"Fuiste por 15 años un ángel terrenal lleno de una luz única, que cada persona que te recuerda no deja de hacernos saber de lo especial que eras, solidario, alegre, sano..". en una carta que fue colgada en las redes sociales, así recordaron sus familiares a Emir Cuattoni (15) -sobrino del actor Darío Anís, actual director del teatro Independencia-, un chico asesinado cerca del Parque Benegas de Godoy Cruz.
Emir hubiera cumplido ayer 16 años. Murió el 29 de mayo pasado, luego de estar internado durante 42 días.
El 17 de abril último, a las 19.30, en avenida del Trabajo y Perito Moreno, de Godoy Cruz, un hombre de entre 40 y 50 años que se desplazaba en una camioneta Hilux blanca se bajó del vehículo y le disparó.
Se trata de un caso sin resolver: el ministerio de Seguridad ofrece una recompensa de 50 mil pesos a quien aporte datos. También se puede denunciar de forma anónima al 911.
"Seguiremos, como siempre te decimos, pidiendo justicia hasta nuestro último suspiro... y no vamos a parar hasta verlo entre rejas. Porque no queremos un Emir más cada vez que esa basura se enoje y salga a matar inocentes", dice la carta cuya argumentación se basa en la teoría que sostiene la familia.
Un "justiciero" que se equivocó
Según los padres de Emir, se trata de un "justiciero" que salió a buscar a un ladrón y, "accidentalmente", encontró al adolescente, que nada tenía que ver.
El día en que le dispararon a Emir al agresor le habían roto el vidrio de un vehículo para robarle. Entonces el hombre salió a buscar a los ladrones y cerca del Parque Benegas encontró a Emir, quien se despedía de unos amigos.
Se bajó de la camioneta y le dio un tiro en la espalda que 42 días después le produjo la muerte.
Según el padre, su hijo antes de morir le relató la mortal agresión.
El chico estaba en el Parque Benegas con unas niñas y las acompañó a la calle Cervantes a tomarse un colectivo. Al volver se encontró con dos chicos, uno de ellos de su escuela.
Se estaban despidiendo en la rotonda de Sarmiento y avenida del Trabajo cuando apareció la camioneta.
Un hombre -robusto, gordito, de unos 40 o 50 años- se bajó de la camioneta. Los dos chicos lo vieron armado y salieron corriendo, dejando una bicicleta en el lugar.
Emir se asustó, dio la vuelta para correr cuando sintió el disparo y después otro.
La bala -de una pistola 9 milímetros- le dio en un omóplato, subió por el cuello y le dañó la quinta y la sexta vértebras cervicales.
Murió 42 días después en el hospital. Hasta hoy no hay detenidos por este homicidio.