La Cámara de Diputados aprobó una norma que modifica la ley 6.722 de organización policial, ampliando a 35 años la edad para ingresar a esa fuerza y permitiendo que no sea necesario terminar la secundaria para entrar al Instituto Universitario de Seguridad Pública.
La medida, impulsada por el Ejecutivo, se tomó por la escasa atracción que representa esa actividad en los jóvenes, lo que se traduce en la falta de policías en la calle, sumado a que este año bajó la planta policial en unos 200 efectivos "por jubilaciones", según explicó tiempo atrás el ministro Carlos Aranda.
Pero arroja dudas sobre la capacitación que agentes y oficiales deben tener para actuar profesionalmente. Sobre todo cuando la seguridad vuelve a ser un fuerte reclamo social. De hecho, Los Andes dio cuenta de dos estudios, uno de la Fundación Ideal, que dice que para 31% de la población es el tema "más preocupante" y otro de Reale Dalla Torre que indica que la "inseguridad" es un problema para el 92% de los mendocinos.
Excepción recurrente
No es la primera vez que se realiza esta modificación. En el año 2000, durante la gestión de Roberto Iglesias y a poco tiempo de la reforma policial de 1998 impulsada por Arturo Lafalla, fue necesario ampliar a 35 la edad para ingresar al IUSP, que es originariamente de 18 a 30 años, y también aceptar que los aspirantes tuvieran sólo la mitad del secundario, cuando la ley exige ese nivel "completo". Esta acción tuvo vigencia hasta diciembre de 2002.
Algo similar pasó en 2007, cuando gobernaba Julio Cobos. En esa oportunidad, la "flexibilización" rigió hasta fines de 2008.
Las modificaciones siguieron incluso hasta fines de 2010, siempre por razones similares, "necesidad de aumentar el número de aspirantes". Y en todos los casos se habló de "excepción". Como ahora, cuando se dice que se podrá ingresar al IUSP "con primer año del polimodal o tercero del secundario" sin cumplir el requisito "excluyente" del título secundario.
La misma autora del proyecto, Wanda Paredes (PJ), reconoce la recurrencia, entendiendo que en todos los casos anteriores, y ahora, se trata de "coyunturas", por lo que la nueva norma sólo permite la "excepción" hasta diciembre de 2014 y da un plazo de cuatro años para obtener el título secundario una vez que se ingresó al Instituto.
Cuestión de nivel
Paredes aclaró que con esta norma "no se afectan las exigencias de los aspectos éticos, morales y conductuales" de los ingresantes. En tal sentido, desde su visión, "no se nivela para abajo" con esta medida, sino que por el contrario "es una propuesta inclusiva".
Tampoco consideró que se baje el nivel el radical Luis Petri, quien calificó de "necesaria" la medida, aunque confió en que pasado el límite de 2014, "se vuelva a respetar la ley original". Incluso justificó su aprobación porque "servirá para buscar el objetivo de que ingresen mil alumnos por año", dado que hoy, ratificado por Aranda, "hay un promedio anual de 600".
Por su lado, Leonardo Comparatore, director del IUSP, dijo que "se busca que gente mayor de 30 pueda ingresar", porque muchos así lo quieren. Además, y según su experiencia, "muy pocos chicos" llegan con el secundario incompleto.
Sin embargo, para el ex director del Instituto, y promotor de la entidad académica, Hugo Duch, la modificación de la ley original "es un barbarismo jurídico" y con esta acción "se nivela para abajo".
Duch estuvo al frente del IUSP entre 2003 y 2008, y asegura que no aplicó la modificación de 2007 porque "se necesita más capacitación para los agentes". Según su experiencia, "los que ingresan sin terminar el secundario no completan sus estudios adentro".
Por eso, cree que para atraer más gente a la Fuerza hay que "mejorar las condiciones de trabajo de los policías", en sueldos, menos horas de servicio y "disminuyendo las situaciones estresantes" por las que atraviesan los efectivos, para lo cual "hace falta una política de Estado".
