Los datos proporcionados por la organización sin fines de lucro “Luchemos por la Vida” son alarmantes: en los últimos 15 años 112.276 argentinos perdieron la vida en accidentes viales.
De ellos, fueron 5.743 los mendocinos que murieron como consecuencia de accidentes ya sea en el mismo lugar del hecho o dentro de los 30 días después de ocurrido.
El organismo nacional sin fines de lucro dio a conocer los datos estadísticos al cumplirse el 10 del actual un nuevo aniversario de la fecha en que la Argentina decidió cambiar el sentido de circulación por la derecha, desplazando el sistema utilizado hasta 1945 que daba prioridad a la mano izquierda.
Si nos atenemos a la frialdad de las cifras, podemos concluir que el año 2007 fue el más alto en lo concerniente a muertes por accidentes viales, tanto en el país como en la provincia. Ese año fueron 8.104 los argentinos que fallecieron, con un promedio de 22 por día y 676 mensuales, mientras en Mendoza la cifra alcanzó a los 423. El año pasado, la cifra en el país bajó a 7.485 mientras en Mendoza fueron 334, quedando en el quinto lugar superada por Buenos Aires (2.354), Santa Fe (652), Córdoba (521) y Santiago del Estero (354), lo que permitiría establecer que “algo” se ha avanzado en seguridad vial.
De todos modos, cabe señalar que las diferencias son abismales respecto de lo que sucede en otros países del mundo. Valdría la comparación entre lo que aconteció en 1995, cuando se produjo la cifra más alta de la Argentina, y lo sucedido en el año 2008, que es la última estadística con que cuenta el organismo, quien toma la cantidad de fallecidos por cada millón de vehículos en circulación.
En 1995 hubo 144 muertos por accidentes en Suecia y bajó a 89 en 2008. En Holanda bajó de 197 a 116; en Estados Unidos, de 207 a 186; en España de 368 a 128 y en la Argentina de 1.450 a 1.089. Lo que lleva a deducir que, o bien hay una mayor conciencia en los conductores, o los controles son más estrictos, o los vehículos cuentan con mayores elementos de seguridad o quizá también un mix entre cada uno de ellos.
Debería considerarse en este caso también que en nuestro país aún están saliendo a la venta automóviles que no cuentan con frenos especiales ABS o sin airbags, situación que no se plantea en países más avanzados. Aspectos a los que deberían agregarse diferencias también importantes en el plano de la infraestructura vial.
Sin embargo, si bien todo lo señalado es importante, no es menos cierto que aún no se ha conformado una verdadera conciencia vial en la Argentina, que también se traslada a Mendoza. El ejemplo más claro se da en el hecho de que el 90% de los accidentes fatales está íntimamente ligado a fallas humanas, entre las cuales la distracción ocupa un lugar importante junto con el exceso de velocidad, tanto en las autopistas como en las zonas urbanas; donde -en el segundo de los casos- la velocidad máxima no debe superar los 40 kilómetros por hora, mientras que en las intersecciones esta debe reducirse a los 20 kilómetros horarios.
En Mendoza es mucho lo que se ha hecho en procura de alcanzar algún tipo de solución. Esencialmente a partir de las campañas realizadas desde el ámbito oficial con el programa “Vida y Vuelta”, con un impacto “positivo”, según se indicó y por la tarea encarada por la entidad “Voluntarios en Red Mendoza”, integrada por padres preventores que ha planteado que el tema sea tratado también en las escuelas.
Pero si bien las campañas son importantes, tendrían más efecto si son acompañadas por un necesario control, tanto en las rutas como a la salida de los boliches, que se han convertido en los lugares donde mayor cantidad de accidentes se producen. No debe olvidarse que la sola presencia policial genera que los conductores tengan un mayor respeto por las normas viales.
