El tramo del río Mendoza donde el sábado se accidentó y murió una turista mientras practicaba rafting no es considerado uno de los más peligrosos.
De acuerdo a la opinión de entendidos en esa parte el lecho es más ancho por lo que el agua tiene más espacio y menos fuerza. Según los relatos, la joven entró en shock al caer al agua lo que le impidió actuar de acuerdo a lo sugerido en esos casos e incluso tomarse de los elementos que le lanzaron para rescatarla.
El sábado por la tarde alrededor de las 15.30, la sanjuanina Adela Beatriz Nieva de 30 años cayó del gomón en el que realizaba rafting por el caudaloso río en la zona de Uspallata. La localización del accidente es a la altura del kilómetro 1126 que según señalaron desde la Subsecretaría de Turismo corresponde a las inmediaciones del cuarto túnel que se encuentra sobre la ruta.
El gomón volcó y la joven cayó al agua, por donde fue arrastrada 10 kilómetros hasta que fue rescatada ya sin vida debido a los traumatismos que le provocaron los golpes con las piedras.
Ayer, en distintos medios on line locales y de San Juan, familiares y amigos intentaban encontrarle una explicación al trágico final de la turista sanjuanina.
Hay tramos aguas arriba del dique Potrerillos donde la pendiente torna el río más peligroso. A eso se suma que la temporada de tormentas ha sido más intensa por efecto de la corriente del Niño provocando varios aludes en la montaña, el último grande justamente en un sector cercano al lugar del accidente donde fue arrastrado un puente.
Pero además, el invierno pasado fue generoso en nevadas lo cual hacía suponer que el volumen de agua de deshielo pudiera ser mayor. Sin embargo, Rodolfo Navío, gerente de Argentina Rafting, una empresa que presta este tipo de servicios explicó que el río estuvo más caudaloso en enero, pero que los últimos días se había moderado.
Incluso dijo que en ese lugar es particularmente tranquilo y que ya habían pasado varios días del último alud por lo que tampoco puede atribuirse a este fenómeno.
"En esa sección donde volcaron es más tranquilo que llegando a Potrerillos donde es la parte más movida, conocida como la Quebrada del 60", detalló aunque prefirió no opinar sobre el accidente en particular porque no estuvo presente en el lugar.
Tampoco ocurrió en el horario de mayor caudal, ya que esto ocurre a primera hora de la mañana cuando se recibe el agua del día anterior, explicó.
Marcelo Reynoso, director de Calidad y Servicios Turísticos de la Subsecretaría de Turismo coincidió con esta opinión aunque confirmó que esta temporada el río ha traído más caudal.
"El río Mendoza tiene 4 zonas de operación y la zonas más complejas son las del medio", esto ocurrió más arriba. "En la zona donde opera la empresa a la que le ocurrió el accidente (Uspallata Aventura) es más abierto y el agua se expande en la superficie", agregó. A pesar de los reiterados intentos, resultó imposible comunicarse con la empresa en cuestión.
El funcionario dio algunos detalles de lo que ocurrió luego de que la joven cayese al agua y consideró que lo que colaboró con la fatalidad fue el estado shock de la joven que le impidió tomarse. Es que junto al suyo iba otro gomón desde el cual se le arrojó una bolsa de rescate (una soga para que se tome). Esto debido a que el agua la había llevado lejos del grupo, pero no pudo lograrlo.
Para que una empresa sea habilitada para esta actividad debe contar con la aprobación de la dirección de Hidráulica, luego la de la Departamento General de Irrigación y finalmente de la subsecretaría de Turismo.
Es justamente esta última la que controla que las medidas de seguridad se cumplan en la práctica. Reynoso dijo que en general se observa el cumplimento y destacó que son las mismas empresas las interesadas en cumplir con los requerimientos ya que no quieren verse envueltas en este tipo de situaciones.
Cada uno de los pasajeros del gomón cuenta con un seguro personal. Explicó que "suele suceder que una balsa vuelca por alguna causa, como que algunos navegantes no remaron o no respetaron los tiempos de acciones que marcaba el guía, por un golpe con una piedra o un remolino (...) cuando quedan perpendiculares a la corriente del río suelen volcar".
Pero aclaró que todas las navegaciones tienen un protocolo de iniciación, que es lo que se transmite en una charla previa a la práctica que suele durar entre 40 y 60 minutos. Allí se detalla cómo actuar en caso de caída, cómo deben proceder los tripulantes de la embarcación y de la otra que los acompaña.
En este hecho particular, el grupo iba con guía y se le habría dado la charla correspondiente ya que el hecho ocurrió dos horas después de iniciada la actividad. Allí se les explica que de caer al agua deben dejar la cabeza hacia arriba, mirando al cielo y que los pies deben ir hacia delante, en el sentido de la corriente para que atenúen los impactos.
Deben intentar tomarse de sogas que tienen los botes mientras que el gomón acompañante debe intentar tomarlos y si se han alejado arrojarles las bolsas de rescate también con sogas.
"A ella la sacó alguien que estaba en tierra, que iba acompañando con el vehículo al grupo. Esta persona llama a Gendarmería y al hospital de Uspallata. Cuando la sacan del agua y se hace el procedimiento de resucitación y ya estaba allí el médico", comentó el funcionario provincial. Sin embargo, no pudieron salvarla.
Respecto de la idoneidad de los navegantes y la recomendación de practicar en tal o cual zona, Navío dijo que "cuando el río es muy grande hacemos hincapié en la experiencia, tratamos de no llevar niños o personas mayores porque la exigencia del río es otra".
Dos muertes en 2007
El 19 de abril de 2007 ocurrió el último fallecimiento en condiciones similares. Un turista de 53 años de nombre Miguel Ángel Domínguez falleció ese día en Potrerillos cuando practicaba rafting. El hombre oriundo de la provincia de Misiones, habría sufrido un paro cardíaco luego de caer del bote en el que iba junto a su esposa y sus cuñados.
El 9 de enero de ese mismo año un turista estadounidense, Boris Labrador de 47 años, murió también en el río Mendoza cerca de la Quebrada del 60. Se explicó que el hombre partió desde Uspallata en un bote de rafting con otras seis personas y que el gomón volcó y el hombre falleció debido a un infarto.