Falta de mano de obra en zonas rurales

La falta de mano de obra especializada hace peligrar la cosecha de cerezas. Así lo señalaron productores de las distintas zonas.

Falta de mano de obra en zonas rurales
Falta de mano de obra en zonas rurales

Es serio el problema que deben enfrentar los productores de cerezas respecto de la recolección de los frutos en la cosecha que se iniciará a mediados del mes próximo. Se trata de un trabajo artesanal que no puede ser suplantado por maquinaria alguna, razón por la cual son necesarias cuadrillas de gente especializada que recoja los frutos con el suficiente cuidado, de modo tal que no se rompa la fruta y que tampoco resulten lesionadas las partes de la planta que asegurarán la producción para el próximo año.

El de la cereza no es el único caso de una producción afectada por la falta de mano de obra. Días pasados se supo que algunos productores del denominado "cinturón verde" cercano al Gran Mendoza (en Guaymallén y Maipú) están evitando plantar tomate de la variedad "perita" para envasar, porque no tienen asegurada las cuadrillas necesarias para la recolección de los frutos.

El problema merecería una consideración especial tanto de parte del Gobierno como de la política en general porque se ha perdido una cultura que se había instalado en muchas familias mendocinas que aprovechaban la época de cosecha para engrosar sus ingresos y poder adquirir así mercaderías no perecederas, como harina o azúcar "para todo el año", Sin embargo, a mediados de la década de 1960 se inició una permanente emigración de gente del campo hacia las ciudades, en la búsqueda de mejores niveles de vida, familias que, al no contar con trabajo, pasaron a engrosar las villas inestables que rodearon a la ciudad. Ante esa nueva situación, las autoridades, en lugar de buscar una solución global para evitar la emigración, procedieron a la salida facilista de "cubrir" con subsidios las necesidades básicas a través de los diferentes planes sociales que se implementaron. Una solución que no soluciona nada en razón de que quienes perciben los subsidios terminan siendo rehenes de los funcionarios de turno, especialmente a la hora de las elecciones.

Tiempo atrás, los sectores vitivinícolas organizaron un congreso con la participación de un amplio espectro de interesados, en la intención de conocer cuáles eran los motivos por los cuales la gente prefería emigrar, en lugar de permanecer en las zonas rurales. Las respuestas permitieron conocer que las familias preferían el campo en lugar de las ciudades, pero que se veían obligados a irse porque no tenían acceso a viviendas, a escuela y el transporte necesario para poder cumplimentar los estudios; a centros de salud u hospitales en caso de enfermedades y hasta problemas en las rutas, por falta de asfalto, en los caminos rurales en épocas de lluvias.

Los resultados tomaron estado público y, según se indicó, fueron acercados a las autoridades, pero nada ha cambiado a pesar de los años  -y los gobiernos- transcurridos. Si se les brindaran aunque sea en parte las soluciones que reclaman, no quedan dudas de que la gente preferirá mantenerse en el campo porque es "su lugar" en el mundo, evitando la incertidumbre que significa arriesgarse a la aventura de los centros poblados.

Lo denunciado por los productores de cerezas y lo señalado por quienes integran el denominado cinturón verde, debe constituir un serio llamado de atención hacia la clase política en general porque se trata de implementar una política global, a largo plazo, que excede la mera gestión gubernamental de sólo cuatro años, pero que irá en beneficio de decenas de miles de mendocinos que, por el momento, la única salida que encuentran para un supuesto bienestar económico es dejar el campo para dirigirse hacia los centros poblados.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA