Casi 20% de los carteles indicadores del nombre de las calles de la ciudad de Mendoza no prestan ningún servicio porque no están o se encuentran deteriorados.
Esta información tiene base municipal y se discrimina de la siguientes forma: de 1.290 esquinas o cruces, 180 faltan totalmente y 70 presentan daños (no se pueden leer o se encuentran doblados).
Esta circunstancia empobrece urbanísticamente a una ciudad, que se precia de ser "maravillosa", moderna y poseer aceptables servicios.
En el macro y micro centro, la cuenta cambia y se estima que 90% de las esquinas se encuentran señalizadas.
Al recorrer la capital se advierte un importante déficit, especialmente en la Tercera y Cuarta Sección. El valor de cada nomenclador está en el orden de los $ 3.000 a $ 3.500 (por cada 100 habría que desembolsar $ 350.000). Son de chapa y hierro comunes.
La cartelería de calle es jurisdicción del Ministerio de Transporte, repartición que reconoció el problema y adelantó que está todo previsto para ejecutar la obra.
Sin embargo, el director de Planificación, Gustavo Pastor, adelantó que no se repondrá el faltante, aunque se dispone de los pliegos de licitación para ejecutar la tarea. Por la falta de fondos en la administración actual, esa labor será una de las tantas tareas que se traspasará a la gestión que empezará a gobernar en diciembre.
Mientras tanto, el gobierno municipal de la ciudad, que encabeza Rodolfo Suárez, dirigió una nota a Transporte solicitando la transferencia de la señalética capitalina a la comuna, que se encargaría de sanear el déficit de los carteles, tal como lo comentó el director de Tránsito, Carlos Prato.
Muchos cruces de calles carecen de lo que se denomina técnicamente cartel de orientación integral (que contiene el nombre de la calle, la numeración y el sentido de marcha, además de un código alfanumérico).
Lo habitual es que esos ordenadores del tránsito son atropellados en incidentes de tránsito; otros se roban o son vandalizados.
Uno de los puntos afectados, Chacabuco y Salta, a metros del colegio Santo Tomás de Aquino, perdió el cartel por un choque de vehículos, cuando el cruce carecía de semáforos, tal como informó la comerciante Silvia Guevara. "Desde el momento en que se pusieron semáforos, hace unos 5 meses, ya no se registran colisiones", dijo la vecina.
Sebastián (27), repartidor de un correo privado, señaló que la ausencia de este elemento dificulta la entrega de la correspondencia en varias zonas.
El panorama se repite en las esquinas de Salta con Ayacucho y con Santa Fe.
En Santiago del Estero y Montecaseros, intersección correspondiente a la plaza Cobo, José, un repartidor de panadería, tuvo un comentario similar a su colega Sebastián. "Si no conocés bien las calles, perdés tiempo preguntando", aseguró el trabajador.
El médico Carlos Abate (79), con consultorio a metros del cruce mencionado, señaló que algunos pacientes que concurren por primera vez a su instituto tienen el inconveniente de una rápida ubicación de la sede, y más si no son de la capital.
La cartelería indicativa falta también en Santiago de Estero e Ituzaingó, a metros del Hospital Neuropsiquiátrico Doctor Carlos Pereyra. Ernestina Talquenca (77), vecina en el lugar desde 1961, recordó, con picardía, que "todo era más tranquilo cuando pasaba el tranvía por aquí".
En la actualidad la esquina de su casa está protegida por pilotes de hierro para evitar que ningún vehículo fuera de control se estrelle contra su vivienda, como hace 2 años.
En el área fue entrevistada la taxista Claudia Fernández (43; 15 años detrás del volante). "En nuestro trabajo gravita mucho el nombre de las calles, la numeración y el sentido de la circulación, y cuando no se dispone de esa indicación, la cosa se complica... claro que siempre salimos adelante".
Trabajos en conjunto
El director de Planificación, Gustavo Pastor, relató, ante una consulta, que la Provincia colocó 1.700 carteles en el ámbito de la ciudad, y 4.800 en todo el territorio.
Esa operación se concretó en una licitación llevada a cabo a partir de 1998 (administración Lafalla). Dijo que el total provincial de esa cartelería es de 20.000 unidades, "pero nosotros intervinimos solamente en los puntos donde faltaban o estaban arruinados".
"En los últimos años -afirmó-contar con carteles en estado adecuado es más fácil y habitual porque en la urbanización de los nuevos barrios, se exige la colocación de estos indicadores. En otras ocasiones se sacaban los que estaban rotos o parcialmente deteriorados, y por medio de convenios con los municipios o entidades, los materiales viejos se reciclaban y volvían al servicio".
Tanto Prato, de Capital, como el ingeniero Pastor, piensan que si a futuro hay trabajos asumidos en conjunto por las comunas de la región metropolitana, éste problema de la señalética, como el caos en el tránsito, pueden solucionarse mediante acciones comunes y complementarias.
