Dos caras de una misma sociedad se evidenciaron este fin de semana en uno de los incendios forestales más grandes en décadas en Mendoza. Por un lado, apareció la irresponsabilidad de quienes encendieron fuego en lugares prohibidos y provocaron que se quemaran más de 1.500 hectáreas en la zona del Cerro Arco. Por el otro, surgió la solidaridad de decenas de mendocinos que, al ver el trabajo incansable de bomberos para contener las llamas, decidieron ayudar.
Sin embargo, este segundo escenario generó un "daño colateral" que se tradujo en polémica y desinformación. Mientras las llamas avanzaban rápidamente, impulsadas por el feroz viento Zonda, y los brigadistas arriesgaban sus vidas para detenerlas, empezaron a circular cadenas de WhatsApp solicitando agua y alimento para los Bomberos Voluntarios que trabajaban en el pedemonte, junto con críticas al Gobierno provincial por una supuesta falta de asistencia.
“Urgente. Necesitan ayuda los BOMBEROS en el barrio La Favorita. Ya no hay luz y en playa San Agustín ya hay explosiones de autos. “Urgente. Bomberos voluntarios de Las Heras solicitan agua, soda y barbijos. Llevarlos a base de bomberos de la rotonda de regalado Olguín”, pedían algunos de los mensajes que comenzaron a viralizarse inmediatamente.
La respuesta oficial no tardó en aparecer. "No se está solicitando ningún tipo de ayuda, ni de agua, ni de cualquier otro elemento. Es importante que la población no se acerque a la zona afectada, para que bomberos y brigadistas puedan trabajar con tranquilidad", difundieron desde el Gobierno. "A la población: agradecemos su preocupación y solidaridad. Todas las cuadrillas están trabajando para evitar que el fuego avance. No se está solicitando agua ni otros elementos", sumaron desde Defensa Civil.
Pero ¿Qué pasó en realidad? ¿Los bomberos trabajaron sin asistencia? Como primera respuesta, más allá de la situación de los brigadistas, existe la necesidad real de prohibir el acceso a la sociedad civil a la zona afectada por simples razones: entorpecen el trabajo de los profesionales y ponen en riego sus propias vidas.
"A los bomberos que están en emergencia no le podés dar cualquier agua, ni alimento. También por eso hubo un intento de frenar las cadenas", explicó el presidente de la Federación de Bomberos Voluntarios de Mendoza, Edgardo Huentu.
"Es muy difícil llegar a esas cadenas, hay gente que con buena intención solicita recursos para aportar. Desde el plan Provincial de manejo del Fuego no nos ha hecho falta comida ni nada. Son cadenas que buscan algún fin que no es el de directamente colaborar con el incendio. Algunos mensajes aseguraban que necesitabamos agua. Agua llegó y vino muy bien, pero en realidad nunca faltó", aseguró el titular del Plan Provincial de Manejo del Fuego, Guillermo Ferraris.
El origen de los mensajes
Tanto el presidente de la Federación de Bomberos Voluntarios, como los jefes de los destacamentos de Las Heras y Palmira, Ariel Robledo y Juan Pablo Jofré, coincidieron en que los mensajes no salieron desde los cuarteles.
“Lo que sí hicimos como federación fue pedir a empresas, Villavicencio y Coca Cola, donaciones de agua, usamos solamente el 30% de los que nos entregaron. Además, como los bomberos trabajaban bajo un extremo calor compramos bebidas con sales minerales”, detalló Huentu.
“Si el Gobierno nos provee mejor, sino nosotros buscamos nuestros propios recursos. Pero desde Desarrollo Social nos asistieron con alimentos”, agregó el presidente de la Federación de Bomberos Voluntarios.
“Las entidades gubernamentales permanentemente nos ofrecieron ayuda, pero les dijimos que estábamos bien, que no se preocuparon por nosotros”, dijo el sargento Robledo, de Las Heras.
Ayuda de civiles, "fue fundamental"
Muchos no se pusieron a pensar si los mensajes eran o no oficiales, simplemente se organizaron y salieron a ayudar, pese a las recomendaciones de no subir a los cerros incendiados. Enduristas, vecinos de El Challao, grupos de running que frecuentan el Cerro Arco llevaron agua y alimentos a los bomberos.
“Si bien no pedimos nada, la solidaridad de la gente nos permitió mantener el personal hidratado y alimentado. Se han portado de manera excelente. Los bomberos que estaban en el centro del incendio la estaban pasando mal y gracias a los enduristas le pudimos hacer llegar suministros. También la gente nos llevó barra de cereales y frutas frescas, fundamentales para poder seguir trabajado”, confió el Ariel Robledo.
“Cuando bajé me encontré con una cantidad impresionante de donaciones”, contó Carlos Díaz, uno de los bomberos que trabajó defendiendo las antenas de radios y canales mendocinos, ubicadas en la cima del cerro Arco.
El operativo
El sábado se montó el puesto de comando de incidentes en El Mirador, entrada al cerro Arco, desde donde se dirigieron los trabajos en conjunto entre bomberos Voluntarios, del Cuartel Central, policías, personal de Defensa Civil, Guardaparques y hasta aviones hidrantes.
“Fue muy buena la organización, pese a que era difícil estar bien comunicados, entre los cerros las radios pierden señal. Primero se atacó focos más importantes. Algunas cuadrillas fueron designadas a apagar las llamas cera de las antenas y otras que quedaron abajo, protegiendo las casas”, resumió el bombero Carlos Diaz.
“Nosotros llegamos con una Unimog 4x4 que donaron los franceses, con la que pudimos llegar a lugares imposibles para otro tipo de vehículo con una brigada especializada en incendios forestales. Se trabajó bien, de manera coordinada”, analizó Juan Pablo Jofré, jefe cuerpo activo de Palmira.
“Respondimos rápido y logramos estar a la altura, pero este tipo de emergencias nos demuestra que nos falta más preparación en cuanto a este tipo de siniestros. Que tienen hora de inicido, pero no de finalización”, concluyó el presidente de la Federación de Bomberos Voluntarios , Edgardo Huentu.
“El incendio en este momento, se encuentra en las estribaciones del cerro Gateado. La intensidad del fuego es menor. Donde se encuentra el incendio ahora no hay poblaciones. Lo unico que hay es vegetación nativa y fauna”, resumió en el último informe Guillermo Ferraris.
“Además se está trabajando con dos aviones hidrantes, uno perteneciente al servicio nacional de manejo del fuego y otro aportado por la Provincia, a través del Iscamen, y dos helicópteros que trasladan personal a la zona del incendio. Los aviones realizan descargas de 2.000 litros de agua y están operando desde el aeroclub La Puntilla, con una frecuencia de entre 8 y 11 minutos. Ayer se lanzaron 160 tiros y se arrojaron unos 90.000 litros de agua”.
"El sábado trabajaron más de 300 personas, luego se redujo esa cantidad y quedó solo personal especializado. Hoy se transportan en helicópteros hasta la zano del incendio, equipos de 25 personas", detalló Ferraris.
