo habrá perdido dos tercios de su biodiversidad de vertebrados, según el Informe Planeta Vivo 2016. "Todavía no hay señales de que esta tasa vaya a caer", indica el reporte.
"En la tierra, el agua dulce y los océanos, las actividades humanas, están llevando al límite a poblaciones de especies y a sistemas naturales", dice Marco Lambertini, director general de WWF Internacional.
La principal amenaza que enfrentan poblaciones menguantes es la pérdida de hábitat (causada por la tala, agricultura y trastornos a sistemas de agua dulce como ríos). Cada vez se cree más que a las poblaciones de agua dulce (que disminuyeron 81 por ciento) les está yendo peor que a las que viven en regiones terrestres.
"Una disminución promedio en la abundancia poblacional de más de 80 por ciento francamente es aterradora", apunta Mike Hoffmann, científico sénior de la Comisión de Supervivencia de Especies de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, situada en Cambridge, Inglaterra. "Discutiblemente es la evidencia más condenatoria respecto de los daños que estamos causando sobre nuestros ambientes de agua dulce", considera.
Lagunas en los datos
El análisis, que se publica cada dos años, recopila información de más de 3.000 fuentes que dan seguimiento de forma consistente a las poblaciones, incluyendo proyectos de monitoreo de corto y largo plazo. Rastrea el status de 14.152 poblaciones de aproximadamente 3.700 especies de vertebrados pero no afirma ser exhaustiva: aunque cientos de especies (muchas de peces) han sido incorporadas desde la edición 2014, el conjunto de datos tiene "lagunas geográficas importantes", admite el informe, y gran parte de la información se concentra en Europa Occidental.
Otro sesgo del estudio es que la atención de monitoreo podría estar enfocándose desproporcionadamente en poblaciones que ya están menguando, señala Hoffman. El patrón general de caída esconderá algunos incrementos poblacionales, dice. No obstante, Hoffmann considera que es probable que los sesgos disminuyan conforme nuevos esquemas de monitoreo aporten datos de regiones o especies sub muestreadas.
Rhys Green, un científico de conservación de la Universidad de Cambridge, coincide en que los datos podrían tener un sesgo, pero dice que los métodos e información mejoraron sustancialmente respecto al informe 2014. "Ningún conjunto de datos o procedimiento estadístico puede generar un resultado perfecto, pero éste es el mejor indicador que tenemos y es valioso para decisiones de política", agrega.