Es literalmente una ruta del dinero. Unos 3.300 kilómetros separan Santa Cruz de El Chaco y este trayecto se hacía por tierra para trasladar dinero que manejaba proveniente de la obra pública financiada por el gobierno kirchnerista. El movimiento del efectivo, millones de pesos, se hacía en camionetas que cruzaban al menos por cinco provincias hasta llegar a destino: Resistencia, donde Lázaro Báez tiene otra constructora también beneficiada por el Estado.
“En el período en el que yo estuve vinculado a toda esta gente el dinero venía del sur, y paralelamente, entre fines del año dos mil diez y principios del año dos mil once, empezaron a llevar físicamente por tierra mucho dinero en camiones de Austral a la provincia del Chaco, donde tienen la empresa denominada Adelmo Biancalani e Hijos. Esto puntualmente era en la ciudad de Resistencia”, fue la taxativa declaración de Leonardo Fariña ante el juez Sebastián Casanello. Corroboró así una ruta conocida en el holding del empresario K.
Al norte del país, Lázaro Báez adquirió la empresa “Sucesión de Adelmo Biancalani”, una constructora que repite el historial de Austral: obras millonarias sin terminar. Solo en Santa Cruz, esta firma ganó $ 335.361.514 en cuatro obras en una Unidad Transitoria de Empresas (UTE) con Austral. La última auditoría de Vialidad Nacional determinó que estas como otras a cargo del empresario K, nunca se finalizaron pero que sí se cobraron.
A más de 3.000 kilómetros, la realidad no difiere mucho. Obtuvo desde 2008, obras por $ 371.554.312, pero el radical Livio Gutierrez denunció que con la modificación de precios la suma a favor de Báez otorgada durante el gobierno de Jorge Capitanich, asciende a $ 500 millones. Entre los casos más escandalosos, se encuentra la licitación sobre la Ruta N° 7 adjudicada a Biancalani por $ 200 millones para asfaltar 57 kilómetros.
A la fecha es un camino de barro, con señalizaciones hechas en aerosol.
Dos destinos extremos, pero conectados por el dinero. Leonardo Fariña aseguró que en la UTE constituida con la firma chaqueña, la Justicia puede “encontrar facturas apócrifas y sobrefacturación. El dinero se enviaba al Chaco para guardarlo allá”, aseveró el contador.
Hace quince días, se realizó en Resistencia un allanamiento tras las explosivas declaraciones del “valijero”, ahora arrepentido.
El dinero que recorrió miles de kilómetros, provenía de la obra pública y se cobraba en pesos. El ex de la modelo Karina Jelinek, aseguró que Ernesto Clarens, a través de la financiera Invernes, era el responsable de cambiar el dinero a dólares. Parte se movía en Buenos Aires y otra se “guardaba en Chaco”, aseguró el testigo.
La ruta aérea también conecta a Báez con el Chaco. Con su empresa Top Air S.A, embargada por la Justicia, se compró el avión Turbo Comander “que (Báez) adquirió a precio vil a Aero Chaco, es un avión turbo hélice. Ese avión lo compraron a 200 mil dólares, cuando no vale menos de un millón”, dijo Fariña. Esto ocurrió bajo la gobernación de Capitanich.
Un testimonio que complica más a su hijo Martín
Leonardo Fariña, en las 85 páginas en las que se resume su declaración ante el juez Sebastián Casanello, deja en claro algo: Martín Báez era una persona clave en el armado financiero que comandaba su padre, Lázaro.
Trasladaba el dinero, estaba al tanto de la apertura de cuentas para enviar fondos al exterior, viajaba al extranjero con el contador Daniel Pérez Gadín, se movía en camionetas negras en las que llevaban millones de dólares y euros. No sólo es titular del 50% de las acciones de Austral Construcciones, empresa utilizada en la estructura de lavado de dinero, sino que fue la persona de confianza elegida por el empresario K para garantizar un tránsito fluido en la ruta del dinero K.
Esta parte central de la confesión de Fariña agrega un dato clave a la causa y lo que puede pasar con ella. Tanto Báez padre como su mujer ya hicieron trascender que abrirán la boca (con acusaciones que llegarían a lo más alto del poder) si se complicaba la situación judicial de su hijo. Esto sería, si termina preso. Ayer, Martín Báez fue a Tribunales pero a notificarse de la inhibición de bienes que dispuso Casanello, según dijeron desde su entorno. Por el momento, el hijo mayor del empresario debe quedarse en Buenos Aires. ¿Cómo seguirá su futuro?
En la declaración que trascendió ayer, al menos 12 veces nombra Fariña al mayor de los hijos varones de Lázaro Báez, remarcando siempre que era un participante activo y sobre todo, “el representante del dueño”.
Al momento de explicar cómo se movía el dinero que muchas veces provenía de Santa Cruz, Fariña señaló ante Casanello que el dinero “se guardaba no más de un día hasta que se hiciera la operatoria, en el departamento de barrio Belgrano perteneciente a Lázaro Báez”. En ese departamento vive Martín desde que su padre quedó detenido.