Leonardo y Rocío Gadea se sometieron a un tratamiento de fertilización asistida en 2018. Los dos embriones que le implantaron a la mujer se dividieron con el mismo código genético.
La pareja vive en la ciudad entrerriana de Concepción del Uruguay y nunca se imaginaron que su deseo de formar una familia se transformaría en un caso inédito en la medicina argentina e internacional, informó TN Noticias.
Después de intentar tener hijos durante siete años, recibieron una confirmación que les cambiaría la vida por completo: el tratamiento de fertilización asistida había resultado un éxito. Pero había un detalle en la ecuación: la mujer había quedado embarazada de dos pares de gemelos a la vez. Los cuatro bebés, dos nenas y dos nenes, nacieron sietemesinos y tuvieron que quedarse internados dos meses.
Felices y aliviados, el matrimonio detalló que no veían la hora de volver a su casa tras estar tanto tiempo en el Instituto Rawson, en Paraná, donde sus hijos quedaron en observación al nacer prematuros.
"Ahora estamos tranquilos. Yo pasé mi último mes de embarazo viviendo en un hotel, haciendo reposo. Y después otros dos meses más con ellos. Lo peor ya pasó", explicó Rocío, de 32 años.
El martes pasado llegó el gran día. La pareja se despidió de los médicos y enfermeros que lo acompañaron en la internación. Magalí, Victoria, Gabriel y Benjamín ya estaban en condiciones de recibir el alta. "Los doctores nos dijeron que ellos ya están bien. Solo les queda seguir con los controles rutinarios. No tuvieron grandes complicaciones, ni secuelas. Solo necesitan estimulación temprana por el hecho de que nacieron prematuros", explicó su mamá.
Una vez que regresaron a Concepción del Uruguay, se dieron cuenta de que su historia se había hecho famosa en la ciudad y que todos querían conocer a sus bebés.
"La verdad es que nosotros no sabíamos que era algo tan raro. Hasta que nacieron ellos y surgió todo esto", comentó Leonardo en referencia al interés público que generaron sus hijos.
Ya instalados en su casa, la pareja explicó que ahora están mucho más acomodados y relajados. "Apenas nacieron no queríamos hablar mucho porque no sabíamos lo que iba a pasar. Cuando estábamos en neonatología, todo el tiempo nos decían que había que pasar el día a día. Y realmente vimos que era así, en horas podían cambiar ya sea para bien o para mal", recordó Rocío sobre la etapa de internación. "Fue algo horrible y que no le deseamos a nadie", agregó.
Después de ese capítulo de incertidumbre, la historia cambió de color a medida que los bebés mejoraban y ganaban peso. En promedio, los cuatro ya alcanzaron los 2,5 kg y no presentan ninguna complicación específica.
El matrimonio entrerriano sabe que no está solo. Además de contar con el apoyo de sus familiares y amigos, los vecinos de Concepción no tardaron en ir a verlos y llevarles regalos. "Todo el mundo se enteró y ayuda muchísimo. La gente se ofrece a colaborar, nos tira buena onda. Cada persona que viene, trae una bolsita con ropa y pañales", remarcó Rocío entusiasmada.