Fashion week: París, j’te aime

La Semana de la Moda francesa fue pleno lujo y sofisticación. Aquí, un paseo por las ideas de Lagerfeld, Fournie y Chiuri para este evento.

Fashion week: París, j’te aime
Fashion week: París, j’te aime

La capital de la moda francesa se engalana con las creaciones de los diseñadores más prestigiosos durante la semana de alta costura Otoño-Invierno 17/18. Armani, Dior y Chanel (Karl Lagerfeld) los más relevantes.

De costuras abiertas

Karl Lagerfeld volvió a profesar su amor por París con una reproducción de la sede de la Academia Francesa y de las históricas librerías a orillas del Sena, al presentar el martes su nueva colección de alta costura de Chanel, en la que mandan las aberturas.

Entre los asistentes a este desfile parisino en el que se deja ver la jet set mundial, se hallaba la actriz española Penélope Cruz, nueva embajadora de la firma de lujo, anunció Chanel.

Bajo el techo de vidrio del museo del Grand Palais, las modelos caminaron frente a los estands de libros de ocasión característicos de las riberas del Sena, con tres "libreros" de lujo, el modelo estadounidense Brad Kroenig y sus dos hijos, Hudson y Jameson, ahijados de Lagerfeld.

En este contexto, el diseñador propuso una colección con un fuerte predominio del gris -color habitual del cielo parisino en invierno-, revisitando su clásico traje chaqueta de tweed con hendiduras en los costados.

Así las mangas se abren hasta los codos, aunque la cremallera permite pensar que la abertura es ajustable. Pero los brazos no siempre se enseñan, cubiertos por unos guantes de cuero. Las faldas, con hendiduras hasta arriba del lado izquierdo, dejan entrever una enagua del mismo tejido y color.

Se combinan con botines grises.

Chanel propuso además faldas pomposas, algunas de plumas negras. Este elemento se repite para marcar la cintura, dar volumen a unas mangas o decorar unos botines.

El desfile culminó con un sencillo vestido de novia de dos piezas azul verdoso con bordados de hojas de olivo, que recordaba el traje de los Inmortales.

Además de Penélope Cruz, la cantante británica Lilly Allen y la actriz argentina Belén Chavanne figuraron entre los invitados. 

Dior, sobrio y minucioso

La casa estacó el inmenso trabajo que se esconde detrás de cada prenda de alta costura, presentando una colección discreta y sobria.

La italiana Maria Grazia Chiuri imaginó un taller de costura para ambientar su desfile en el Museo Rodin.

Los vestidos monocromo, en tonos pastel, entallados y a lo sumo con algún plisado fueron los protagonistas de esta colección. Un fino cinturón, un discreto collar de tela con dos perlas colgantes o un sombrero tipo boina ladeado culminan estos looks elegantes, sin estridencias.

Cuervos y cisnes negros

La pasarela de Alta Costura parisina adoptó un tono teatral con las firmas de Julien Fournié y Alexandre Vauthier, que se valieron de dos estilismos inspirados en cuervos y cisnes negros para la apertura y el cierre de sus desfiles.

Fourié bautizó su desfile "Primer Crimen", al haberse inspirado en el universo de maestros del género como Agatha Christie, Alfred Hitchcock y Paul Verhoeven.

Es uno de los pocos diseñadores que logra levantar de sus asientos a los invitados entre aplausos.

Para la "Couture" del otoño-invierno 2018/2019, la paleta de colores de Fournié se mantuvo entre los tonos ocre, azul azafata y rojo intenso que coloreó varios estilismos de la cabeza a los pies, sin apenas añadir estampados o elementos de decoración.

Entre lo más barroco, destacó un vestido de noche con tul y madroños alrededor de la falda, que recordaba a los de las mujeres en los cuadros de Goya. Los "looks" nocturnos adquirieron un aire de cine dorado hollywoodiense, con largos vestidos con cola y gabardinas de paño hasta rozar el suelo. El modisto eligió nuevamente para el cierre un tradicional vestido de novia con el cuerpo de encaje con cuello mao y una sobredimensionada falda acampanada, con velo de encaje y ramo de rosas blancas.

Una vuelta a casa

Otro de los diseñadores más veteranos de la moda, Giorgio Armani, "volvió a casa", ya que su último desfile se hizo por primera vez en la Embajada de Italia, en el corazón del barrio de Saint Germain. Presentó una colección en la que buscó recuperar la más pura esencia de la alta costura.

Eligió una elegante paleta en blanco y negro, que combinó con una apuesta más osada: vestidos rosas, con plisados y lazos en forma de flor. El tul, las aberturas, las plumas o la pedrería adornaban los modelos más delicados.

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