¿Cómo se mide la calidad de la representación que ejerce un diputado elegido por el pueblo de su provincia? La página de la Cámara de Diputados de la Nación (www.diputados.gov.ar) aporta varios datos que pueden servir a la ciudadanía para conocer qué hacen los legisladores de su distrito.
Una de las formas de abordar esta pregunta es analizando los proyectos presentados por los diputados, no sólo el número -la cantidad- sino también la envergadura de los mismos ya que no es lo mismo un proyecto de resolución, o una ley que “bautiza” una ruta con el nombre de un prócer, que un proyecto de ley que crea un nuevo régimen para una determinada actividad económica o para regular temas sensibles para la vida de la sociedad.
Otra forma de buscar respuestas es ver cuál ha sido el comportamiento de los legisladores en el recinto los días de sesiones. Para ello es menester no sólo computar las presencias en las diferentes reuniones de la Cámara baja sino también en cada una de las votaciones, ya que en una sesión se pueden tratar varios expedientes y sancionar varias leyes (es común que las sesiones duren diez o doce horas).
La única información que no está al alcance de la ciudadanía es la participación -presencias y ausencias- de los diputados en las distintas comisiones que integran (participan de al menos cinco), que son los cuerpos que deben dictaminar sobre los diferentes proyectos antes de que estos lleguen al recinto.
De los diez diputados por Mendoza, son varios los que tienen buena performance en cuanto a la tarea de “hacer leyes”. De los cuatro legisladores del Frente para la Victoria se destacan dos: la camporista Anabel Fernández Sagasti y el ex intendente de Guaymallén, Alejandro Abraham.
La primera presentó sólo este año (entró en 2011) ocho proyectos de ley. El más importante es un régimen de procedimientos de restitución de niños, niñas y adolescentes.
Pero también la joven elevó una propuesta para promover toda la actividad olivícola y una ley para prohibir el uso de hormonas en animales con el objetivo de engordarlos para luego utilizarlos como alimentos.
El guaymallino tiene cinco proyectos de ley, de los cuales el más importante es la creación de un Programa Nacional para la Inclusión Laboral de Jóvenes Profesionales.
En su perfil en la home de la Cámara de Diputados, resalta una curiosidad: la propuesta de Abraham de declarar a la ciudad bonaerense de Olavarría “capital nacional de la platería”.
Los otros dos kirchneristas tienen un papel más pálido a la hora de proponer leyes. Guillermo Carmona, como es presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, enfocó sus iniciativas en el tema Malvinas.
Propuso sólo dos leyes: un régimen previsional especial para los ex combatientes y la creación, dentro del ámbito del Parlamento, de una comisión que monitoree las políticas para la Antártida.
En tanto, el gremialista petrolero Dante González apenas impulsó una ley: que se cree una comisión especial para analizar el traslado de la Capital Federal.
En la oposición, quien más proyectos de ley presentó fue el radical Enrique Vaquié, con diez, casi todos para abordar diferentes problemáticas económicas.
Desde una propuesta para cambiar la fórmula con la que se calcula la alícuota de la retenciones a los hidrocarburos hasta una nueva ley de Hidrocarburos que incentive las inversiones, muy diferente a la que tiene sanción del Senado.
Al ex ministro de Hacienda lo siguen de cerca Julio Cobos y Patricia Giménez, también radicales. El ex gobernador planteó ocho proyectos de ley, al igual que la actual vicepresidente de la Cámara.
Cobos presentó su conocida idea del “Servicio Cívico Voluntario”, la creación de una Comisión Nacional de Ética Pública y el bautismo de la Ruta Nacional 40 como “General San Martín”.
Giménez propuso establecer por ley las atribuciones que tienen los padres y tutores en la educación de los chicos y una ley para promover el turismo rural.
Ahí nomás aparece otro radical, Luis Petri, con siete proyectos de ley. El abogado cobista propuso crear un Programa Nacional de Protección de Testigos de Hechos de Corrupción, cambios al Código Electoral y una norma para modificar, en el Código Procesal Penal, los allanamientos.
El trotskista Nicolás del Caño presentó este año seis proyectos de ley, la mayoría vinculados a sus propuestas electorales.
Desde la equiparación de los sueldos de los funcionarios y legisladores con el salario docente, el boleto educativo gratuito, la prohibición por un año de despidos y suspensiones, la derogación de decretos secretos que protegen a los cuerpos de la Policía Federal encargados de hacer espionaje y una ley para expropiar y nacionalizar toda la industria hidrocarburífera.
