La cantidad de enfermeros disponibles en el Gran Mendoza es por lo menos la mitad de lo recomendado. Es que hay zonas donde no llegan a uno por cada médico, cuando para la Organización Panamericana de la Salud lo ideal es 4 enfermeros por profesional (otros más permisivos lo bajan a 2).
Así lo reconocen desde el Ministerio de Salud de la provincia, donde aseguran que se pondrá el foco en esto para lograr una redistribución de estos trabajadores. Es que si bien suele hablarse de que hay un déficit de enfermeros en el país, para la cartera sanitaria la situación de la provincia es más un problema de distribución.
“Probablemente el recurso humano está pero mal distribuido, hay dispersión”, señaló el subsecretario de Salud, Oscar Sagás. “Por eso se trabaja en organizar la logística para lograr una distribución más equitativa”, resaltó.
Explicó que si bien hay carencias de enfermeros en el Gran Mendoza, esto se revierte a medida que se avanza hacia zonas menos urbanas. Esto porque los médicos se concentran en zonas más pobladas, por eso donde hay menos médicos aumenta la proporción de enfermeros que en alguna medida vienen a brindar la asistencia sanitaria necesaria, aunque claramente no cumplen el mismo rol.
Si bien hay un desequilibrio regional, en la provincia la media es de 2 enfermeros por cada médico. “En zonas urbanas existe déficit de enfermeros, lo cual implica sobrecarga del personal médico”, señaló Sagás.
Los índices grafican esta realidad. En Las Heras no se llega no se llega a un enfermero por médico (hay 72 médicos y 70 enfermeros). En Luján el indicador es similar: 1,04. En el otro extremo, Malargüe tiene 7,14 (hay 7 médicos y 50 enfermeros); General Alvear tiene 4,70 y La Paz 4,67.
Consultados por Los Andes, los profesionales de algunos efectores confirmaron este panorama aunque con ciertas disparidades. La situación se profundiza en los más hospitales grandes por la mayor demanda.
Así, médicos de uno de los servicios del Central contaron que se encargan “no sólo de la atención del paciente, sino también de la educación de los acompañantes y familiares y del equipo interdisciplinario”. Y comentaron que quienes recorren los pasillos y salas aprecian la falta de enfermeros.
“Es un factor determinante porque se ve resentida la calidad de atención y es irregular por la falta de recurso humano, entonces no se da el servicio que se debería dar”, agregaron.
En el hospital Paroissien de Maipú contaron que si bien este año ya se ha normalizado la actividad, en 2015 fue complicado debido a una alta demanda de servicios frente a varias licencias por enfermedad que se tomó el personal. Por entonces el déficit de enfermeros era de 20%.
Este último factor tiene fuerte impacto -según relataron los profesionales-, ya que dado que el recurso no abunda las ausencias se sienten aunque sean por pocos días.
En el hospital Notti dijeron que dentro del panorama trabajan bien, porque al ser un centro pediátrico se trata de garantizar la atención.
Algo en lo que coincidieron todos los consultados es en el hecho de que si bien no sufren sobrecarga horaria en el mismo efector, sí ocurre que al no ser suficiente el salario muchos tienen dos trabajos. Esto determina la sobrecarga, desgaste y estrés con el consiguiente agotamiento, enfermedades y licencias.
A esto hay que agregar “las condiciones en las que se trabaja en los hospitales públicos por la falta de recursos”, sumaron los consultados.
Déficit nacional
Según el Observatorio Sindical de la Salud Argentina (Osinsa), en el país faltan 100 mil enfermeros, un dato que no tiene correlato en la provincia porque no hay disponibles cifras oficiales. En las evaluaciones de esta entidad se cuentan 30,5 enfermeros (de toda formación) cada 10 mil habitantes, mientras que en países desarrollados hay más de 70 enfermeros por la misma cantidad de habitantes.
Para el secretario general de la Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad de Argentina (Fatsa), Carlos West Ocampo, entre las causas se cuentan “los bajos sueldos y el escaso reconocimiento”. Además, muchos enfermeros tienen dos y hasta tres trabajos para mantener a su familia o hacen turnos de hasta 14 horas diarias.
Según West Ocampo, “esta carencia no es solamente de la Argentina, sino que también es de la región. La consecuencia más conocida, pero también la más directa y grave, es que por falta de enfermeros ocurren muchas muertes que podrían ser evitadas”.
Sagás, en tanto, consideró que la situación de la provincia no es tan complicada como en el resto del país. Mencionó que se apunta a “fortalecer las áreas sanitarias y la atención primaria, por eso inevitablemente hay que hacer esta reingeniería. Esto va a implicar redistribuir médicos”. Y agregó que la intención es que los centros de salud traten el 80% de las patologías de manera interdisciplinaria.
Personal calificado
Uno de los aspectos que el funcionario señaló como diferencial en cuanto al recurso humano local es que la mayoría de los enfermeros de Mendoza tiene una formación profesional. Sin embargo, desde el punto de vista de los consultados, la cantidad de recibidos no es suficiente para cubrir la demanda del sistema.
La ley N° 6.836 rige el ejercicio de la enfermería junto a su decreto reglamentario, el N° 1.805. Allí se determinan dos niveles de capacitación: el de los profesionales (licenciados en enfermería y enfermeros) y los auxiliares en enfermería.
Para diferenciarlos, Sagás explicó que un licenciado hace una carrera universitaria de 5 años; el “enfermero de enfermería”, también profesional, hace una carrera de formación de 3 años; en tanto, el último es un auxiliar de enfermería que hace un curso de 9 meses.
A partir de esto, detalló que las responsabilidades que les atañen son diferentes: el profesional puede hacerse cargo del 75% de las prácticas que realiza un licenciado y un auxiliar de solo el 40%.
Igualmente, el funcionario destacó que “en los últimos años la actividad ha logrado un proceso de profesionalización. La prueba está en que hoy 60% del recurso humano es profesional, 29% son licenciados en enfermería y auxiliares casi no existen, son sólo un 11%. Esto porque la mayoría se ha ido capacitando y los pocos que quedan son personas mayores que tienden a jubilarse”.
El 80% trabaja en los grandes hospitales
En Mendoza hay 3.779 enfermeros en el sistema público que pertenecen a planta, según informó el subsecretario de Salud, Oscar Sagás. Los licenciados en enfermería -el mayor nivel de formación- son 1.083, los profesionales 2.266 y los auxiliares, 430.
En cuanto al nivel asistencial en el que se distribuyen los enfermeros, 80% del total está en los grandes hospitales y el 20% restante en el nivel de atención primaria (centros de salud y postas sanitarias).
En toda América Latina, en tanto, la mujer tiene participación mayoritaria en esta actividad.