Análisis del esqueleto de un faraón egipcio poco conocido, cuyos restos fueron descubiertos apenas el año pasado, han revelado dramáticos detalles sobre la violenta muerte del gobernante.
El rey Senebkay vivió entre el 1.650 y el 1.550 aC cerca del antiguo cementerio egipcio de Abydos, aproximadamente a 483 kilómetros al sur de El Cairo. Es uno de los cuatro misteriosos faraones cuyas tumbas fueron descubiertas en enero de 2014 y que pertenecían a una dinastía real previamente desconocida.
Un análisis reciente del esqueleto de Senebkay reveló que fue asesinado por múltiples adversarios que blandían hachas de bronce tipo “ornitorrinco”. El faraón recibió 18 estocadas que penetraron hasta el hueso, incluyendo golpes letales al cráneo y la espalda. “Parece muy brutal”, dice Joe Wegner, un arqueólogo de la Universidad de Pensilvania, en Filadelfia, que encabezó la excavación. “Probablemente fue abrumado por atacantes que lo estocaban y cortaban”, señala.
Pistas sobre manera de morir y forma de vivir
Estudiar el ángulo y ubicación de los golpes permitió a Wegner y su equipo presentar un escenario especulativo que explica el patrón del trauma.
Senebkay probablemente estaba montado a caballo cuando fue atacado. Una herida importante en el tobillo derecho casi le habría cercenado el pie y provocado sangrado masivo. Marcas en manos y rodillas indican un ataque abrumador, y golpes en la espalda baja parecen haber sido propiciados mientras estaba sentado.
Para cuando sufrió tres golpes de hacha devastadores en el cráneo, Senebkay probablemente había caído al suelo. Un golpe aterrizó con tanta fuerza que la curvatura y grosor de la hoja de hecho están impresos en su cráneo.
“Alguien realmente lo quería muerto”, considera Wegner. Aunque es posible que haya sido asesinado por élites políticas rivales, Wegner piensa que el faraón murió en batalla o durante una emboscada. “Para mí, la evidencia física parece un ataque salvaje por soldados entrenados”, señala.
El análisis del esqueleto, conducido por Jane Hill y María Rosado, de la Universidad Rowan, en Glassboro, Nueva Jersey, generó un rango de edad de entre 35 y 40 años para Senebkay al momento de su muerte. También mostró que, con una altura de entre 1,70 y 1,83 metros, era inusualmente alto para su tiempo.
Senebkay vivió y murió durante el Segundo Período Intermedio del antiguo Egipto, una época de fragmentación política y reducida riqueza material. Su tumba fue una de siete estructuras subterráneas agrupadas alrededor de un área de aproximadamente 46 metros de diámetro. Se encontraron sustanciales restos esqueléticos en cuatro de las siete tumbas.
Se cree que los otros tres esqueletos descubiertos en la necrópolis pertenecieron a faraones del mismo período, pero Senebkay fue el único cuyo nombre pudo identificarse. Las paredes de su tumba tenían un cartucho; una figura oval con una línea horizontal que indica que el nombre adjunto es de la realeza. Su nombre también coincide con una lista en un fragmento del papiro Canon Real de Turín.
Apegos musculares y relieves óseos en el fémur y pelvis muestran que pasó considerable tiempo montado sobre algún tipo de animal equino. Los caballos llegaron a Egipto desde el Cercano Oriente aproximadamente en esta época, e inscripciones de una fecha ligeramente posterior aportan evidencia del uso de caballos entre faraones y la élite militar.
Dinastía de reyes guerreros
Uno de los otros esqueletos de la necrópolis pertenecía a un hombre atlético y bien conformado que pasó mucho tiempo realizando una actividad repetitiva y demandante con su brazo izquierdo. La arquería o las prácticas de combate son una posibilidad, y Wegner dice que las siete tumbas podrían representar una dinastía de reyes guerreros. Aún no se han realizado pruebas de ADN para confirmar si estos individuos estaban genéticamente emparentados.
Una dinastía en Abydos durante este período probablemente habría enfrentado amenazas de los reyes hicsos, en el norte, o los reyes de Tebas, en el sur, pero rivalidades internas también pudieron haber causado conflicto.
Se desconoce dónde murió Senebkay o qué tan grande era el territorio que gobernaba, pero la presencia de lino bastante cerca de sus huesos sugiere que no fue momificado inmediatamente después de su muerte. Su cuerpo fue expuesto o transportado durante cierto tiempo, probablemente algunas semanas, antes de ser momificado y sepultado.