Falta que lo juren por Dios

Falta que lo juren por Dios

Si una persona alcanza la edad adulta sin haber concurrido a un colegio para cursar un nivel básico, se la tilda de ignorante.

Nada más lejos de la realidad, pues el hombre o la mujer más eruditos, son ignorantes en algunos temas que sí maneja el que no estudió.

De todas maneras, hay que admitir que la persona que no lee ni escribe está más propensa a cometer errores, expresarse con dificultad, y ni hablar de hilvanar un discurso.

En cuanto al respeto por las personas, una parte se trae de nacimiento y el resto se aprende en la universidad rodeada de jardines con profesores, o en la universidad de la calle.

En el momento de aplicarlo, ¿quién está más capacitado? No me animo a contestar, pero voy a citar una de las tantas frases del gran trabajador con la gente pobre, el Padre Llorens: el pobre roba; el rico y estudioso hace negocios.

Por otra parte, están los que han cursado ambas facultades, que vemos los domingos persignándose, elevando sus manos al cielo pidiendo a Dios por un gol a favor. Los resultados se dan cuando el deportista se dedica de lleno a su trabajo, algunos ayudados por su capacidad natural.

Dios está en todas partes, si tenemos suficiente fe para verlo; entonces sí nos dará una mano.

Por último tenemos a los hombres que integran los distintos partidos políticos (aunque algunos de ellos salivan para el lado que sopla el viento, cambiando de partido según conveniencia personal).

De hecho, no cabe duda que los políticos deben estar para manejar los hilos del país.

Ocurre que a medida que pasa el tiempo, algunas promesas y discursos pasan a ser muy trillados (llámese seguridad).

Por eso se ven obligados a fundamentar sus aspiraciones intercambiando feroces agresiones verbales.

Es que cuando faltan ideas propias y sinceras se cometen graves errores.

Voy a citar dos: en su discurso en la Asociación Mendocina de Box, el ex intendente Omar De Marchi entre otras cosas dijo: “De ahora en adelante vamos a ponernos serios”. Cabe pensar que para atrás habían estado en la joda.

Lo imperdonable es que el Sr. Alfredo Cornejo y el Sr. Fabián Manzur citen en un folleto callejero una frase del Papa haciéndolo participe involuntario de un contubernio político.

No conozco a ninguno de los dos, por tanto los respeto, pero les sugiero que en adelante trabajen con ideas propias.

No hago un llamado a ningún tipo de marcha ni es apología de ninguna especie pero sí se impone reivindicar la figura de Francisco.

Invito a los lectores, al margen de sus ideas políticas, hacer llegar a Cartas y Opinión dos renglones repudiando el hecho.

Quede claro que no involucro al Partido Radical.

Santos Isgró  
DNI 6.898.411

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