Se sabía que los ánimos estaban caldeados y el resultado de tanta animosidad fue un portazo histórico de parte de Francisco Pérez: nunca un gobernador había pegado un faltazo en 34 años de historia de la Fiesta Nacional de la Ganadería de Zonas Áridas.
Pero en ese mismo acto de renuncia a su lugar, el mandatario le entregó en bandeja el protagonismo a la oposición, en particular a su más acérrimo enemigo: el candidato a gobernador del Frente Cambia Mendoza, Alfredo Cornejo.
Mientras tanto, el otro candidato presente en la fiesta, el peronista Adolfo Bermejo, tenía un problema difícil de disimular: aunque es el hombre que Pérez apoya para sucederlo, el senador nacional no defendió a su ‘compañero’, ni tampoco lo criticó. En esa incomodidad, el que quedó como dominador claro de la situación fue Cornejo.
Nunca había sucedido algo así. El Gobernador vino hasta General Alvear y a primera hora de la mañana conmovió el tablero político de esa comuna informando que no iría al almuerzo. No dijo más nada al respecto; dejó los menesteres del trabajo sucio al ministro de Agroindustria, Marcelo Costa.
La realidad de lo que pasó tal vez nunca la sabremos, porque las versiones se chocan en un punto. Costa dijo que los organizadores de la fiesta, la Cámara de Comercio, Industria, Agricultura y Ganadería, le había pedido dos subsidios al Gobierno para realizar la celebración: 1,5 millón más otros 200 mil para actividades sociales; es decir que en total solicitaron 1,7 millón de pesos.
Siempre según la versión de Costa, cuando la plata oficial no apareció, los organizadores no permitieron que se instalaran los stands del Gobierno en el predio en el que se hace la fiesta. Con esos antecedentes, en los que se acusa elípticamente a la Cámara de extorsión, es que el Gobernador decidió no asistir al almuerzo de hoy.
Del otro lado, el presidente de la Cámara, Ariel Romero, dijo que el año pasado pidieron $ 1,2 millón y les otorgaron 600 mil, de los cuales cobraron 140 mil pesos hace unos días.
De paso, Romero reveló que desde el Gobierno le dijeron que ponían la plata solicitada a cambio de 600 entradas, con el objeto de transformar el almuerzo en un acto partidario del peronismo. Es decir, desde la Cámara dicen que los extorsionadores son los funcionarios provinciales.
Nunca sabremos la verdad, pero los hechos del contexto hablan y permiten especulaciones. Todos saben que Alvear resiste cualquier avance de proyectos mineros y Pérez impulsó dos en el sur de la provincia, Hierro Indio y Cerro Amarillo.
Todos saben que en ese departamento hay problemas con la provisión de agua para riego y de hecho el Gobierno también lo sabe, al menos por el tenor de los anuncios que hizo Pérez a primera hora de la mañana en la sede municipal.
Todo el mundo sabe, además, que la crisis vitivinícola y de toda la producción primaria mendocina se profundiza y de hecho así lo remarcó el propio Romero en su discurso.
Todos esos elementos mostraban que Pérez no sería muy bien recibido por una comunidad particularmente levantisca como la alvearense.
Y Pérez y el peronismo no pueden permitirse titulares de diarios adversos, a poco más de un mes de las elecciones generales.
Por esto es que resulta verosímil que el Gobierno pretendiera 600 entradas. No es nuevo que los oficialismos copen la parada y llenen los lugares destinados a los comensales con funcionarios de segunda y tercera línea. Suena creíble, además, que el Gobierno adeudara subsidios comprometidos en otros años, de hecho los problemas financieros y las deudas con proveedores no son una novedad.
También es verosímil que privados pidan subsidios o aportes al Estado, a veces mucho más de lo que el Estado podría o debería pagar. La verdad quedará oculta en los vericuetos de una negociación de la que nunca se sabrán los detalles.
Política bajo el sol
Más allá de esto, la ausencia de Pérez abrió las puertas a consecuencias en la realidad política alvearense que pueden ser insospechadas, sobre todo porque el Frente para la Victoria sacó menos votos que Cambia Mendoza en las PASO y corre riesgo la continuidad del intendente, Juan Carlos De Paolo.
En lo inmediato, Cornejo se paseó tranquilo bajo el sol del mediodía entre los costillares que se asaban para servir en el almuerzo. Es más, como es costumbre, criticó al Gobernador, pero en un tono menos crispado que en otras ocasiones. Tal vez sea cálculo político la casi suavidad del radical, tal vez por el prometedor horizonte que ofrecía la carne asándose lentamente.
“Si la relación es como él la denuncia, de extorsión entre la organización y él, es muy malo no haberlo anticipado. Sí se sabe que la Fiesta tiene mucha participación del Estado, lo cual es legítimo, pero no lo es estar sujetos a presiones de ningún tipo, menos del Estado”, decía Cornejo, para luego describir que la ganadería viene sufriendo retrocesos: unas 46 mil cabezas perdidas en la región en los últimos años, pero luego metió una frase para endulzar oídos: “El futuro es promisorio. Creemos que administrando bien tenemos una gran potencialidad a futuro”.
“Debe ser alguna desinteligencia entre la cámara y el gobierno provincial. No sé qué ha ocurrido. Pero lejos de estar en estos detalles, lo que tenemos que poner en valor es esta fiesta ganadera, que es muy importante. No quiero entrar a polemizar”, decía a su turno Bermejo.