En tanto, el demócrata Roberto Pradines, quien presentó cinco proyectos este año, se enfocó en defender la industria vitivinícola. Para ello propuso subsidiar con 0,88 dólar por litro al vino que se exporte a Rusia y crear una comisión nacional “formadora de los precios vitivinícolas”.
Cómo votaron
Los cuatro legisladores K son los que más veces votaron de forma positiva.
De hecho, sólo rechazaron propuestas opositoras para que se trataran sobre tablas temas urticantes para el Gobierno y no dieron quórum a las sesiones -cuatro- solicitadas por el arco opositor para cambiar el piso del impuesto a las Ganancias, lo que obligó a los no oficialistas a sesionar “en minoría” y no poder votar.
Los cuatro radicales no votaron leyes clave, como el Código Civil y Comercial, ya que se fueron de la sesión, al igual que el demócrata Pradines y el trotskista Del Caño.
En general, la oposición votó contra los proyectos principales que elevó el Gobierno: el pago local de la deuda reestructurada, el Presupuesto 2014 y la nueva Ley de Abastecimiento.
Pero acompañó en proyectos como la moratoria previsional o las leyes que combaten el trabajo en negro.
Del Caño, dentro del lote opositor, fue quien más se diferenció: rechazó la misión del Ejército en Haití, la creación de las “Scholas Occurrentes” que pidió el Papa Francisco y las leyes pro-empleo registrado ya que entendió que se beneficiaba a las patronales y no a los trabajadores.
También votó contra la protección de los activos que los bancos centrales extranjeros tengan en el país, que permitió al BCRA hacer el “swap” con China, propuesta que tuvo aval del resto de la oposición.
Presencias y ausencias
Cuatro de los diez diputados mendocinos estuvieron en las doce sesiones, tanto las ordinarias como las de carácter informativo (cuando asiste el jefe de Gabinete) y la Asamblea Legislativa del 1 de marzo.
Se trata de los kirchneristas Alejandro Abraham, Guillermo Carmona y Anabel Fernández Sagasti, y el izquierdista Nicolás del Caño. A ellos siguen los cobistas Luis Petri y Patricia Giménez, que faltaron sólo una vez.
Dos faltas tuvieron -en lo que va de 2014- el radical Enrique Vaquié (una por licencia), el kirchnerista Dante González (una por estar en una misión oficial autorizada por la Cámara) y el demócrata Roberto Pradines. Cierra el lote Julio Cobos, quien faltó tres veces, una de ellas por licencia médica.
Estas presencias sólo indican que los diputados asistieron a las sesiones pero no cuál fue su comportamiento durante las votaciones de los diferentes expedientes, que en total fueron 35 desde marzo hasta el miércoles 8 del corriente (cuando se dio media sanción al Presupuesto 2015).
Como el grueso de los temas que se pusieron en consideración fueron a propuesta del Ejecutivo, son los diputados K los que más presencias suman en las votaciones, aunque hay también algunos opositores “sarmientistas”. Abraham, Fernández Sagasti y Giménez sólo se movieron de sus bancas en una sola votación, por lo tanto tienen un presentismo del 98%.
El trotskista Del Caño y el peronista González sólo no votaron dos leyes, por lo cual tienen 94% de asistencia. Carmona faltó a tres votaciones, por lo que le corresponde también una buena performance (91%).
Como dijimos antes, Carmona, Abraham, Fernández Sagasti y Del Caño fueron a todas las sesiones, pero en las maratónicas jornadas se perdieron algunas votaciones “en cadena” de expedientes que se aprueban en pocos minutos, de ahí que tengan todos altas performances pero ninguno llegue al 100%.
Diferente es el caso de los otros cuatro legisladores. El radical Vaquié no votó nueve expedientes, algunos fueron puestos a consideración del cuerpo los días en que él estuvo ausente y otros durante momentos de sesiones en las que participó pero se hicieron maratónicas.
Le corresponde un 74% de asistencia. El ex gobernador Cobos faltó a más sesiones que el resto, pero tiene mejor presentismo que Petri y Pradines porque se ausentó en 12 votaciones (65%), mientras que el demócrata faltó a 14 votaciones (60% de presencias) y el abogado de San Martín no estuvo en 17 votaciones (51% de presentismo).